miercoles 29 de julio de 2008
España a las siete y media
Disminuir tamaño del textoAumentar tamaño del texto Miércoles, 30-07-08
TOMÁS CUESTA
QUIZÁ también usted -piadoso lector, «mi semejante, mi hermano»- esté hasta el colodrillo de gestas deportivas y atléticas hazañas. Y no porque usted sea igual que esos pedantes que quieren desmarcarse del común -o sea, de «la masa»- y que desprecian lo que aprecia el pueblo llano. No porque la Eurocopa se la traiga al pairo. No porque el brazo armado de Nadal (que es la única izquierda solvente en estos páramos) no le encandile el ánimo. Ni porque le dé igual que Carlos Sastre le haya hecho un traje a la medida al Tour de Francia. Lo que le ocurre a usted -y nos ocurre a tantos- es que lo poco gusta, pero lo mucho cansa.
Que a España le viene chico el tópico turístico del país de contrastes es un hecho evidente en el que no es preciso hacer escala. Nosotros, lo que somos -mientras aún seamos- es una contradicción apabullante, un eterno vaivén entre el todo y la nada. Un día nos hallamos en el pozo y otro coronando la cucaña. Nos vamos en pelotas del casino o salimos a hombros tras hacer saltar la banca. Jugamos la championlí de la riqueza o nos echan del estadio con cajas destempladas. Y dale que te pego y pego que te dale. Del ayuno al empacho, del cero al infinito, del burdel a los altares.
Como todos los grandes humoristas, don Pedro Muñoz Seca era un filósofo en pantuflas y en bata de andar por casa. Lo malo es que se le entendía a la primera y así, en filosofía, no hace carrera nadie. Y por eso, además, porque se le entendía a la primera, los camaradas de Carrillo le dieron matarile a las primeras de cambio. Ahora, en vez de fusilarle, le habrían motejado de casposo, de carcamal y de facha. ¡Para que luego digan que aquí no hay tolerancia!
Más vale no adentrarse en memorias de once varas que sólo satisfacen a los desmemoriados. Lo sustancial es que el maestro Muñoz Seca -sin florituras metafísicas y sin darse importancia- describió a la perfección el mecanismo de la montaña rusa en la que viajamos. ¿Se acuerda usted de «La venganza de don Mendo»? Claro que sí, es un pecado no acordarse. ¿Y de aquel célebre pasaje en el que pone las cartas boca arriba y reconoce que las endiabladas siete y media le han dejado la bolsa a menos cuarto?
Y el no llegar da dolor
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas, ¡ay de ti si te pasas!
¡Si te pasas es peor!
Y ese es, en definitiva, el problema de España: que o nos quedamos cortos, por cobardía o por desgana, o cogemos impulso y nos pasamos de la raya. Nunca nos falta algún fuera de serie que dé el golpe de gracia, ya sea en el deporte, en la literatura, en las ciencias, en el arte. Y, tras el monstruo, «naide». No encontramos el punto a la dichosa «aurea mediocritas» que propugnaba Horacio. El plácido ir tirando día a día, sin fulgores, sin tracas, sin fanfarrias. Y sin taquicardias y sin tantarantanes, que no es moco de pavo. Porque, metidos a hablar de pavos, cualquier colectividad medianamente estable necesita Pavones y Zidanes, gregarios entregados y estrellas deslumbrantes. No basta con ser el primero de la fila si los que van detrás no logran dar la talla.
Decía Schopenhauer que el talento consiste en acertar en la diana mientras que el resto de los tiradores fallan. El genio, según el viejo cascarrabias, sería darle de lleno a una diana que los demás ni tan siquiera han divisado. El caso es que, en esta tierra de garbanzos, la cosecha de genios siempre ha sido abundante, pero el talento, en general, es difícil que arraigue. De ahí que, aunque no duerma el músculo ni la ambición descanse, la gente tasque el freno y racanee el entusiasmo. Ganamos de calle, cierto es, pero, hoy por hoy, mentar la calle es un sarcasmo. ¿Quién va a afrontar el Alpe d´Huez del desempleo? ¿Quién barrerá la crisis a mandobles y la sacará del campo? En esa disciplina faltan genios y sobran existencias de desgarramantas.
http://www.abc.es/20080730/opinion-firmas/espana-siete-media-20080730.html
martes, julio 29, 2008
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