Zapatero, desnudo anta la crisis

jueves 3 de julio de 2008
Zapatero, desnudo ante la crisis
Si, como afirmó ayer José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados, «nunca la economía española se había enfrentado en una situación mejor» a un escenario de «crecimiento debilitado», resulta inexplicable que nuestra economía haya sufrido con mayor intensidad que la de otras naciones las consecuencias del «empeoramiento». Si nuestro país, según el presidente del Gobierno, ha adoptado el plan más ambicioso de Europa para hacer frente a la actual coyuntura, no se entiende tampoco que España, según todos los indicadores, se haya visto más gravemente afectada que ninguna otra nación de la UE. Una de dos: o el plan no es tan ambicioso como presume Zapatero o la situación económica es bastante más grave de lo que considera el jefe del Ejecutivo, tanto que a pesar de poner en marcha 47 «medidas» por un importe total de 65.000 millones de euros, el resultado para hacer frente a la crisis ha sido prácticamente nulo.
En un discurso claramente a la defensiva, en el que empleó más tiempo a la autocomplacencia que a explicar la dimensión verdadera del problema, Rodríguez Zapatero no aportó nada nuevo a un escenario que se agrava cada día. Sin el arrojo suficiente para llamar a las cosas por su nombre, el presidente del Gobierno volvió a recurrir a los juegos florales y a los maquillajes semánticos. Ni crisis, «ni estancamiento, ni recesión»; todo lo más «situación complicada», dijo. Frente a las cifras -el paro creció ayer por primera vez en junio desde 1996: nunca desde que existen datos homologables se registró un incremento tan alto del desempleo en dicho mes-, Zapatero se parapetó tras la retórica vacua y se limitó a repetir el discurso oficial, como si fuera un manual de defensa frente a las críticas de todos los grupos parlamentarios, sin excepción.
No basta con presumir del dinamismo empresarial español, ni con poner en valor el sistema financiero -afortunadamente bastante más sólidos y eficaces que el Ejecutivo socialista-porque los españoles no necesitan hoy buenas palabras, trufadas siempre de un optimismo que ya resulta irritante, sino gestión y trabajo por parte de un Gobierno que ha exhibido una notable insolvencia. No resulta aceptable que en las actuales circunstancias el Ejecutivo saque pecho, cuando desde hace meses todas sus previsiones y cálculos han sido desmontados de cuajo por una realidad que camina en sentido contrario a las felices palabras de su presidente. El alza de precios, el incremento del paro -el mayor de la UE-, la caída brusca del crecimiento o la subida del Euribor no son datos subjetivos, sino tan reales como las inexplicables reticencias de Rodríguez Zapatero para abordar, sin atajos, un problema común a todos los españoles.
La intervención de Mariano Rajoy fue rotunda y directa, consciente de que detrás de las cifras hay personas padeciendo en sus carnes una situación que no admite medias verdades. El presidente del PP desmontó fácilmente el muro de lugares comunes con el que pretendió cubrirse Zapatero de la crítica parlamentaria. El líder de la oposición dibujó la España real -la que reconocen los ciudadanos-y no esa España feliz y confiada que pinta el presidente del Gobierno con trazos cada vez más atropellados. Rajoy acertó en el diagnóstico y sus críticas al Gobierno resultaron creíbles. El resto de las fuerzas parlamentarias, cada uno en su terreno, desnudaron igualmente los argumentos del jefe del Ejecutivo. Los contenidos aplausos de la bancada socialista no fueron suficientes para evitar que Zapatero se quedara solo a la hora de defender lo indefendible. Hay cosas que ni siquiera la mayoría electoral puede evitar: la realidad no se oculta con frases hechas, porque la retórica no basta para hacer frente a la crisis, pero sí contribuye a agravarla. Triste y decepcionante comparecencia, a la fuerza, de un presidente sobrepasado por las circunstancias.

http://www.abc.es/20080703/opinion-editorial/zapatero-desnudo-ante-crisis_200807030252.html