domingo, noviembre 04, 2007

Irresponsables al volante

Irresponsables al volante
05.11.2007 -

La lucha por reducir la todavía muy elevada siniestralidad de nuestras carreteras, una tarea complicada y estéril si no se la dota de los recursos humanos y presupuestarios adecuados, se enfrenta en los próximos meses a un nuevo desafío: el de imponer una sanción tan grave como es la privación de libertad a los conductores sorprendidos bajo la influencia del alcohol, que circulen con «evidente desprecio por la vida de los demás», sobrepasen los límites de velocidad o vayan sin carné. Ni siquiera el automovilista particular o profesional más irresponsable ignora que conductas como las señaladas pueden costar vidas y graves lesiones, propias o ajenas. La sociedad, pues, ha de protegerse contra comportamientos que no se detienen ante el reproche ciudadano, la multa o la retirada de puntos. Y menos cuando, en la mayoría de los supuestos, el tiempo que media entre la imposición de la sanción y su concreción práctica tiende a eternizarse por falta de agilidad administrativa. La reforma del Código Penal para endurecer las condenas por grave vulneración de la seguridad vial, una reivindicación largamente acariciada por las asociaciones de víctimas de accidentes, está a punto de culminar su tramitación en el Parlamento. La preocupación social por la siniestralidad en las carreteras no ha podido traducirse hasta el momento en un amplio consenso político para respaldar los cambios legales. Pero la falta de unanimidad tampoco es razón suficiente para cuestionar una decisión rigurosa, sin duda, pero que apunta con claridad a los principales motivos de la mortalidad en este tipo de siniestros: la velocidad excesiva y el alcohol.El hecho de que la consideración de delito, y la prisión, vaya a alcanzar también a los conductores sin carné puede requerir un esfuerzo añadido de pedagogía por parte de las instituciones. Pero colocarse tras un volante sin demostrar antes a la sociedad que se ha recibido y asimilado la formación necesaria para desenvolverse con seguridad y pericia -eso es, en último término, el permiso de conducir- no puede encontrar justificación alguna. Ni si la licencia ha caducado o se ha perdido, o uno es extranjero y no la ha convalidado; y menos aún si ha sido retirada por un juez o, en el colmo de la insensatez, el infractor ni siquiera ha pasado por una autoescuela. Podría pensarse que son casos anecdóticos. Los datos lo desmienten. La Ertzaintza denunció el año pasado a más de 18.000 personas sin permiso de conducir, medio centenar cada día. Una frivolidad irresponsable que una sociedad comprometida con la seguridad vial no puede tolerar por más tiempo.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20071105/opinion/irresponsables-volante-20071105.html

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