miércoles, noviembre 28, 2007

German Yanke, Zapatero pide ambicion

jueves 29 de noviembre de 2007
Zapatero pide ambición
Germán Yanke
Era un tanto extraño que el PP, en los últimos tiempos, no colocara el tema de la inmigración entre los principales de su labor de oposición. Además, entre los retazos que se van filtrando de su programa electoral, tampoco se ha anunciado nada importante en esta materia. Extraño, digo, porque la inmigración es uno de los grandes retos sociales y políticos de este comienzo de siglo y, en España, sigue siendo un problema tanto desde el punto de vista de la llegada ilegal de personas como desde el de la integración eficaz y serena de los que llegan legalmente. En este sentido, y después de una colaboración fundamental para el crecimiento de la economía en los últimos años, el horizonte de crisis puede afectar muy directamente a ese colectivo.
Sin embargo, ha sido el presidente Rodríguez Zapatero el que, en su comparecencia de ayer en el Parlamento Europeo, ha colocado el asunto, junto al terrorismo, en la agenda de las principales cuestiones de debate. Tiene el presidente un cierto arrojo, la verdad, porque, en aquella cámara están los representantes de países afectados directamente por medidas un tanto demagógicas en migración, como algunos de sus colegas gobernantes le han reprochado en más de una ocasión, y los eurodiputados que fueron conducidos a un esperpéntico debate sobre el mal llamado “proceso de paz” que terminó como empezó, es decir, mal.
Es cierto que el señor Rodríguez Zapatero encara sus errores por elevación. Es decir, en materia de inmigración pide “ambición”, lo mismo que en la lucha antiterrorista. Sobre la primera de estas cuestiones, en una comparecencia sobre el futuro de Europa (en el que la inmigración es un elemento fundamental), del discurso del presidente se puede deducir que no tiene un proyecto ni una oferta determinada. Ambición, control de flujos, políticas de integración, referencias a que queda mucho por hacer, etc., revelan los flecos en los que falta un plan y una reflexión política seria sobre el asunto. Lo hemos visto, por otro lado, en la política española: además de los fiascos ha faltado la negociación —¿sobre qué bases podría haberse hecho?— con la Unión Europea y con los países de origen, a los que el presidente volvió a citar en su intervención en el Parlamento Europeo.
La paradoja, tras este discurso, es el olvido en el que la inmigración ha quedado en el escenario de la política española en los últimos tiempos. Es cierto que la precampaña es proclive a la búsqueda de sorpresas impactantes y con cierto toque populista, pero la inmigración no sólo es un tema importante. Es, también, un tema no resuelto y falto de la reflexión serena —y de la discusión serena— que merecen los ciudadanos.

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=29/11/2007&name=german

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