jueves 22 de abril de 2010
¿Qué piensa la Chacón sobre Montilla?
Marcello
Convendría saber que piensa la ministra de Defensa, Carme Chacón sobre su compañero José Montilla, y los líos que está organizando en la Generalitat a propósito del estatuto catalán. Pero probablemente la ministra de Defensa (y de propaganda de sí misma) Carme Chacón o está de viaje fotográfico o se pasa el día en el ordenador buscando con Google Earth la misteriosa base secreta que Al Quaeda aún tiene en Mali, y donde permanecen secuestrados dos ciudadanos españoles, a ver si es posible que un comando de las fuerzas de intervención rápida españolas puede capturar a los agentes islamistas y salvar vivos y sanos a los españoles secuestrados. Lo del Alakrana no le salió bien porque la ministra se asustó y no dejó actuar con plena libertad a la infantería de Marina, porque de lo contrario habrían acabado con los piratas y habían recuperado el botín del rescate. Pero a veces da la impresión de que la señora Chacón es la responsable de una ONG, en lugar de serlo del ministerio de Defensa, y por eso sigue utilizando en Afganistán los discursos de las misiones de paz, cuando son misiones de guerra.
Esta ministra, que lleva siempre a sus espaldas una cámara de TVE y al JEMAD como si fuera su edecán y no tuviera nada más que hacer en el ministerio, amén del lío de Kosovo, del otro del CNI, del chuleo de los ingleses en aguas de España y cerca de Gibraltar, y de sus inagotables viajes para salir en los telediarios y fotos de periódicos, tiene un gran responsabilidad como ministra de Estado que es. Y máxime como responsable de las Fuerzas Armadas Españolas a las que el artículo octavo de la Constitución les encarga solemnemente la “misión de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.
Pues bien, nos gustaría conocer la opinión de la ministra de Defensa sobre lo que hace y dice en estos días el Gobierno catalán, que preside José Montilla, contra el Tribunal Constitucional, esa institución de nuestro “ordenamiento constitucional” que el “president” catalán se pasa por el arco del triunfo con suma facilidad. A sabiendas que Chacón es dirigente del PSC que lidera Montilla, y que anda preparando una moción del parlamento catalán en contra de la legitimidad del Constitucional y cantando la palinodia de la nación catalana frente a la nación española.
Enrevesada situación pues la de la ministra de Defensa, y más complicada aún lo sería si los seis magistrados del Tribunal Constitucional que derrotaron la quinta ponencia de Elisa Pérez Vera, eliminaran del Estatuto catalán las alusiones a la pretendida nación catalana, lo que sería un auténtico “casus belli” –y perdón por la cita militar- para el PSC, que parece haberse ido al monte –de Monserrat, suponemos- siguiendo la peregrinación que inició en su día Maragall y que azuzan sus compañeros de ERC. Y ahora también los de CiU que creerán tener cazados en sus contradicciones al gobierno de Montilla, al que piensan derrotar en las elecciones de este otoño.
Cosa que le importa un bledo a la Chacón porque si cae Montilla ella piensa seguir dentro del gobierno de Zapatero, al menos hasta 2012 con la ayuda de su marido Barroso que además es el consejero del presidente en materia de propaganda y medios, y que ya intentó que su santa esposa le quitara a la vicepresidenta De la Vega el sillón número dos del gobierno en la última crisis de gabinete. Veremos si en la crisis de gobierno que se anuncia para el mes de julio la Chacón sobrevive al cambio y al cargo –donde además ha fracasado en la ley de la carrera militar, devaluando las Academias y hoy sometida a decisión de los tribunales- o si al contrario deja paso a un político de más empaque, y menos enchufe o menos cuota, como podría ser ni más ni menos que Rubalcaba, que está cansado de Interior y al que le gusta mucho el CNI y el Sitel. Y no digamos si en un ataque de locura Zapatero decidiera recurrir a los pesos pesados del PSOE y llamara, por ejemplo, a Solana, que de Defensa sí que sabe, y de España también.
