Cesar Alonso, Cataluña se va

miercoles 23 de julio de 2008
Cataluña se va
CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
Las conclusiones del congreso del PSC han sido definitivas: «Cataluña es una nación con lengua propia». Rodríguez Zapatero no ha dicho ni mu. Nada raro por parte de quien la nación es algo discutible y discutido. Pero tampoco se ha levantado en contra voz alguna en el Partido Socialista Obrero Español. No conozco tampoco reacción alguna por parte de los «populares». Es ya algo asumido. Cataluña se va. Lo único que quieren unos y otros, todos los que están de acuerdo con esta inmensa farsa, es que no se permita ver el lado trágico que esto podría tener. Que continúe la farsa del Estado español. Que nadie pueda recordar que esto se ha roto. Que esto está muerto y bien muerto, aunque mi querido amigo De Blas siga pensando que aún quedan fuerzas inéditas en contra de ello.
Lo que quieren aquellos que verdaderamente saben que esto va en serio es que no se nos permita existir políticamente a los que denunciamos la situación. No es solo el derecho al idioma el que es negado en Cataluña sino la voluntad misma de ser ciudadanos españoles en todo y de aparecer como tales. El debate sobre la financiación delas «comunidades» es el argumento definitivo sobre la real inexistencia de España. A los catalanes les interesa seguir en la ficción del «Estado» porque es una ficción bien retribuida y los españoles vergonzantes están también interesados en que continúe el debate. Mientras siga perdurando la discusión se podrá seguir alimentando la ficción de la existencia de España.
No sabemos en qué momento o con motivo de qué hecho los Montilla, Pujol y Carod Rovira decidirán la ruptura simbólica con lo que llamamos el «Estado». Desde luego para entonces habrán tenido que resolver sus últimos complejos hamletianos. Su situación es la del «chico» de 35 años que sigue viviendo en la casa del padre. Coherente con esta imagen, Montilla le recordó a Zapatero el refrán de «quien bien te quiere de hará sufrir» (sic). La asamblea prorrumpió en un aplauso histórico. Propia de alguien que se va sin hacer de ello una tragedia. Ésta es la diferencia entre Cataluña y el País Vasco. El final de una largas relaciones, que diría Isidro Molas.
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http://www.abc.es/20080723/opinion-firmas/cataluna_200807230305.html