martes 1 de julio de 2008
Más dura será la caída
Germán Yanke
No me refiero, desde luego, a la de la selección española de fútbol, que seguramente mantendrá los éxitos que merece el buen juego. Pero sí al día después de esta fiesta enardecida que hace parecer que ya no hay crisis (¿quién dijo que era discutible?), que se pagan las hipotecas, que hay trabajos disponibles y que todo es, de pronto, maravilloso. Nada mejor para iniciar el verano.
Salvo algunos excesivamente desconcertados, se gane o se pierda, que aprovechan la ocasión para mostrar el absurdo de algunas vidas, seguramente se está celebrando la fiesta que se celebra porque de algún modo se necesita. Y quizá se necesita más cuando las cosas no pintan bien, es decir, cuando hay que agarrarse a cualquier cosa —y esta del campeonato europeo es de las buenas— para no pensar en otras.
Si cada uno debe ocuparse de sus asuntos, el mollar está en el campo del Gobierno. Está también muy bien que el presidente Rodríguez Zapatero muestre su felicidad y se enorgullezca de ser el primer presidente “en democracia” que ha celebrado el triunfo europeo del fútbol español. Eso de “en democracia”, por cierto, refleja claramente que la selección, y sus conquistas futbolísticas, dependen muy poco del tipo de Gobierno que se tiene. ¿Quién gobernaba hace cuarenta y cuatro años?
Así que, al menos en cuanto se recojan las basuras de la plaza madrileña de Colón, el presidente y su Gobierno deben olvidar los eufemismos y las medidas pusilánimes y encarar la crisis económica con seriedad. Cada nuevo dato —como el maldito récord del euribor— pone los pelos de punta. Ante esta situación, colocar la responsabilidad del malestar y la incertidumbre ciudadana en la oposición, concretamente en el PP, resulta, si no inconcebible, sí lamentable. El equipo económico de la derecha encabezado por Cristóbal Montoro quizá no ha logrado aún explicar a la opinión pública sus propuestas concretas, pero no se puede negar que ha tenido un comportamiento exquisito con un Gobierno paralizado, quizá sólo verdaderamente activo para buscar palabras que sustituyan la de crisis.
Ha sido precisamente el PP el que ha llamado la atención sobre el hecho de que lo que los ciudadanos no entenderían de ningún modo es que, ante la crisis, los dos grandes partidos se echen los trastos a la cabeza en vez de pactar medidas eficaces. Sólo pasmo puede producir que el Gobierno pretenda que la oposición esté callada e inactiva y que, al mismo tiempo, le quiera endosar, agriamente, la desconfianza. No se olvide que incluso quien más próximo ha querido estar del PSOE en estas circunstancias, CiU, ha tenido que reconocer que las propuestas gubernamentales han terminado siendo insuficientes.
Así que, para que la caída sea menos dura (incluso para el Gobierno), más vale tomar las riendas con urgencia y valentía. Y escuchar las sugerencias de quienes, sin duda, han acertado más que los ministros en la valoración y el diagnóstico de lo que está ocurriendo.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=01/07/2008&name=german
martes, julio 01, 2008
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