jueves, septiembre 16, 2010

Ernesto Ladron de Guevara, La Guardia Civil

jueves 16 de septiembre de 2010

La Guardia Civil

Ernesto Ladrón de Guevara

E STA tarde he visto en mi ciudad un gran despliegue de guardias civiles en lo que parece ha sido una acción ordenada por la Audiencia Nacional en un bloque de viviendas no muy lejano al piso donde me alojo, más bien me cobijo, desde hace más de treinta años.

He sentido una mezcla de respeto y de admiración por esa gente que vela por nuestros derechos y libertades, y que son nuestro ángel de la guarda. Y sé bien que escribir esto es políticamente incorrecto y hasta arriesgado en la tierra donde nací, de donde son todos mis antepasados y donde vivo. Pero me da igual. Hoy, tras la detención de varios presuntos miembros del entorno de ETA después del comunicado último que viene a ser más de lo mismo, quiero rendir homenaje a ese cuerpo policial adusto, servicial, generoso, eficaz, humanitario, ejemplar.

La Guardia Civil es lo único sano que nos queda en España, en este contexto de podredumbre y decadencia generalizada que nos está hundiendo. Es de las pocas cosas que son intrínsicamente españolas en este momento de descomposición moral. Sus miembros son héroes anónimos que desarrollan múltiples actividades con una eficiencia encomiable, y que son usados (a veces hasta el sacrificio de la propia vida) en todo tipo de misiones, siempre al servicio de la sociedad, cuando no se les instrumentaliza para nutrir la hacienda pública pervirtiendo su intrínseca naturaleza benemérita, cuestión ya denunciada.

Yo soy de los que opino que la Guardia Civil ha de seguir siendo militar, pues su forma de funcionar se ha demostrado idónea para el servicio público, cuestión reconocida internacionalmente, siendo valorada como una de las mejores policías del mundo.

Me entristece sobremanera el grado de postración económica a la que la han sometido los diferentes gobiernos de la democracia, siendo en este momento la policía peor retribuida de cuantas existen en España. Es injusto, pues los sucesivos gobiernos se han aprovechado de su carácter militar y de la imposibilidad de defenderse sindicalmente para impedir un trato justo que ponga a ese colectivo policial al menos al mismo nivel que otras policías que tienen más pedigrí autonómico pero que se quedan muy por detrás en el desempeño que se les atribuye.

Es, por ello, de todo punto de vista injusta la sanción que se les ha impuesto a unos guardias civiles por criticar la situación de abandono de los cuarteles por parte del Gobierno, por eso de que nadie en la Guardia Civil puede, con el Reglamento en la mano, elevar su queja sin respetar la cadena de mando. Esos guardias habrán vulnerado su estatuto militar, pero nadie les puede negar su razón. Desde que Zapatero retiró del frontis de los cuarteles el “Todo por la Patria”, de forma tan canallesca, nada ha mejorado en la Guardia Civil, salvo la actitud de servicio de sus miembros, espartana y estoica.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5836

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