Ya sabemos que lo del artículo octavo de la Constitución no es aplicable en la España de hoy ni nadie lo quiere. Además en caso de urgencia bastaría con reactivar la campaña contra el cava y se resolverían todos los problemas, porque las pelas son las pelas, y en Cataluña más. Pero no conviene eludir el debate ideológico y político que subyace en esta crisis del Estatuto que, por la proximidad electoral, está llegando demasiado lejos, dañando al Constitucional y abriendo, por más que lo disimulen, una crisis profunda entre el PSOE y el PSC.
A Montilla lo mandó Zapatero a Cataluña, desde el ministerio de Industria, para cargarse a Maragall porque don Pascual fue demasiado lejos en su modelo de estatuto catalán. Y ahora cabe la oportunidad de que otra vez Zapatero envíe a un “sicario político” –con perdón- para echar a Montilla y trasladarlo a una embajada, por ejemplo a Canadá para que estudie bien el caso de Quebec. ¿Sería la Chacón la encargada de liquidar o de sustituir a Montilla? Puede que no, para ese papel si llega el caso vemos más apropiada a Manuela de Madre, o al ministro de Trabajo, Corbacho que es un huracán. A Chacón la enviaría Zapatero a Cataluña sólo en caso de conflicto civil entre el PSOE y el PSC, pero como candidata de la lista del PSOE frente a la del PSC, que en ese caso estaría liderada por Maragall, una vez regresado a la casa familiar.
Adivina, adivinanza ¿qué piensa la ministra Chacón sobre Montilla? Pronto se sabrá.
http://www.republica.es/2010/04/21/%c2%bfque-piensa-la-chacon-sobre-montilla/
jueves, abril 22, 2010
Jose Javaloyes, Asimetria islamica
jueves 22 de abril de 2010
Asimetría islámica
José Javaloyes
Sí hace el hábito al monje, y a la monja. Entre la “hiyab” o velo y el “burka” o escafandra textil, eclipse parcial y eclipse total, respectivamente, de la presencia de la mujer en el mundo musulmán, se ha levantado la polémica en estas horas iniciales del conflicto cultural, brotado de las masas de inmigrantes mahometanos asentadas en Europa frente a las propias percepciones europeas contra la discriminación de la mujer. Y junto a ello, la esgrima de los signos coránicos, en los espacios laicos de nuestro mundo occidental. Todo, dentro de la convivencia – puesta en cuestión – entre grupos de raíces culturales distintas. Unas, las de los paisajes de origen de los islámicos. Otras, las del mundo que les acoge y recibe.
Pero el problema no se limita a la expresión bilateral de las diferencias, ya que una parte, la europea y occidental, es abierta e internamente pluralista; mientras que la otra, la musulmana, es fundamentalmente cerrada y compacta. Aquí, en el caso de la muchacha de origen marroquí, Najwa Malha, con su insistencia y la de los suyos en llevar la “hiyab” dentro del instituto Camilo José Cela, en Pozuelo de Alarcón, como algo inferido de sus derechos islámicos, se ha encontrado con la negativa de la autoridad escolar en cuestión. Una negativa cuyo énfasis numérico parece haber traducido la presumible irritación del órgano rector del instituto por el apoyo que habían dado, a las pretensiones de la “hiyabista”, otras varias muchachas de idéntica o participada condición musulmana, tocándose también con el velo.
Las cosas se habían enredado todavía más cuando el ministro del ramo asimilaba al derecho a la educación el de tocarse con el velo, llevando el laicismo constitutivo de este Gobierno a límites obviamente sectarios y rayanos con la necedad. Obliga ello a traer dos asuntos a colación. Uno es la decisión del presidente Sarkozy de sacar adelante una ley contra el “Burka” en la vida social y pública de Francia. Y otro, por problemas de asimetría en el “convivium” de las religiones, es el de la práctica de las autoridades marroquíes contra la presencia social de los cristianos, católicos y no católicos, en la vida del Reino Jerifiano, con la expulsión de 80 de ellos en las últimas semanas, según informaba ayer ABC.
Entre los ulemas marroquíes – estamento de identitaria proximidad a Mohamed VI – se sostiene la equivalencia de proselitismo cristiano con terrorismo, mientras Marruecos recibe de la Unión Europea un trato que supera lo estrictamente preferencial. Es un supuesto muy específico de asimetría entre la realidad del islamismo – incluso la del marroquí, que pasa por templado y muy occidental – y su demanda colectiva de aceptación por parte del mundo europeo, en términos poco menos que de estricta igualdad.
