jueves, julio 03, 2008

Ladron de Guevara, Baje el signo del cangrejjo

jueves 3 de julio de 2008
Bajo el signo del cangrejo

Ernesto Ladrón de Guevara

C OMO todo el mundo sabe el cangrejo se desplaza hacia atrás. Es un animal que está en un retroceso permanente. Es el signo que mejor representa la política española: retroceso. Retroceso en las libertades. Retroceso en las conquistas sociales. Retroceso en los derechos laborales. Retroceso en el bienestar colectivo y en los servicios que los sostienen. Retroceso en la economía. Retroceso en la estabilidad jurídico-institucional. Retroceso en la estabilidad del Estado como estructura que preserva las garantías constitucionales y la igualdad de todos los ciudadanos. Retroceso en la imagen internacional, salvo en lo respecta a los deportes. Retroceso en las formas democráticas de la actividad pública. Etc.

Ibarretxe, por el contrario suele elegir como símbolo de su estrategia política la del buey. Paso lento pero firme, siempre avanzando. Es la dinámica de los nacionalismos regionalistas en España: avance pertinaz e imperturbabilidad en el ánimo. Siempre adelante y ni un paso atrás ni para coger impulso. Por eso triunfan. Por eso llevan casi un tercio de siglo haciendo uso, o mas bien malversación de los fondos públicos, ¡ay… no es nada…!

Por eso, mientras los Rajoy, Zapateros y demás tiralevitas del nacionalismo cavernario realizan sus arreglos a la partitura del retroceso nacional, los nacionalistas siguen impertérritos con sus aberrantes intervenciones en la esfera privada de los ciudadanos, como si nada ocurriera, sin mover una ceja. Saben que tienen el camino libre. Que aquí no pasa nada…

Aparte del anuncio del gobierno independentista de que van a ser expoliados los derechos de los padres a elegir el tipo de educación, o a educar a sus hijos en la lengua materna, o a punto de ser eliminado el derecho a utilizar en las escuelas la única lengua que la Constitución exige conocer a los españoles, que es la de la mayoría de los vascos, catalanes y gallegos, y conocida por todos ellos; aparte de muchas cosas más; se está produciendo una aceleración de las políticas de control, de agudización de las estrategias para la represión de todo lo que tenga relación con la historia, la lengua y la cultura común que nos une a los españoles.

Llevo mucho tiempo denunciando el gasto multimillonario del Gobierno Vascongado en políticas de euskaldunización, a un promedio anual de veinte mil millones de las antiguas pesetas. Multipliquen esa cantidad por los años que han transcurrido desde el inicio de la andadura nacionalista (hace veintiocho años) y observen que una calculadora normal no es capaz de reflejar la totalidad de los guarismos de la cifra. ¡Cuántos hospitales se podrían haber construido! ¡Cuántas ayudas para el fomento del empleo! ¡Cuántos pisos de protección oficial!...

Pues bien. Ahora que la profundidad de la crisis económica nos embarga, nos oprime, nos aflige, con la subida imparable del precio de las cosas, con un euribor que deja al borde de la morosidad forzada a miles de familias, con una retracción bestial del consumo, con un aumento de las tasas del paro que produce vértigo, etc, los señores nacionalistas del Gobierno de Euskadi han decidido que hay que seguir gastando en euskera. Nos quieren meter el euskera con embudo. Si no queremos taza, taza y media.

Han aprobado un gasto presupuestario de 13 millones de euros que, si no me equivoco son 2.166 millones de las antiguas pesetas, para añadir a los bastantes más de 20.000 millones que ya estaban presupuestados. Permítanme que se lo ponga en pesetas, pues cuando hablamos de millones de euros perdemos la dimensión de las cifras. Y ese gasto, ¿para qué? Para fomentar el uso del euskera en sectores que consideran «estratégicos y prioritarios»: el mundo laboral y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Es decir, para que todo el mundo lo entienda: la ampliación de la segregación lingüística al sector privado, ya que el público ya está masacrado; y al mundo de la comunicación, que es insuflar dinero a los medios de propaganda nacionalista y copar con periodistas adocenados al régimen los instrumentos de adoctrinamiento; una vez que la escuela ya está controlada. Con ello se consuma el proceso: escuela, trabajo, medios de comunicación. Se cierra el círculo del control.

Aparte de muchas otras cosas preocupantes he oído en una radio que van a fomentar la contratación de empleados euskaldunes en el sector del comercio. Después obligarán a rotular en euskera. Después….

¿Qué más tiene que ocurrir?

¿Aún no lo ven?

Lean la historia del siglo XX y comparen. Encontrarán paralelismos notables.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4707

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