miercoles 8 de septiembre de 2010
El Manantial
El “golpe” de Rubalcaba
Pablo Sebastián
El presidente Zapatero sigue desaparecido en combate y nunca mejor dicha la alusión militar porque este país parece un campo de minas donde unos y otros andan atrincherados en sus posiciones enfrentadas sin que nadie haga un llamamiento de unidad y responsabilidad ante la grave crisis económica que padecemos. Y menos aún en vísperas de esa “gran putada” de la huelga general, como la llama Fernández Toxo desde CC.OO. y cuando se anuncia en Cataluña las elecciones autonómicas del 28 de noviembre. Creíamos que el presidente se había quedado unos días de descanso en Macao o en Hong Kong tras su visita a China y a Japón, pero ayer se apareció unos instantes en compañía del primer ministro palestino para apoyar el proceso de paz de Oriente Próximo y, de paso, decir escuetamente a ETA que debe de entregar las armas y a los de Batasuna que deben condenar la violencia para participar en las elecciones. Y dicho esto, se ausentó como en Rodiezmo.
También había estado Zapatero el lunes en la Ejecutiva Federal del PSOE diciendo con cierta languidez que todos saben su preferencia por Trinidad en las primarias del PSOE de Madrid, pero quien dio el dó de pecho, por encima incluso del vicesecretario Blanco, fue Rubalcaba el ministro de Interior que llegó a amenazar a Tomás Gómez con “posibles consecuencias y que ya le había acusado en público de no tener más activo que haberle dicho “no” a Zapatero. Así Rubalcaba, ladrando a las puertas de la Moncloa, volvió a enseñar los dientes a Tomás Gómez, como cancerbero oficial del presidente, con el mismo ímpetu y protagonismo que hoy asume la respuesta al comunicado de ETA en cuya puesta en marcha pudo haber participado, porque este ministro es capaz de todo. Y miente con una asombrosa facilidad, como cuando dijo a finales de 2006 que se habían “liquidado” las negociaciones con ETA, y pocos días después ya estaban sentados otra vez con la banda a pesar de los dos muertos de la T-4 de Barajas.
Pero el activismo de Rubalcaba no se acaba ahí sino que además figura como miembro de la comisión que ha de negociar con el PNV los Presupuestos de 2011, y el próximo día 29 será otra vez protagonista de la huelga general. O sea, Rubalcaba por tierra, mar y aire, dando un golpe de mano y de timón en el PSOE y en el Gobierno y puede que todo ello para intentar condicionar la crisis del gobierno donde espera alcanzar la vicepresidencia primera que hoy ostenta la decaída María Teresa Fernández de la Vega que ayer habló al grupo parlamentario socialista como alma en pena diciendo que el PP quiere recuperar la Moncloa, pero sabiendo que quien de momento quieren tomar el mando en ese palacio es Rubalcaba.
Sabe el ministro de Interior que se el número dos del gobierno es ser también el potencial sucesor de Zapatero, ahora que el presidente está escondido y deprimido y teme que se le caigan encima los palos del sombrajo otoñal –el triunfo de la huelga general, la victoria de Gómez en las primarias, la derrota de Montilla en Cataluña y problemas de Presupuestos- y que no consiga remontar la economía, ni mejorar el paro y ni lograr una buenas perspectiva electoral para los comicios municipales y autonómicos de 2011, lo que sería su final. Y haría realidad ese “me cueste lo que me cueste” con el que Zapatero adornó su vuelco en la política económica y social.
Rubalcaba quiere ser el sucesor, cree llegada su hora y considera que su virtual competidor en el aparato del PSOE, José Blanco, es poca cosa para su experiencia política y gran capacidad de intriga y manipulación, como lo denuncia el PP a propósito de Gürtel, como se vio durante los atentados islamistas del 11-M en Madrid, o durante las revisiones del estatuto catalán, etc. El ministro de Interior es el hombre orquesta y el preferido de Felipe González y del Grupo Prisa que lo jalean sin cesar y cree tener en estos momentos de zozobra del presidente la sartén del poder por el mango y está dispuesto a cocinar.
En la Moncloa se dice que en estos momentos complicados hay que preservar el liderazgo de Zapatero y es necesario que otros asuman el protagonismo, pero era de esperar que eso lo hicieran los tres vicepresidentes del Gobierno y no el ministro de Interior. Pero Rubalcaba sabe que esta es una buena oportunidad y ha dado un paso al frente, un golpe de mano, y está a todo lo que salta y va por todas convencido de que ha llegado la hora de ascender en la escala del poder político y en la dirección del Partido Socialista por lo que pudiera pasar.
http://www.republica.es/2010/09/07/el-golpe-de-rucalcaba/
miércoles, septiembre 08, 2010
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