lunes 5 de noviembre de 2007
El Rey, ariete y escudo Pablo Sebastián
En medio de la convulsa situación política nacional, cuando todavía no se han apagado los rescoldos de los últimos incendios del desafío de Ibarretxe, la crisis del AVE y de la sentencia del 11M, por citar sólo unos pocos, el Rey, a instancias del Gobierno de Zapatero, ha decidido realizar una visita oficial a Ceuta y Melilla a pocas semanas del comienzo de la campaña de las elecciones generales del próximo día 9 de marzo. Y la primera pregunta que debemos hacer es: ¿por qué este viaje, y en este momento? Ya se sabe que estaba pendiente, pero ¿qué necesidad de abrir ahora una crisis con Marruecos, cuando en España están abiertos muchos frentes de par en par?
No se entiende. O pasa algo con Marruecos que no sabemos, o está a punto de pasar y tampoco lo sabemos. O simplemente Zapatero se ha querido dar un baño de españolidad, para zafarse de sus desvaríos confederados, y al Rey de paso no le viene mal asumir protagonismo —y con bronca marroquí mejor que mejor— en un momento en el que se están quemando sus fotos y en el que desde la extrema derecha confesional se le pide la abdicación. De manera que ambos dos, el monarca y Zapatero, tienen intereses directos en pasarle la bandera española por los morros al monarca aluita, quien a su vez ha montado su propio espectáculo nacionalista calificando la visita de provocación, lo que en cierta manera es verdad, pero no por reivindicar la españolidad de Ceuta y Melilla, sino por el don que incluye de su absoluta inoportunidad.
Sin embargo, y cuestiones españolas internas aparte, falta por ver si este incidente con Marruecos será sólo temporal, o de largo alcance, porque se sabe, también, que Zapatero es propicio a favorecer al Rey Mohamed VI y al Gobierno de Rabat en la crisis del Sahara, lo que le ha costado a España serios problemas con el Gobierno de Argel.
Lo cierto es que Zapatero, que ayer se apuntó otro tanto apareciendo junto a Sarkozy en la liberación de las azafatas españolas regresadas del Chad, está jugando sus cartas con gran rapidez y suma habilidad para intentar rehacer los destrozos causados por él en su legislatura, mientras que sigue el mayor de los desconciertos en el seno del PP. A propósito de este viaje de los Reyes a Marruecos los populares no han sabido bien qué hacer. Por una parte aplauden el viaje de los Reyes, por la otra critican a Zapatero por esta visita, que algunos califican como el pequeño Perejil del PSOE, y que ya veremos cómo resulta al final. Porque Marruecos también juega en esta partida española y todavía no sabemos lo que puede hacer.
http://www.estrelladigital.es/a1.asp?sec=opi&fech=05/11/2007&name=manantial
domingo, noviembre 04, 2007
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