Marcello, El autor intelectual y los mochileros de Rajoy

jueves 1 de noviembre de 2007
El autor intelectual y los mochileros de Rajoy

Ayer fue una jornada intensa en la política nacional. Sentencia del 11M, aprobación de la Ley de la Memoria Histórica y debate sobre el AVE de Barcelona. Un día que el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana, calificó, con optimismo irracional, en los pasillos de la Cámara como muy bueno para el PP, lo que no sólo era falso sino que, al contrario, fue un día desastroso para el Partido Popular.
Aunque Zaplana tenía motivos personales para estar contento porque, en última instancia, ha conseguido, con la ayuda de Aznar, Acebes, Aguirre y los medios de comunicación que han defendido la teoría de la conspiración, involucrar a Rajoy en la farsa, obligando al líder del PP a mantener abiertas las sospechas sobre el 11M, con su nefasta declaración sobre la necesidad de seguir investigando a los inductores y los autores intelectuales de la masacre. Una fantasmal insidia lanzada al aire por Aznar, con su frasecita de las lejanas montañas y los remotos desiertos. La que convierte al ex presidente del PP en el autor intelectual del último y conspirativo disparate de Rajoy que, a buen seguro, le pasará al PP merecida factura electoral.
Un disparate del que, además, han sido inductores el diario El Mundo, la COPE y Telemadrid, los medios de la conspiración cuyo control respectivo está en manos de una editorial italiana, de la Conferencia Episcopal y del Gobierno de la Comunidad de Madrid, que preside Esperanza Aguirre. Medios y políticos del PP que deberían empezar por rectificar toda la sarta de mentiras y de premeditadas insinuaciones que han lanzado sobre la implicación de ETA en los atentados, con toda clase de intrigas sobre la dinamita, los detonadores, los teléfonos, la furgoneta, la mochila, los artefactos, el piso de Leganés y la finca de Morata. Cuestiones que, una a una, han sido desmontadas por el juez, dejando en la peor evidencia a todos los medios conspiradores y a los dirigentes del PP que los jalearon y los llevaron al Congreso con cientos de preguntas, inundando, de paso, los medios de comunicación con un sinfín de falsedades y sin ninguna prueba.
Como de pruebas carece Rajoy a la hora de insinuar la presencia de un inductor o autor intelectual de los crímenes que, de haberlo, estará entre los muertos de Leganés, entre los terroristas condenados, o los huidos, sin que ello tenga la menor importancia porque acreditado está por el juez de que los autores forman parte de “un comando terrorista yihadista”, lo que explica sobradamente sus motivaciones y todo lo demás. Al tiempo que desmonta la trama de la conspiración, así como las acusaciones perversas en contra de la instrucción del juez Del Olmo, o de las actuaciones de las Fuerzas de Seguridad que investigaron el caso. Llegando, incluso, los conspiradores mediáticos a salir en defensa de los criminales que ayer han sido condenados, como fue el caso de Trashorras, a quien presentaron como víctima y defensor de la teoría de un golpe de Estado, montado por no se sabe bien qué policías y agentes secretos, tal y como lo presentó el diario italiano El Mundo en su portada y a cinco columnas.
Naturalmente, esperar de los medios conspiradores —que se han dejado en esta sentencia su credibilidad— y del PP una rectificación en toda regla era soñar con otro partido y otro líder político —desde luego no Rajoy— con más compromiso democrático y más autoridad entre los suyos. Así, y con pena, lo reconocían ayer en privado otros dirigentes del PP que explicaban el disparate de Rajoy como la respuesta obligada a las muchas presiones que estaba recibiendo desde dentro y fuera del partido.
Pero a pesar de las insidias, las mentiras y las conspiraciones, la sentencia ha impuesto por encima de todo la verdad. Y el PP perdió la oportunidad de pasar la página y poner un punto final, en vez de un punto y seguido como ha hecho Rajoy, lo que los conducirá, otra vez y en periodo preelectoral, al escenario de la derrota que sufrieron en el 2004 por aquellas mentiras sobre ETA que ahora acaban de ser desmontadas por la vía judicial.
http://www.estrelladigital.es/a1.asp?sec=opi&fech=01/11/2007&name=marcello