miércoles, julio 30, 2008

Oscar Molina, Cuando lo que mata es el reloj

jueves 31 de julio de 2008
Cuando lo que mata es el reloj

Óscar Molina

E L reloj es una especie de cronómetro de nuestra vida, puesto en modo de cuenta atrás. Pero ese mismo reloj contiene otros dentro de él que llevan un conteo particular, encargado en ocasiones de acelerar por sí solo el momento en el que ocurren ciertas cosas.

El 26 de Mayo de 2003 un Yak 42 perteneciente a la compañía ucraniana “UMAir” se estrelló en Turquía matando a sus pasajeros, 62 militares españoles, y a su tripulación. El reloj particular que se había acoplado a aquel avión prevaleció de manera dramática sobre los cronómetros vitales de sus ocupantes, y les puso un traicionero rejón en la ladera de una montaña. Aquel reloj contaba las horas de trabajo ininterrumpido que la tripulación del Yak llevaba sobre sus hombros, y marcaba una actividad superior a las 20 horas. La aberración, en este caso, cumplió siniestramente con su querencia por la catástrofe.

El 80% de los accidentes de Aviación son debidos a errores humanos. Pero detrás de cada error pueden existir múltiples causas. Esas mismas investigaciones han demostrado que el factor que más contribuye a provocar el fallo humano en las operaciones aéreas es la fatiga de vuelo. Son innumerables las catástrofes aéreas en las que encontramos tripulaciones pasadas de actividad o que no habían cumplido su descanso reglamentario.

La Aviación es muy segura, claro que sí. Las máquinas que nos llevan de un lugar a otro son cada día más fiables, los procedimientos de navegación más exactos, los protocolos de control de tráfico aéreo más eficientes… pero las personas que volamos los aviones somos lo mismo que los que los volaban hace cincuenta años: seres humanos. Y en ellos, en nosotros, está la parte más débil de la cuerda que sujeta los aviones en el cielo; la que más veces se rompe. La que en ocasiones menos se cuida.

A día de hoy, la regulación europea referente a limitaciones de actividad y tiempos de descanso de tripulaciones aéreas se encuentra en fase de implementación en España, pero en el proceso de su adecuación a nuestro ordenamiento las numerosas consideraciones médicas, los abundantes y concluyentes estudios sobre fatiga y descanso mínimo o las regulaciones que funcionan con eficiencia en los países de nuestro entorno no han recibido la menor atención por parte de sus promotores: el Ministerio de Fomento y la Dirección General de Aviación Civil. El lector que esté interesado en el tema puede echar un vistazo al siguiente enlace:
http://members.tripod.com/~hunicken/fatiga.html

Y consultar parte de la copiosa bibliografía que hay al final de la página. Cuando hablamos de fatiga de vuelo, actividades máximas y descansos mínimos, no nos referimos a ningún tema nuevo que se encuentre en estudio. Hablamos de algo que se viene estudiando desde hace más de treinta años, y sobre lo que la ciencia médica ya ha establecido conclusiones muy claras.

En España, el tema ha estado regulado hasta ahora por una Circular Operativa de Aviación Civil, conocida como 16B, que dejaba mucho que desear comparada con la normativa norteamericana, alemana, británica y las de otros países que cuentan con los mayores índices de Seguridad Aérea. La surrealista normativa que se propone ahora es bastante peor. Permitiría, por ejemplo, a un piloto volar a China e iniciar el vuelo de vuelta dentro de un periodo de 24 horas descansando en el propio avión (no en la habitación de un hotel) en un asiento no reclinable. Se podrían realizar vuelos de hasta 14 horas sin tripulación de refuerzo, cuando el límite actual es de 11 horas, por citar algunas cifras con las que no quiero aburrirles.

Desconozco si tanto el SEPLA como el Colegio de Pilotos llevarán a cabo medidas de presión (paros parciales) para forzar que no se apruebe esta sinrazón. De ser así prepárense a oír la eterna, falsa y tópica cantinela de que los Pilotos hacemos huelgas para “defender nuestros privilegios”, a que les cuenten que no damos ni palo y llevamos una vida regalada propia de millonarios.
Vds. verán, pero sí les puedo contar que cuantas más horas vuelo más dinero gano.

Así que si protesto contra esta legislación la razón no será mi nómina, sino mi Seguridad y la de mi familia a la hora de volar. La misma Seguridad que merecen Vds.
Resulta además sarcástico que aquellos que sacaron tanta tajada política de un accidente causado por la fatiga de la tripulación cuando estaban en la oposición, el mismo Partido Socialista que se quería comer crudo a Trillo por el suceso, propongan ahora desde el Gobierno una regulación que ponga a miles de pilotos españoles ante el cronómetro contador de las horas que conducen a una situación parecida.

Somos nosotros los profesionales, pero con Vds., nuestros pasajeros, de la mano, quienes debemos hacer un esfuerzo para que los poderes públicos se den cuenta de que no dar cuerda a algunos cronómetros es algo que concierne a la Seguridad de sus administrados, y una materia de interés público. Fundamentalmente porque las investigaciones demuestran de modo lamentablemente recurrente que los errores humanos vienen muchas veces condicionados por el peso de algo tan etéreo como es el tiempo.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4760