martes 7 de septiembre de 2010
La ocasión de Zapatero ante el poder desestabilizador de ETA
Ricardo Rodríguez (Elsemanaldigital.com)
HECHOS son amores. La pronosticada irrupción con un nuevo "alto el fuego" de la banda abre la puerta a Zapatero a bailar con la más fea. ¿Concluirá en un elemento movilizador socialista?
Rememoraba hace poco el profesor Francesc de Carreras que, en sus primeros años de presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero citó en La Moncloa a Fernando Savater para convencerle de que sus negociaciones con ETA llegarían a buen fin. Al comprobar Zapatero que sus argumentos no habían convencido al filósofo, antes de despedirse le espetó: "Fernando, ten fe en mí, yo tengo mucha suerte y, al final, las cosas siempre me salen bien".
Savater abandonó el despacho presidencial alucinado: El país estaba en manos de alguien que, en último término, cuando no encontraba razones convincentes para justificarse, apelaba a la fe, a su fortuna y al destino. Desde luego, José Luis Rodríguez Zapatero ha venido fiando todo su futuro a remontar el vuelo antes del final de la Legislatura. Sin embargo, si hay algo de lo que no dispone es de tiempo -apenas resta año y medio para las generales-, así que todo le lleva al juego más peligroso. Esto es, un nuevo viaje a ninguna parte de la mano de ETA.
Lo de las últimas horas de la banda asesina no admite dudas. Enésimo "alto el fuego". Desde La Moncloa, conscientes de que esta vez el conjunto de la opinión pública no aceptará ningún paso en falso, se ha transmitido un profundo escepticismo. Probablemente, esperaban mucho más de los terroristas ante los desplazamientos de presos a cárceles del País Vasco. Unos pasos que, por cierto, Alfredo Pérez Rubalcaba se limitó a vender como un instrumento eficaz de la política penitenciaria para fomentar las deserciones en las filas etarras.
Es cierto que, de momento, no estamos ante una negociación del Gobierno propiamente dicha. Ni siquiera en el seno de la cúpula del Partido Popular se atreven en privado a llegar tan lejos como el ex ministro Jaime Mayor Oreja en sus tesis. Lo factible es que el anuncio etarra sea fruto de los eficaces golpes de las Fuerzas de Seguridad pero, cómo no, de los contactos entre bambalinas del mismo sector de siempre del PSE con una convulsa Batasuna deseosa de colarse en las instituciones sin que se haya producido el fin definitivo de la violencia.
Zapatero está en una disyuntiva crucial. En sus manos está volver a traficar con la común aspiración de poner fuera de juego a ETA y recoger a corto y medio plazo las nueces electorales del árbol (a nadie se le oculta el subidón experimentado en el ánimo de la opinión pública) o seguir la senda del sentido común, dejar el gesto etarra en las páginas de sucesos y convocar de inmediato al líder de la Oposición, Mariano Rajoy, para dar la estocada final a la banda mediante la unidad de los demócratas. Todo lo demás es ruido.
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lunes, septiembre 06, 2010
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