Estas esclarecedoras incidencias habidas en Marruecos sobre las diferencias religiosas tienen al cabo, sin embargo, la virtualidad de alumbrar sobre las complicaciones culturales, en lo social y en lo político, que se derivarían de la entrada de Turquía en la Unión Europea como miembro de pleno derecho. El choque de civilizaciones es una realidad pese a la contumaz insistencia de Rodríguez Zapatero en su “alianza de civilizaciones“. Contumacia de la que surge el silencio oficial ante lo que pasa en Marruecos contra los cristianos. Un silencio que adquiere significaciones críticas en el contexto de la pálida presidencia española de la UE.
http://www.republica.es/2010/04/21/asimetria-islamica/
Asimetría islámica
José Javaloyes
Sí hace el hábito al monje, y a la monja. Entre la “hiyab” o velo y el “burka” o escafandra textil, eclipse parcial y eclipse total, respectivamente, de la presencia de la mujer en el mundo musulmán, se ha levantado la polémica en estas horas iniciales del conflicto cultural, brotado de las masas de inmigrantes mahometanos asentadas en Europa frente a las propias percepciones europeas contra la discriminación de la mujer. Y junto a ello, la esgrima de los signos coránicos, en los espacios laicos de nuestro mundo occidental. Todo, dentro de la convivencia – puesta en cuestión – entre grupos de raíces culturales distintas. Unas, las de los paisajes de origen de los islámicos. Otras, las del mundo que les acoge y recibe.
Pero el problema no se limita a la expresión bilateral de las diferencias, ya que una parte, la europea y occidental, es abierta e internamente pluralista; mientras que la otra, la musulmana, es fundamentalmente cerrada y compacta. Aquí, en el caso de la muchacha de origen marroquí, Najwa Malha, con su insistencia y la de los suyos en llevar la “hiyab” dentro del instituto Camilo José Cela, en Pozuelo de Alarcón, como algo inferido de sus derechos islámicos, se ha encontrado con la negativa de la autoridad escolar en cuestión. Una negativa cuyo énfasis numérico parece haber traducido la presumible irritación del órgano rector del instituto por el apoyo que habían dado, a las pretensiones de la “hiyabista”, otras varias muchachas de idéntica o participada condición musulmana, tocándose también con el velo.
Las cosas se habían enredado todavía más cuando el ministro del ramo asimilaba al derecho a la educación el de tocarse con el velo, llevando el laicismo constitutivo de este Gobierno a límites obviamente sectarios y rayanos con la necedad. Obliga ello a traer dos asuntos a colación. Uno es la decisión del presidente Sarkozy de sacar adelante una ley contra el “Burka” en la vida social y pública de Francia. Y otro, por problemas de asimetría en el “convivium” de las religiones, es el de la práctica de las autoridades marroquíes contra la presencia social de los cristianos, católicos y no católicos, en la vida del Reino Jerifiano, con la expulsión de 80 de ellos en las últimas semanas, según informaba ayer ABC.
Entre los ulemas marroquíes – estamento de identitaria proximidad a Mohamed VI – se sostiene la equivalencia de proselitismo cristiano con terrorismo, mientras Marruecos recibe de la Unión Europea un trato que supera lo estrictamente preferencial. Es un supuesto muy específico de asimetría entre la realidad del islamismo – incluso la del marroquí, que pasa por templado y muy occidental – y su demanda colectiva de aceptación por parte del mundo europeo, en términos poco menos que de estricta igualdad.
Estas esclarecedoras incidencias habidas en Marruecos sobre las diferencias religiosas tienen al cabo, sin embargo, la virtualidad de alumbrar sobre las complicaciones culturales, en lo social y en lo político, que se derivarían de la entrada de Turquía en la Unión Europea como miembro de pleno derecho. El choque de civilizaciones es una realidad pese a la contumaz insistencia de Rodríguez Zapatero en su “alianza de civilizaciones“. Contumacia de la que surge el silencio oficial ante lo que pasa en Marruecos contra los cristianos. Un silencio que adquiere significaciones críticas en el contexto de la pálida presidencia española de la UE.
