jueves 15 de noviembre de 2007
El IPC descuadra las cuentas
EL Índice de Precios al Consumo (IPC) de octubre rompe la débil tendencia anterior hacia el objetivo de estabilidad de precios de España en la eurozona que se venía dibujando meses atrás. El salto en un mes de casi un punto, hasta el 3,6 por ciento, abre una nueva brecha en la competitividad frente a los países vecinos y siembra más incertidumbre sobre la deriva de la economía española. Es insuficiente la excusa esgrimida por el Gobierno de que ese salto obedece a factores exógenos -los convulsos mercados mundiales del petróleo y los cereales- porque esos mismos factores afectan a las demás economías, que sin embargo han encajado el fenómeno sin tan fatales consecuencias. El Gobierno tiene que ver con ese brusco cambio de tendencia, no tanto por sus responsabilidades monetarias, que están delegadas en el Banco Central Europeo, como por su falta de diligencia a la hora de introducir flexibilidad, competencia y modernidad en el conjunto de la economía, y muy especialmente en el comercio.
La inflación sigue siendo el problema más serio de la economía española. Ese punto perpetuo de diferencial respecto a los competidores tiene un efecto demoledor sobre el potencial de crecimiento y sobre los cimientos económicos, que se debilitan para hacer frente a los momentos difíciles. No es casual que, a pesar de una cierta recuperación de la economía europea, las exportaciones españolas no mejoren ni tomen el relevo de la previsible, incluso deseable, caída del fuerte ritmo de crecimiento de la demanda interna. Además, el acelerón de los precios ha caído en el peor momento, en los dos últimos meses del año, que coinciden con el período considerado para actualizar las pensiones y ajustarlas a la tasa de inflación con el fin de evitar que los pensionistas pierdan capacidad adquisitiva. Con el dato de inflación interanual de noviembre -que no será menor que el conocido ayer para octubre- hay que actualizar las pensiones y proceder al abono, a lo largo de enero, de una paga extra compensatoria de la pérdida de capacidad adquisitiva. Como la mejora de enero fue sólo del 2 por ciento, la actualización tiene ahora que ser de casi dos puntos para todo el año, lo cual supondrá una paga extra con un coste global de 1.300 millones de euros, más otra cantidad semejante de arrastre por la actualización de las bases de cálculo de pensiones para 2008. Las famosas «despensas» de las que tan orgulloso se siente el vicepresidente Solbes, y que reclama a sus predecesores, le serán reclamadas por sus sucesores.
La acumulación de indicios negativos en la economía, avanzados en las encuestas de expectativas de los consumidores y de los empresarios, y advertidos también por los informes de los organismos financieros internacionales, deberían mover al Gobierno a la acción y a tomar medidas. Pero el Ejecutivo prefiere seguir en la arcadia feliz del crecimiento sostenido y vigoroso del pasado en espera de unas elecciones generales que vuelvan a poner el contador político a cero. Mientras, las economías familiares se resienten de una cuota hipotecaria cada día mayor y de una cesta de la compra más costosa.
http://www.abc.es/20071115/opinion-editorial/descuadra-cuentas_200711150247.html
jueves, noviembre 15, 2007
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