Ruben Loza, Botnia, torpezas y encrucijadas

martes 6 de noviembre de 2007
Botnia: torpezas y encrucijadas Rubén Loza Aguerrebere

Tres horas tardó en comenzar la reunión de prensa convocada por el Ministro de Medio Ambiente uruguayo Mariano Arana, convocada para anunciar el comienzo de actividades de la fábrica de celulosa Botnia en Uruguay. En la platea, autoridades del gobierno y representantes de la empresa finlandesa, quienes traían regalos para conmemorar el acontecimiento. Un canal de TV argentino mostraba al otro lado del río la alta chimenea con un hilito de humo negro hacia el azul, mientras los piqueteros ambientalistas de Gualeguaychú (Argentina) se proponían cortar los puentes que unen a los dos países una vez más.
El presidente Tabaré Vázquez venía en vuelo hacia Montevideo, retornando de California, donde había saludado al gobernador Arnold Zwarseneger, quien se había tomado su tiempo, en medio del incendio, para hacerse una fotos juntos.
Finalmente, tras idas y venidas varias, habló el ministro Arana. Pero anunció que la autorización aún no estaba pronta. No. La situación de Botnia seguía incambiada y había que seguir esperando. Todos se miraron entre sí con cierto asombro. El ministro Arana oyó su móvil y lo respondió, alejándose del lugar; tanto lo hizo que se fue de la reunión. Y así acabó todo.
El vergonzoso traspié del gobierno uruguayo es una muestra más del desconocimiento de las relaciones internacionales: olvidó una vez más de ponerse en contacto con Argentina; también olvidó que este asunto está en la Corte de La Haya; y por si faltara algo, no recordó que el rey Juan Carlos está actuando de “facilitador” o mediador en este conflicto y que hay esperanzas de todas las partes situadas en el venidero día 12 en Chile.
En Argentina, el canciller protestó de inmediato, considerando la actitud del Uruguay como “una provocación”. Y como era de esperar, España apareció en escena. Veamos: “La Nación” de Buenos Aires informó que “Intervino España y postergó la habilitación de Botnia”. En Clarín se leía: “A último momento Uruguay demoró el arranque de Botnia”. Y el periódico “Página/12, fue rotundo: “Llegó Moratinos y mandó parar”.
El senador del liberal Partido Blanco, y aspirante a la presidencia del Uruguay, Jorge Larrañaga, consideró que el actual gobierno de izquierdas, con estos actos que debilitan la credibilidad, “continúa empecinado en ser amateur”.
Antes de estos hechos, se aguardaba, dije, un encuentro especial en la reunión de presidente americanos del 12 de noviembre en Chile, donde se considerarían lineamientos del “facilitador” hacia una salida al tema. Pero ahora parece que en Chile probablemente no suceda nada. Argentina endureció su postura y ha trascendido que Uruguay habilitará el lunes 12 la planta Botnia sea cual fuere el resultado del diálogo en Chile. Lo que parecía cercano va diluyéndose.
Pero terció la futura presidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien acaba de afirmar que si la planta Bornia contamina, se corregirá, y si no contamina, trabajará; por lo tanto, a su entender, los cortes de puentes y otras reclamaciones no tienen sentido. Espera solucionar temas más importantes con Uruguay, dijo, y aspira a recomponer las relaciones de amistad de inmediato.
Veremos, entonces, qué sucede esta semana y continuaremos esperando el 12. Es en lo que estamos desde hace largo tiempo, entre torpezas, laberintos, y hasta encrucijadas, a las que, como decía Cunqueiro, quien las temía, no hay que nombrarlas aunque no sea en vano.

http://www.estrelladigital.es/a1.asp?sec=opi&fech=06/11/2007&name=loza