http://www.republica.es/2010/04/21/asimetria-islamica/
Pablo Sebastian, Samaranch, Cataluña y España
jueves 22 de abril de 2010
Samaranch, Cataluña y España
Pablo Sebastián
El Gobierno de la Generalitat, el pueblo de Barcelona especialmente, y toda España rinden ahora homenaje al que fuera Presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, fallecido en el día de ayer a los 89 años de edad y dejando tras de sí una ingente obra en el ámbito deportivo que ahora todos reconocen dentro y fuera de nuestras fronteras. La Olimpiada de Barcelona de 1992 constituye, para los españoles, su mayor legado porque él fue el inductor y padrino de ese histórico acontecimiento que proyectó a España en el mundo, que impulsó nuestro deporte olímpico y que sirvió para la modernización de Barcelona.
Por eso y por toda su obra, los restos mortales de este español y catalán universal, se exponen en el palacio de gobierno de la Generalitat donde se le están rindiendo todos los honores que sin duda merece. Pero Samaranch era también un hábil diplomático y un hombre de paz, y uno de sus logros más importantes fue acabar con el boicot político a las Olimpiadas, como los que dañaron las citas de Moscú y de Los Ángeles. Y a buen seguro que si hubiera tenido salud habría mediado en este tiempo disparatado y de confrontación entre los dirigentes políticos catalanes y las instituciones del Estado, por causa del Estatuto de Cataluña, entre otras muchas cosas.
Sobre todo porque José Antonio Samaranch es un buen ejemplo de la reconciliación nacional que se fraguó al final de la dictadura franquista y que cristalizó en la Constitución de 1978. No en vano, en su dilatada biografía el ex presidente olímpico incluye su participación política en el pasado régimen franquista donde militó como destacado miembro de Falange Española, y en el que desempeñó cargos como concejal de Barcelona, procurador en Cortes y embajador en Moscú. Y ahora está de cuerpo presente y con todos los honores en los salones del palacio de la Generalitat y eso le honra a él, al pueblo catalán y a las autoridades catalanas y es un motivo de orgullo para España y Cataluña.
Por eso cuando vemos que se reabre el debate de “las dos Españas” que tanto daño nos hizo en la Historia reciente de nuestro país y que tantas vidas y corazones heló, como dijo el poeta, y cuando vemos que esta iniciativa rupturista recibe los impulsos recientes del Gobierno de España con la oportunista y calculada intención de desviar la atención de los ciudadanos españoles hacia cuestiones del pasado y de enfrentamiento ideológico, tenemos que pedir un poco de cordura a los políticos que dirigen y gobiernan en Cataluña y en Madrid. Porque este tiempo de graves problemas económicos y sociales, debe ser más propicio para la unidad que para sustituir los desafíos presentes por enfrentamientos pasados. Sin saber o entender los buscadores del odio y de la confrontación ideológica que los dramáticos recuerdos de la Guerra Civil no están en la memoria reciente de las nuevas generaciones de españoles y no aportan soluciones sino problemas.
El martes la Generalitat –como días atrás en la Universidad Complutense de Madrid- apadrinó un nuevo acto de descalificación del Tribunal Supremo y en apoyo del juez Garzón, por el hecho de que el minúsculo partido Falange Española –que tiene los mismos derechos que el resto de los partidos políticos, gracias a la Democracia que Falange denostó y persiguió cuando disfrutaba del poder- presentó una querella contra el citado y famoso juez, precisamente por su intento de reabrir un causa general contra el franquismo, a pesar de la vigencia de la ley de amnistía y de que su juzgado no era competente para asumir esa iniciativa u otras pesquisas. Y ayer mismo el ministro de Fomento, José Blanco, acusó en el Parlamento al PP de ser heredero o cómplice de Falange Española por defender la independencia del Tribunal Supremo. Pero no creemos que los agitadores ex fiscales Villarejo y Mena, o que el ministro Blanco vayan ahora a dar la nota corrosiva, subrayando el pasado franquista de Samaranch, que en su historia está ampliamente superado por su posterior y ejemplar comportamiento democrático y su ingente labor en el ámbito del deporte español e internacional. Samaranch ha sido un buen ejemplo de la reconciliación nacional y debe de seguir siéndolo para los gobernantes españoles y catalanes en beneficio de todos y del interés general.
