miercoles 2 de julio de 2008
España existe
JOSÉ MARÍA CARRASCAL
QUE haya tenido que ser un equipo de fútbol el que nos recordase que España existe, que no es una entelequia política, ni un fantasma del pasado, ni un muñeco del pim-pam-pum, sino una realidad viva, vibrante, tangible, es tan gozoso como preocupante. Gozoso porque nos confirma que todos los intentos en marcha para hacer desaparecer la nación española han sido en vano. Preocupante porque que hayan tenido que ser unos muchachos que corren detrás de una pelota, más un señor en edad del Inserso, quienes lo hicieran evidente demuestra el fracaso de las instancias políticas encargadas de velar por ello.
Llevábamos demasiado tiempo escuchando sólo malas noticias sobre nuestra nación, incluidas las de un presidente que llegó a decir que ese es un concepto opinable. Claro que también lo ha dicho de la crisis económica, cuando nos muerde ya las posaderas. Pero es el presidente y es sintomática su actitud ante un hecho tan trascendental como si somos una nación o varias. La tendencia en marcha durante los últimos años ha sido que somos varias, diecisiete exactamente, cada vez más distintas y enfrentadas, lo que no auguraba nada bueno para la empresa colectiva, para el idioma común o para cualquier cosa que requiriese un esfuerzo conjunto.
Y miren ustedes por dónde han tenido que ser unos futbolistas, con su entrenador a la cabeza, quienes nos demostrasen que podemos hacer cosas juntos, que podemos incluso ganar al resto de los europeos aunque nos aventajen en estatura, peso y producto interior bruto, si ponemos el empeño, la habilidad y el trabajo de equipo necesarios. Eso fue lo que se celebró el lunes en la madrileña plaza de Colón y en miles de plazas españolas, convertidas en plazas del redescubrimiento: la voluntad integradora de quienes desean que España siga existiendo a pesar de todos los pesares. De ahí la alegría colectiva, contagiosa, de más de cuarenta millones de españoles.
Naturalmente, esto no puede quedarse ahí. «Ustedes, los españoles -me dijo hace ya muchos años un inglés-, son capaces de un Dos de Mayo, pero no de un Tres, de un Cuatro, de un Cinco». Espero que esta Copa de Europa no sea sólo un trofeo en la vitrina de la Federación Española de Fútbol. Que sea también un aldabonazo en nuestra adormilada conciencia, un punto de inflexión en una deriva que nos estaba dejando sin nación por el entreguismo de unos políticos, el afán de rapiña de otros y la insensata comodidad de la mayoría. El 30 de junio de 2008 no puede quedarse en una efeméride gloriosa del deporte español. Tiene que ser también la fecha en que nuestro pueblo volvió a tomar conciencia de sí mismo como nación, en la que cabemos todos los que quieren ser españoles, que somos más, muchísimos más que los que no quieren serlo, por mucho que griten, mientan o enfurezcan. De ser así, la deuda que hemos contraído con esos jugadores y su seleccionador no habrá cifra humana que la cuantifique. Vayan aquí mis gracias más profundas.
http://www.abc.es/20080702/opinion-firmas/espana-existe_200807020244.html
miércoles, julio 02, 2008
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