viernes, noviembre 16, 2007

Exteriores, credito agotado

viernes 16 de noviembre de 2007
Exteriores, crédito agotado
CREAR un Comité Ejecutivo de política exterior coordinado por la vicepresidenta De la Vega ya no sirve de nada. El bumerán que lanzó hace casi cuatro años el presidente Rodríguez Zapatero está de vuelta y lo único que se puede pedir es que los males que trae no sean, incluso, mayores de los que ahora padecemos. Hoy España no cuenta en el panorama internacional y el mundo es plenamente consciente de la mengua de nuestro peso y prestigio. Carecemos de aliados fiables y nuestras relaciones privilegiadas están rotas o duermen el sueño de los justos. Sin voz en Europa, sin capacidad de maniobra en Iberoamérica y sin poder de influencia en el Mediterráneo y en el Norte de África, carecemos de anclajes seguros para hacer frente a cualquier situación que comprometa seriamente nuestros intereses en el exterior. De hecho, atravesamos por un calvario que puede ir a más en los próximos meses, ya que la dinámica global hace que nuestras debilidades se conozcan en tiempo real por todos los rincones del planeta. Ser vulnerable exteriormente siempre ha sido un problema, pero serlo después del 11-S, cuando se ocupa una posición geoestratégica de primer nivel y se tiene detrás la octava economía del mundo, es lisa y llanamente una peligrosa insensatez.
La falta de apoyos obtenida por un prestigioso militar español como es el general Félix Sanz Roldán para ocupar el cargo de jefe del Comité Militar de la OTAN y, sobre todo, la gravedad de la crisis que vivimos con Venezuela -que ahora aspira a sumarse también a la carrera de la energía nuclear- están poniendo en evidencia todo el conjunto de torpezas y errores acumulado por nuestro Gobierno desde que José Luis Rodríguez Zapatero rompió la relación privilegiada que manteníamos con los Estados Unidos. Retirar nuestras tropas de Irak exhibiendo el comportamiento de un ingenuo adolescente quebró en unos minutos la respetabilidad ganada por nuestro país después de décadas. El problema no estuvo en la decisión, sino en la irresponsabilidad con la que se gestionó precipitadamente nuestra salida iraquí. Esta circunstancia y las declaraciones e iniciativas posteriores -conviene releer lo que dijo Zapatero en Túnez en septiembre de 2004-, fueron el comienzo del descrédito y la irrelevancia internacional que padece nuestro país en estos momentos. En este sentido, el salto cualitativo que ha experimentado la crisis con Venezuela comienza a ser preocupante. No sólo porque la escalada verbal de las descalificaciones de Hugo Chávez arrecia con los días, sino porque nuestras inversiones en el país han sido directamente amenazadas sin que haya habido una respuesta adecuada por parte de nuestro Gobierno. Pedir respeto y serenidad en un momento inicial de ofuscación puede ser razonable, pero seguir haciéndolo después de una semana de insultos y amenazas resulta inaceptable. Está visto que nuestro Gobierno no puede ser firme porque vive atrapado por una maraña de debilidad que parece no tener tasa ni límite. De hecho, la ineficacia de la respuesta que ofrece es la demostración de la capacidad de gestión de los responsables de Exteriores del Gobierno español y de la influencia que tiene España en el tablero internacional. Más claro aún: estamos rozando peligrosamente el ridículo exterior porque nuestro Ejecutivo es incapaz de hacer frente a la rabieta que provocaron en el orgullo bolivariano de Hugo Chávez las palabras de Su Majestad el Rey durante la pasada Cumbre Iberoamericana.
Como ya sucedió hace dos semanas con la reacción marroquí al anuncio de la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla, de nuevo los responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación han vuelto a evidenciar que les viene grande el cargo. El escaso rigor de la mayoría de sus planteamientos ha sido -junto a iniciativas estrambóticas promovidas por el presidente Rodríguez Zapatero- la causa de que España haya cosechado al cierre de esta legislatura un rotundo fracaso en su política exterior, que es, no lo olvidemos, uno de los ámbitos en los que un país pone a prueba de verdad su relevancia y su prestigio internacionales.

http://www.abc.es/20071116/opinion-editorial/exteriores-credito-agotado_200711160256.html

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