El dueño de la cucaña
M. MARTÍN FERRAND
Jueves, 31-07-08
LA primera escuela de periodismo que, como tal, funcionó en España fue creada por Ángel Herrera Oria, fundador de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, cuando era director de El Debate, el periódico confesional y militantemente católico más notable en nuestra Historia. Han pasado ochenta años desde entonces y la actividad informativa, multiplicada con la ayuda de las nuevas tecnologías, mantiene sus esencias. La publicación de noticias veraces y la difusión de opiniones independientes continúan siendo la esencia del fenómeno. Hoy, como entonces, el entendimiento de la libertad es algo más próximo a la moral que a la política; pero, en razón del avance de los tiempos, ya escasean los energúmenos dispuestos a negar, o limitar, la libertad ajena con sus dogmáticas propuestas excluyentes.
En la España de hoy, en la que, por razones más empresariales que políticas, la práctica periodística no atraviesa sus momentos más brillantes y rigurosos, la COPE, la red audiovisual que es propiedad y responsabilidad de la Conferencia Episcopal Española, es el único vestigio de periodismo confesional que podría engarzar -en la teoría más que en la práctica- con la escuela de quien después fue cardenal de la Iglesia y en la que se sentaron las bases de una democracia cristiana que forma parte del tejido social nacional. Desde sus micrófonos, Federico Jiménez Losantos, polemista vocacional, ha sabido adaptar a lo radiofónico la más vieja técnica panfletaria y, con éxito de audiencia, ha sustituido con tan desdeñable práctica el inequívoco periodismo crítico de su predecesor, el tristemente desaparecido Antonio Herrero.
La contumaz actividad de Losantos ha sembrado vientos que ahora se convierten en sentencias judiciales tempestuosas. La última, firmada por la juez María Asunción Remírez, condena al director de «La Mañana» a indemnizar y reparar las ofensas que reiteradamente vertió contra José Antonio Zarzalejos, director de ABC en los días a que se refieren los hechos probados. La juez ha dejado claro que el insulto y el improperio no constituyen materia periodística. Zarzalejos, desde sus primeros pasos como escritor de periódico, cuando se firmaba Vicente Copa, hizo alarde de moderación y buenos modos en el ejercicio de la crítica y ello convierte en más escandaloso el libelo hablado con el que le ha tratado sistemáticamente una radio que se dice católica y aspira a ser herencia espiritual del cardenal Herrera Oria.
Lo sorprendente, para mí, no es que un juglar hambriento de notoriedad se suba a la cucaña y grite improperios desde lo alto. Siempre ha habido audaces dispuestos a llamar la atención. La ofensa como género periodístico no es de recibo; pero, ¿tiene algo que decir el dueño de la cucaña? ¿Qué hubiera hecho el director Herrera con el redactor Losantos? ¿Lo sabrá el cardenal Antonio María Rouco o terminará nombrándole coadjutor para la difusión de las buenas maneras?
http://www.abc.es/20080731/opinion-firmas/dueno-cucana-20080731.html
miércoles, julio 30, 2008
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1 comentario:
El gran Antonio Herrero(q.e.p.d.), desde lo Alto, sin duda ve que su espíritu crítico y de decir siempre la Verdad, es continuado por el Gran Comunicador de Orihuela del Tremedal.......
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