http://www.republica.es/2010/04/21/samaranch-cataluna-y-espana/
Samaranch, Cataluña y España
Pablo Sebastián
El Gobierno de la Generalitat, el pueblo de Barcelona especialmente, y toda España rinden ahora homenaje al que fuera Presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, fallecido en el día de ayer a los 89 años de edad y dejando tras de sí una ingente obra en el ámbito deportivo que ahora todos reconocen dentro y fuera de nuestras fronteras. La Olimpiada de Barcelona de 1992 constituye, para los españoles, su mayor legado porque él fue el inductor y padrino de ese histórico acontecimiento que proyectó a España en el mundo, que impulsó nuestro deporte olímpico y que sirvió para la modernización de Barcelona.
Por eso y por toda su obra, los restos mortales de este español y catalán universal, se exponen en el palacio de gobierno de la Generalitat donde se le están rindiendo todos los honores que sin duda merece. Pero Samaranch era también un hábil diplomático y un hombre de paz, y uno de sus logros más importantes fue acabar con el boicot político a las Olimpiadas, como los que dañaron las citas de Moscú y de Los Ángeles. Y a buen seguro que si hubiera tenido salud habría mediado en este tiempo disparatado y de confrontación entre los dirigentes políticos catalanes y las instituciones del Estado, por causa del Estatuto de Cataluña, entre otras muchas cosas.
Sobre todo porque José Antonio Samaranch es un buen ejemplo de la reconciliación nacional que se fraguó al final de la dictadura franquista y que cristalizó en la Constitución de 1978. No en vano, en su dilatada biografía el ex presidente olímpico incluye su participación política en el pasado régimen franquista donde militó como destacado miembro de Falange Española, y en el que desempeñó cargos como concejal de Barcelona, procurador en Cortes y embajador en Moscú. Y ahora está de cuerpo presente y con todos los honores en los salones del palacio de la Generalitat y eso le honra a él, al pueblo catalán y a las autoridades catalanas y es un motivo de orgullo para España y Cataluña.
Por eso cuando vemos que se reabre el debate de “las dos Españas” que tanto daño nos hizo en la Historia reciente de nuestro país y que tantas vidas y corazones heló, como dijo el poeta, y cuando vemos que esta iniciativa rupturista recibe los impulsos recientes del Gobierno de España con la oportunista y calculada intención de desviar la atención de los ciudadanos españoles hacia cuestiones del pasado y de enfrentamiento ideológico, tenemos que pedir un poco de cordura a los políticos que dirigen y gobiernan en Cataluña y en Madrid. Porque este tiempo de graves problemas económicos y sociales, debe ser más propicio para la unidad que para sustituir los desafíos presentes por enfrentamientos pasados. Sin saber o entender los buscadores del odio y de la confrontación ideológica que los dramáticos recuerdos de la Guerra Civil no están en la memoria reciente de las nuevas generaciones de españoles y no aportan soluciones sino problemas.
El martes la Generalitat –como días atrás en la Universidad Complutense de Madrid- apadrinó un nuevo acto de descalificación del Tribunal Supremo y en apoyo del juez Garzón, por el hecho de que el minúsculo partido Falange Española –que tiene los mismos derechos que el resto de los partidos políticos, gracias a la Democracia que Falange denostó y persiguió cuando disfrutaba del poder- presentó una querella contra el citado y famoso juez, precisamente por su intento de reabrir un causa general contra el franquismo, a pesar de la vigencia de la ley de amnistía y de que su juzgado no era competente para asumir esa iniciativa u otras pesquisas. Y ayer mismo el ministro de Fomento, José Blanco, acusó en el Parlamento al PP de ser heredero o cómplice de Falange Española por defender la independencia del Tribunal Supremo. Pero no creemos que los agitadores ex fiscales Villarejo y Mena, o que el ministro Blanco vayan ahora a dar la nota corrosiva, subrayando el pasado franquista de Samaranch, que en su historia está ampliamente superado por su posterior y ejemplar comportamiento democrático y su ingente labor en el ámbito del deporte español e internacional. Samaranch ha sido un buen ejemplo de la reconciliación nacional y debe de seguir siéndolo para los gobernantes españoles y catalanes en beneficio de todos y del interés general.
http://www.republica.es/2010/04/21/samaranch-cataluna-y-espana/
Jose Oneto, El caso Garzon llega hasta el Parlamento
jueves 22 de abril de 2010
El caso Garzón llega hasta el Parlamento
José Oneto
Un día más Baltasar Garzón, sigue ocupando el primer plano de la actualidad, mientras la prensa internacional (ahora es “Le Monde” y el “Frankfurter Allgemaine Zeitung“) sigue defendiendo la posición del polémico juez.
