viernes, noviembre 16, 2007

German Yanke, Las curvas del Gobierno

viernes 16 de noviembre de 2007
Las curvas del Gobierno
Germán Yanke
La política española puede parecer en ocasiones lamentable, pero, desde luego, no es aburrida. Hay tantos asuntos que llenan la actualidad con un tono entre dramático y esperpéntico que otros, sin duda fundamentales, terminan por aparecer como anomalías. ¿Cómo me plantea usted este asunto si estamos en plena batalla por esta bagatela? Ahí están, por ejemplo, las debilidades de nuestra economía ante el previsible mantenimiento de lo que se ha dado en llamar “incertidumbres”. Ya no es Rato enviando mensajes envenenados desde el Fondo Monetario Internacional. Ahora es su sucesor, un francés, socialista y ajeno a nuestras cuitas, el que alerta de los peligros con los que nos enfrentamos. Y casi no haría ni falta: lo notamos en el IPC, en las hipotecas, en el paro, en la capacidad adquisitiva de los sueldos.
Y ahí sigue, también, ETA. El ministro del Interior acaba de decir que, entre los objetivos primordiales de su departamento, está tanto la lucha contra la “oscuridad” de la financiación de la banda terrorista como el empeño de impedir una reorganización de Batasuna que facilite la vuelta a las armas de ETA, si es que —habría que añadir— alguna vez las ha abandonado. Son, desde luego, dos objetivos a los que no hay pero que poner. Aunque, al mismo tiempo, son también dos asignaturas que contradicen toda la teoría de unos pistoleros alejados o distintos del “mundo abertzale” con la que algunos han querido justificar los diálogos con Batasuna y el deseo de “separarla” de la violencia. No hay más que una hidra terrorista en la que unos consiguen dinero, otros asesinan, aquellos protegen, los demás sostienen y los últimos completan la actividad criminal en lo que la propia ETA llama “otros frentes”.
En la vorágine de tantas otras batallas espectaculares no está de más recordar una cuestión tan fundamental. Un reciente sondeo del Euskobarómetro señala que los vascos piensan que la banda está debilitada pero no confían en su disolución, seguramente porque tienen la impresión de que “todos los instrumentos de la Ley y el Estado de Derecho” —por acudir a la frase acuñada— no están en la tensión en la que deberían estar.
Sin embargo, da la impresión de que las grandes cuestiones en las que se ha basado la contundente crítica de la oposición al Gobierno a lo largo de los últimos pasan a segundo plano a velocidad vertiginosa. Es más, se diría que en algunas de ellas, el PSOE modifica sus posiciones de cara a las elecciones sin reconocer que lo hace y sin que el PP, metido en las batallas del momento, reestructure su discurso ante las nuevas circunstancias. Se va a encontrar, en el último trecho de la legislatura, con un Gobierno que se presenta como el más españolista posible y el más perseguidor de ETA. O el PP prepara con rapidez su programa, su alternativa de cara a los comicios, o se verá desbordado por las viejas guerras y atrapado en la última polémica. O en la última curva.

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=16/11/2007&name=german

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