El gorila rojo, o la vergüenza con z

lunes 26 de noviembre de 2007
El gorila rojo, o la vergüenza con Z
Alfredo Casquero (Elsemanaldigital.com)

L A sonora y ya archiconocida frase del Rey "Por qué no te callas" ha dado la vuelta al mundo. Hacía tiempo que España no era portada de la prensa internacional, gracias sin duda a la escasísima relevancia de nuestra nación tras el paso por el Gobierno de Don Zeta y del ínclito Moratinos, a la sazón gran visitador de tablaos marroquíes. El hit parade musical lo encabeza la figura de nuestro Rey y debemos alegrarnos por éste éxito de la diplomacia española. La figura de la otra zeta de relevancia, el zote Chávez, alias gorila rojo, impregna también de mediocridad el panorama internacional. Tras toda su retahíla de insultos, cobardemente contestada por el Gobierno con un sonoro silencio, se esconde una visión tan primitiva de la política como peligrosa. Los amigos del Gobierno, los que escogió Zapatero como compañeros de viaje, el gorila y el asesino, Evo y Ortega, nos han aislado más del concierto de las naciones que deciden. Subyace en el fondo una visión tan progre y tan antigua del viejo mito populista, que realmente asusta. A Zapatero todavía le queda Fidel. El problema es que el tal Fidel, comunista y asesino (valga la redundancia), y sus hijos políticos que afloran en Hispanoamérica como la mala hierba, hunden en la miseria todo lo que tocan. Ni crean riqueza para sus pueblos, ni crean estabilidad política. Porque al final el canto victimista del populismo sólo sirve para perpetuar la miseria de las naciones que gobiernan y para perpetuarse ellos en el poder. Todo ello con el beneplácito y la sonrisa de la izquierda (especialmente la española), henchidas de orgullo porque aún Fidel, y Chávez y el violador Ortega mantienen en pie el mito izquierdista. Si sólo fuera una anécdota, la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile pasaría a la historia como un acontecimiento casi simpático. Todo un Rey mandando callar a un maleducado jefe de un Estado en teoría amigo. Pero la anécdota no se queda ahí, por las implicaciones económicas y políticas que arrastra. El intento de Chávez no por evidente es menos escandaloso. Buscar un enemigo exterior para ocultar el malestar de su pueblo por la autoritaria reforma que pretende, avalado sin duda por el oro negro que este mono rojo usa sin demasiadas reservas mentales. En periodo electoral, conviene no hacer mudanza. Quizá por eso el Gobierno español prefiere pasar las páginas del calendario de manera rápida, aunque vergonzosa, pensando quizá que cuando el monito se canse, las aguas volverán por sí solas al cauce habitual. Lo malo es que en el trayecto hemos dejado pasar de nuevo una oportunidad para elevar el ya de por sí bajo nivel de nuestra diplomacia. A ver si aprende Don Zeta. Dime con quién vas, y te diré de qué careces.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=1485