Garcia Brera, Quosque tanden Catilina...

jueves 15 de noviembre de 2007
Quosque tandem Catilina…
Miguel Ángel García Brera
M E llama mucho la atención, y ya lo he comentado alguna vez el hecho de que algunas putas, o aficionadas, se jacten de serlo en algunos programas basura, incluso dando datos casi fehacientes de desvergüenza y promiscuidad, en tanto que, en otros programas sucesivos, se hartan con el mayor desprecio y como el mejor de los insultos contra una adversaria, de llamarle puta acusándole de hacer lo mismo de lo que ellas se jactaban anteriormente. No voy a venir yo ahora a criticar a las putas, putillas o aficionadas, que cada cual sabrá de qué va y a quien tiene que dar cuenta; lo que critico y me sorprende es el cinismo de utilizar como grave acusación contra otro algo de lo que uno ha hecho y presumido.. Bueno, pues algo así es lo que me ocurre con ese presidente venezolano que sí hoy lo es por “culpa” de las urnas, lo quiso ser antes a través de un golpe de Estado que dejó algunos muertos en su país y dio con sus huesos en la cárcel. El compañero Chavez es un golpista, aunque no esté en el poder por efectos del golpe que protagonizó, en el que, para su escarnio profesional, y para bien del Estado de Derecho, no consiguió la victoria, lo que no deja de demostrar incompetencia, tratándose de un militar al que se supone preparado para ganar la mínima guerra que provocó. Pues bien, el presidente democrático Chavez con su pasado golpista a cuestas, se atreve a llamar con tan ominoso epíteto a un demócrata ejemplar, como Aznar, que no sólo alcanzó su poder en las urnas, sino que se limitó a si mismo los mandatos para no entronizarse en el mando, a diferencia de este Chavez que reforma la Constitución para quedarse de por vida en la “rosca”. El caso viene a ser, ya digo, como la puta profesional que no encuentra mejor insulto que llamar puta a quien le peta. En cuanto a la posición del Rey y del presidente del Gobierno español en la Cumbre Hispanoamericana, creo que sólo merece lo que ha hecho Aznar, es decir, alabar ese comportamiento y agradecerlo. Cada cual en su papel, ambos estuvieron a la altura exigible, aunque no así ni Moratinos, ni ninguno de los funcionarios españoles situados a su vera, que, a mi modo de ver, uno al menos, debió haber acompañado al Rey en su abandono de la sala; mucho más, si como se dice, el desplante real estaba previsto y pactado. Me queda por decir que el “quieres callarte ya”, aparte de ser la salida espontánea de un español leal a su Patria, a la usanza del Conde de Benavente, me parece que surgió de la confianza con que el Juan Carlos I se muestra y ha sido siempre aceptado en ese trato, con los mandatarios de los países hispánicos. En una reunión donde nadie se estaba refiriendo a otro, como “Sr. Presidente “ o “ Majestad” o títulos semejantes, sino en una distendida confianza coloquial, en un ambiente de tertulia de hermandad, ajena a excesivos protocolos, el que uno de los contertulios, y posiblemente el más respetado, impulsor destacado de esa reuniones y eminente conciliador en el seno de las mismas, le diga a otro, excesivamente grotesco en su oratoria, insultón e injurioso, que se calle, no es ninguna actitud impositiva, sino un consejo amistoso y confianzudo. Otro asunto me llama la atención, en orden a lo que luego dejaré como reflexión final. Se trata de una información que me llega por correo electrónico, advirtiendo que Chile ha aprobado un proyecto de explotación extranjera de recursos minerales (especialmente oro y plata) detectados bajos unos glaciares, cerca de la frontera con Argentina, que son fuente principal de enriquecimiento hidrológico de ríos cuyas aguas se utilizan para el consumo humano, y regadíos, cosa que devendrá imposible cuando esas aguas, al parecer purísimas, sean dañadas por los vertidos minerales y de sustancias utilizadas en la minería. Tengo cierta aversión a este tipo de noticias, cuando me llegan sin una seguridad absoluta en la fuente. Por eso no le doy más crédito a la que comento que el necesario para utilizarla como un referente, ante la evidencia de que, si no es cierta, no lo es menos que sucesos de esa índole, es decir acciones devastadoras de la riqueza natural y de la sostenibilidad planetaria, se dan todos los días. Y, ahora voy a la reflexión. Cuando un individuo, democráticamente elegido por el pueblo, flexiona hacia una alocada reforma constitucional, sólo conveniente para su interés personal y el de sus adláteres, e inicia una política de restricción de las libertades, cierre de medios de comunicación y persecución al opositor, como por ejemplo, fue el caso de Hitler, ¿no debería haber un mecanismo supranacional que sacara del poder a semejante loco? ¿Es más democrático esperar a que el psicópata provoque una guerra mundial, como en el caso de Hitler, o el empobrecimiento de un país, sobre el que tantos ejemplos podríamos poner? Igualmente, cuando un Gobierno tolera una agresión a la naturaleza que va a suponer un daño evidente para poblaciones enteras de su propio territorio y, al tiempo, aumentará el ya crítico calentamiento global, ¿no debería haber un Organismo Supranacional con capacidad para impedirlo? ¿No han pasado los tiempos en que una nación pueda hacer de su capa un sayo y deba imponerse una ley universal que pare los pies a los matones, a los psicópatas, a los corruptos, a los energúmenos que alguna vez, incluso democráticamente, alcanzan el poder y, al poco, lo utilizan para el mal no sólo de su pueblos, sino de toda la Humanidad? No habría que vocear desde una unión de los países libres un “Hasta cuando Catilina vas a abusar de nuestra paciencia” y conseguir que el abusador imite a quien tanto enervó al célebre Cicerón. ¿El que Hitler llegara al poder democráticamente, no nos han enseñado nada? ¿No hay sabios que en lugar de hacer programas para los Partidos, utilizaran su ingenio para ir corrigiendo fallos de la democracia, como los apuntados aquí, e irla perfeccionando? De no avanzar en ese terreno, siempre corremos el riesgo de que Hitler, demócrata, sea lo mismo que Stalin, totalitario.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4264