domingo, noviembre 04, 2007

La economia, contra Zapatero

lunes 5 de noviembre de 2007
La economía, contra Zapatero
CON la legislatura prácticamente terminada, el Gobierno ha emprendido una campaña de imagen con los resultados económicos que supone un desconocimiento doloso de la situación real. El PIB ha crecido un 3,7 por ciento en el tercer trimestre, una buena tasa, aunque cuatro décimas menos que en el primero: hemos pasado de crecer de un ritmo del 4 por ciento a principios de año a apenas el 2,5 por ciento después del verano. Este perfil de agotamiento del ciclo expansivo se observa en todos los componentes de la demanda: consumo privado, inversión en bienes de equipo, construcción y exportación. La crisis se extiende también a la creación de empleo, donde ha vuelto a crecer el paro ante la incapacidad para incorporar al trabajo a la población emigrante, y ha llegado incluso a los indicadores más cercanos al ciudadano, como las ventas en grandes almacenes, la matriculación de automóviles, la concesión de préstamos o el consumo de gasolina. Al agotamiento del ciclo hay que añadir el inesperado y dramático repunte de la inflación, nueve décimas en octubre, hasta el 3,6 por ciento, lo que ha obligado a revisar las previsiones de finales de año hasta niveles cercanos al 4 por ciento, con el consiguiente coste en pensiones, cláusulas de revisión salarial y pérdida de competitividad.
Con todos estos datos, y a pesar del optimismo antropológico del presidente y de sus campañas de imagen, no es de extrañar que los españoles encabecen la liga europea de pérdida de confianza económica tras la crisis financiera, como acaba de reflejar el índice de sentimiento económico de la Comisión Europea, que ha caído en España 2,6 puntos. Queda de manifiesto que, también desde el punto de vista económico, ha sido una legislatura vacía, sin más pretensiones que la continuidad. Pedro Solbes ha sido un buen ministro de Hacienda en comparación con sus otros compañeros de Gabinete, y ha conseguido evitar algunos de sus peores excesos, lo que no le ha resultado muy difícil, pues la recaudación fiscal ha aumentado el doble que el PIB nominal, con lo que podía repartir la abundancia para saciar la voracidad nacionalista y de los ministros populistas. Sin embargo, la presión fiscal ha aumentado dos puntos, porque en esa extraña cohabitación negativa de «todos contra el PP» lo que no cabía era aprovechar la bonanza para reducir impuestos y cotizaciones sociales, aunque ambos sean de los mayores de Europa. Solbes nunca ha ejercido de vicepresidente económico. No le han dejado el presidente, ni su Oficina, ni su propio carácter. Por ello tenemos hoy una economía más intervenida, en la que ha aumentado el peso discrecional y restrictivo de la iniciativa privada de las distintas administraciones públicas, hasta el punto de haber sido amonestados repetidamente por la Comisión Europea. Termina una legislatura en la que el continuismo macroeconómico -que llega a su fin por inacción gubernamental- no puede ya compensar la caída en picado de la credibilidad y el prestigio económico de España como economía abierta y sometida al imperio de la ley.

http://www.abc.es/20071105/opinion-editorial/economia-contra-zapatero_200711050245.html

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