miércoles, septiembre 08, 2010

Marcello, La gran putada

miercoles 8 de septiembre de 2010

“La gran putada”

Marcello

Este país es una máquina de producir noticias y acontecimientos generalmente poco buenos o más bien malos de un tiempo a esta parte. Ayer fueron los líderes sindicales Totxo y Méndez los que dieron la nota al presentar en el registro su convocatoria de huelga general y al jefe de Comisiones se le escapó un lamento diciendo que lo de la huelga era “una gran putada”, pero inevitable y repartieron protagonismo con el presidente de la Generalitat, José Montilla que es otra alegría de la huerta catalana y que, tras anunciar las elecciones autonómicas del 28 de noviembre, dijo que está en juego el futuro de una generación, hablando distante como quien dice adiós al poder catalán. Aunque está por ver qué mayoría obtiene el cabezón de Artur Mas. El que se nos presentó rodeado de banderas españolas –aunque seguramente él pensaba que eran señeras-, o más bien banderas de la selección nacional de futbol español.

Pues bien “la gran putada” es el otoño caliente que nos espera y que ha empezado con la derrota de La Roja a manos de Argentina. Nuestra famosa selección campeona del mundo de fútbol que ayer estrenaba el Premio Príncipe de Asturias del Deporte, cuando debió haber recibido otro galardón de índole mas buen político y social porque el mayor logro de La Roja no fue el mundial de Suráfrica sino levantar la moral a los españoles deprimidos por la crisis económica e inundar los balcones de España con banderas nacionales, mientras el pueblo eufórico cantaba el “soy español, español”, mientras las niñas góticas de Zapatero recibían la visita exclusiva y privada de la Selección.

“La gran putada” de la que habla Totxo es la huelga, pero no solo la huelga. Es el colectivo de los políticos que nos gobiernan o visitan el parlamento con algunas excepciones –como Rosa Díez-, y sin que nadie sea capaz de armar un pacto o un proyecto como el de La Roja, no ya para ganar el mundial o para poner, como ocurrió ayer, patas arriba la Bombonera de Buenos Aires, sino para hacer frente a la crisis, al paro y a la desesperación que nos invade, mientras pasan los días, las semanas y los meses sin que pase nada.

El presidente Zapatero está escondido y refugiado en el ministerio de Exteriores dedicado a la “diplomacia inteligente” porque en la nacional nada le sale bien. Se ausentó de Rodiezmo y se teme lo peor en las elecciones primarias de Madrid y por ello se hace fotos con Trini y suelta la jauría ladradora del gobierno y del PSOE para destrozar a este Santo Tomás, al que más de uno en la Moncloa quieren ver en cadalso de la política como le ocurrió de despiadada manera a su tocayo Tomás Moro. Zapatero disimula, se esconde, se hace el zorro medio muerto o medio vivo, cree que ETA le va a regalar las armas y que gracias a eso levantará el vuelo y echará a correr cuando nadie se lo espere.

Mientras tanto Rajoy sigue en sus trece, es decir expuesto como el Santísimo en la catedral de Santiago a donde acudió el “haragán” –Guerra, dixit- de Pontevedra para pedir fuerzas y no desfallecer ante tanto esfuerzo como el que debe hacer como líder de la oposición por mas que le adorne una fama de vago que él no cree merecer. Ayer mismo sin ir más lejos, dijo en un acto oficial en el que colgó su cuadro como ex ministro de Educación –tiene cuatro retratos colgados por ese cargo y por los de ministro de Administraciones, Interior y Vicepresidente- que a él le hubiera gustado ser un profesor. Toda una confesión de este maestro del silencio al que se le escapó que “no descarta la noción de censura”, aunque sabe que la perderá, lo que no deja de ser una novedad porque hasta el momento siempre había dicho un no rotundo a esa posibilidad.

“La gran putada” es que, sobre todo y ante todo, todavía nos quedan dieciocho meses para las elecciones generales de 2012 y de aquí a esa fecha todavía tenemos que arar con estos bueyes lentos y cansinos del gobierno y la oposición. Eso sí los sindicatos también lo tienen crudo en la huelga general porque se temen que los pérfidos agentes de los mercados y del capital no solo le hagan pagar sus platos rotos a los más desfavorecidos sino que si fracasan en la huelga, esos mismos mercados, le habrán dado un estacazo de muerte al mundo sindical. Por eso, y porque se lo temen, dice Totxo lo de “la gran putada”, pero ya solo quedan veinte días y no pueden rectficar.

http://www.republica.es/2010/09/07/la-gran-putada/

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