domingo, mayo 07, 2006

El matrimonio de Bono, espita que desencadenó su...

GARGANTA PROFUNDA
El matrimonio de Bono, espita que desencadenó su voluptuosa retirada
Elsemanaldigital.com

¿Problemas por el CNI? ¿Que España se rompe? Al final, un hombre, una mujer y la sensual soledad de una alcoba constituyen el principio y final de casi todo.

8 de mayo de 2006. Los motivos del corazón los desconoce la política. Mejor dicho, los ignora, no cuentan, son irrelevantes. Eso parece, al menos. A José Bono, 55 años, manchego de pro, abogado, "ultracatólico" a su manera, sagaz, populista, cuerpo serrano y verbo jacarandoso, no le faltan estos días motivos para aborrecer la hora en la que dió el salto del Tajo y miró a Madrid. Y es que corre cual caballo desbocado por el callejón del rumor toledano y madrileño que su señora, la elegante y bella Ana Rodríguez Mosquera, le ha dicho "hasta aquí hemos llegado".No es verdad, al parecer, que el amor pueda con todo en una época laica como la actual. No es verdad -por lo que relatan en el tout Toledo y, a estas alturas por el tout Madrid- lo que se lee en los cuentos de príncipes y coristas, o cenicientas, aunque en éste como en todos los tiempos los cuentos siguen meciendo la cuna del hombre, como diría León Felipe. Nada de cuentos. En todo caso, siempre según esos incesantes murmullos que llegan a oídos de Garganta Profunda, "el matrimonio guardaba las formas por la ocupación de Bono al frente del Ministerio de Defensa. Una vez fuera de la política, no ha resistido la perseverancia en la apariencia".Y al final, la pareja Bono–Rodríguez, él hasta ahora dedicado a la política y ella a las joyas, habría asumido la lógica del mal menor. Cada cual por su lado y punto. Así pues, a José Bono se le habría abierto el flanco de su vida sentimental. Dicen que está a punto de dejar el redil. Y lo que muchos esperan ahora, incluido algún amigo, es que el ex ministro, quizá, presente en sociedad alguna misteriosa chica perdida en la cripta embrujada de un ansia irredenta de poder. De modo que la marcha del hogar podría estar al caer. C´est la vie.

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