domingo, noviembre 04, 2007

Carlos Luis Rodriguez, Rechace imitaciones

lunes 5 de noviembre de 2007
CARLOS LUIS RODRÍGUEZ
a bordo
Rechace imitaciones

Le falta decir a la conselleira Táboas aquello que solía decirse antes para defender los productos genuinos: rechace imitaciones. Porque ella puso en el mercado un plan de vivienda elaborado con calma, y ahora viene la ministra con otro hecho con las prisas propias de unas elecciones. El electoralismo desaforado siempre requiere un top manta de planes deslumbrantes, y doña Carme colabora poniendo el suyo.
Como ocurre con muchas imitaciones, la calidad se intenta disfrazar con el envoltorio. El Ministerio recurre a una terminología propia de la lucha antiesclavista, y presenta la suya bajo el nombre de Renta de Emancipación. Evocaciones de Lincoln y la Internacional para ocultar que hay un Gobierno que intenta aprobar en la víspera del examen una asignatura pendiente, copiando mal los apuntes ajenos.
Antes había ministros sin cartera y con competencias, y ahora la señora Chacón tiene cartera y suple la falta de competencias queriendo emancipar algo que ya estaba emancipado por otros planes autonómicos. Pudo la ministra haberse inspirado en planes como el de doña Teresa, y exportarlos con la debida autorización del fabricante original a otras comunidades, dando ejemplo de un Estado capaz de funcionar con doble dirección, del centro a la periferia y al revés. Pero no; a pesar de ser oriunda del socialismo catalán, y amante en otro tiempo del federalismo maragalliano, doña Carme sigue abonada a la tradición.
Total, que al gallego que viene al mundo ha de guardarlo Dios, porque uno de los dos planes ha de helarle el corazón. Como no son compatibles, ha de optar por uno de ellos, igual que en la tienda cuando se enfrenta al dilema de llevarse Pascual o Don Simón. A las dificultades propias de la lucha por la vivienda, se añade la obligación de examinar lo que le ofrecen dos administraciones de un mismo Estado.
Lo usual es que las imitaciones de los mercadillos vengan del otro lado de la frontera, o las traigan de China, meca de la industria del copieteo, pero en este caso la competencia desleal se produce dentro de un mismo país porque a fin de cuentas tan Gobierno de España es el de doña Carme, como el de doña Teresa. La conselleira ejerce una competencia que el Estado le da, mientras que la ministra se inmiscuye en una competencia que el Estado le quitó.
De todas formas, la reacción de la señora Táboas no ha sido la típica del político autonómico que defiende su parcela, o la del nacionalista usual que aliña este tipo de polémicas con ingredientes identitarios. La conselleira no le dice a ese desconcertado demandante gallego de vivienda que elija su plan por llevar el made in Galicia, aunque lo lleve en lugar visible.
Recurre al argumento idóneo, al que llega más directamente al ciudadano, al que finalmente le podrá llevar de la mano a la convicción de que el nacionalismo vale la pena. Dice simplemente doña Teresa que el plan autóctono es mejor porque no se ciñe a un tramo de edad, cuenta con más recursos y forma parte de un tratamiento global del problema. Además, por encima, por añadidura, para más satisfacción, es gallego, se hizo aquí y al hacerlo no se pensó en la rentabilidad electoral inmediata.
Que no se entienda lo dicho antes como un menosprecio al mercadillo o al bazar chino, donde uno siempre encuentra cosas útiles para salir del paso. Hay en cambio un tipo de producto para el que es preferible guiarse por la calidad y el fabricante. Un plan de vivienda, sin ir más lejos.
http://www.elcorreogallego.es/index.php?idMenu=13&idEdicion=691&idNoticiaOpinion=228404

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