miércoles, julio 23, 2008

Mas cerca de la derrota

miercoles 23 de julio de 2008
Más cerca de la derrota
LA respuesta policial a los atentados cometidos el domingo en Noja y Laredo ha sido contundente. ETA ha perdido al «comando Vizcaya», del que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha dicho que era «el más activo de la banda». Sus antecedentes así lo demuestran, porque a los detenidos, especialmente a su máximo responsable, Arkaizt Goicoechea, se les atribuye la mayoría de los últimos atentados perpetrados por la banda. Entre sus acciones criminales se encuentra el asesinato de un guardia civil en Legutiano. No sólo se trata de una gran noticia por lo que supone este golpe policial a la estructura de ETA, sino también porque los detenidos van a estar sometidos a la reforma de 2003 que introdujo en el Código Penal el cumplimiento efectivo de las condenas. Los etarras que sean declarados culpables de los asesinatos de la Terminal 4 de Barajas, de Capbreton y de Legutiano se enfrentarán a una permanencia real en prisión de cuarenta años, lo que se corresponde adecuadamente con la gravedad de sus crímenes. De esta manera, la eficacia policial y la presión judicial se ven complementadas con la firmeza de la ley penal. Por esto cabe lamentarse de que no haya habido una sola iniciativa legal desde 2004 para aumentar el poder disuasorio y, llegado el caso, sancionador del sistema jurídico.
Por otro lado, la detención en bloque del «comando Vizcaya» demuestra que los servicios de información del Estado tienen datos fiables de los movimientos de los terroristas. Esta certeza crea inseguridad en los etarras y aumenta las posibilidades de que cometan errores. El trabajo paciente y la colaboración internacional siguen siendo piezas clave de la lucha antiterrorista.
De ahora en adelante, es preciso desterrar de los discursos políticos cualquier escepticismo sobre la eficacia de la vía policial para acabar con el terrorismo de ETA. Lo que impide derrotar a los terroristas es negociar con ellos y alumbrar expectativas de que la violencia, al final, puede ser rentable. La experiencia de la negociación del Gobierno de Rodríguez Zapatero con ETA lo demuestra de forma inapelable. Bienvenidas sean todas las operaciones policiales como la que ha acabado con el último «comando Vizcaya», pero el tiempo perdido en los últimos años con discusiones vanas sobre el «final dialogado» de la violencia ha sido una grave irresponsabilidad.
La reconducción de la lucha contra ETA a sus términos debidos -acción policial y judicial, cooperación internacional, aislamiento de los proetarras- es la mejor de las rectificaciones del Gobierno socialista y, por eso, está contando con el apoyo político del Partido Popular -porque ahora se hace lo que los populares pedían, no sin recibir entonces agrias descalificaciones por hacerlo- y el respaldo social. Esta política de firmeza sí es entendida por los españoles, quienes han acreditado estar dispuestos a no reprochar nunca al Gobierno que ETA mate porque no se ceda a su chantaje, pero sí que ETA deje de matar a cambio de un precio político.
Aún resta poner el consenso entre PP y PSOE al mismo nivel que la eficacia de las Fuerzas de Seguridad del Estado. La unidad democrática es tan necesaria como la detención de terroristas, porque lleva sus efectos a todos los frentes abiertos por el terrorismo. Por eso, populares y socialistas no sólo tienen que oponer a ETA una misma determinación de vencerla incondicionalmente, sino también deben ofrecer a la sociedad vasca un nuevo tiempo político en el que la vida de las instituciones y de los ciudadanos vascos deje de girar en torno al chantaje terrorista y el aprovechamiento inmoral que el nacionalismo vasco ha obtenido del terrorismo. Esto y no otra cosa es lo que pretende nuevamente el lendakari Ibarreche con su consulta ilegal, promovida -aunque suspendida por el Tribunal Constitucional-, no para que ETA deje de matar, sino, precisamente, aprovechando que ETA ha vuelto a matar.

http://www.abc.es/20080723/opinion-editorial/cerca-derrota_200807230307.html

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