Por una parte Garzón ha conseguido que hoy Jueves el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no decida su suspensión ya que, todavía, no ha llegado al registro del Consejo la comunicación del juez instructor, Luciano Varela, con lo que el Consejo no se pronunciará hasta la primera semana de Mayo, y ,por otra, su caso y, sobre todo, los actos de solidaridad que se han venido celebrando estos últimos días, y que se han convertido en una denuncia del Tribunal Supremo como órgano franquista, ha ocupado el centro del debate del Parlamento.
Hasta cinco Ministros (la vicepresidenta Maria Teresa Fernández de la Vega, el Ministro de Fomento José Blanco, el Ministro de Industria Miguel Sebastián, el Ministro de Justicia Francisco Caamaño y el Ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba) han tenido que responder, en la sesión de control del Parlamento, a interpelaciones del Partido Popular que ha echado en cara al Gobierno, no sólo la protección que está prestando al juez de la Audiencia Nacional, sino a la creación de un clima de guerra civilista y en contra de las Instituciones, que intentan ocultar los verdaderos problemas económicos del país.
Se está intentado “resucitar las dos Españas”. Se ha llegado a decir, con tal de “tapar el paro y la crisis económica” en una “estrategia parecida a la del 11 M“, para “mantenerse en el poder, igual que hicieron para llegar a él”.
De esta forma, lo que era un juicio por un posible delito de prevaricación (quedan todavía dos causas y en una de ellas se habla de cohecho) se ha convertido, por los excesos de unos y otros, en un proceso claramente político, que ha despertado todo tipo de solidaridades y adhesiones y que se está utilizando para poner en duda la Ley de Amnistía de l978 y la propia transición.
El hecho de que una de las acusaciones, aparte del sindicato ultraderechista “Manos Limpias”, sea Falange Española de las JONS da a la causa contra Garzón un especial tinte político que se ha puesto de manifiesto en el escrito que ha sido rechazado por el Juez Luciano Varela, porque sobrepasa todos los limites de un simple juicio por investigar los crímenes del franquismo.
En el auto dictado este miércoles por Varela se dice que el escrito en el que este partido pide 20 años de inhabilitación para el titular del Juzgado Central de Instrucción “podría entenderse más como una exposición para el debate ideológico sobre acontecimientos históricos”. Y de no subsanarse, se tendrá a esta parte “por recluida en el derecho a formular acusación”.
Varela crítica que se incluyan en el texto constantes referencias a circunstancias personales de Garzón “que, cuanto menos, son totalmente ajenas a los elementos que han de configurar el hecho punible objeto del proceso”. Y es cierto porque en el escrito de Falange Española se retrata a Garzón como “juzgador de la historia y redentor del bando vencido”.
“El citado escrito podría entenderse más como una exposición para el debate ideológico sobre acontecimientos históricos (…) que el presupuesto para la estricta determinación del objeto del proceso”. Ello no puede admitirse, según Varela, “en la medida que podría hacer del proceso un escenario para debates o actos propagandísticos ajenos a la estricta y única finalidad admisible de contrastar si concurren o no los concretos elementos que la Ley exige para la imposición de una sanción penal”.
http://www.republica.es/2010/04/21/el-caso-garzon-llega-hasta-el-parlamento/
El caso Garzón llega hasta el Parlamento
José Oneto
Un día más Baltasar Garzón, sigue ocupando el primer plano de la actualidad, mientras la prensa internacional (ahora es “Le Monde” y el “Frankfurter Allgemaine Zeitung“) sigue defendiendo la posición del polémico juez.
Por una parte Garzón ha conseguido que hoy Jueves el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no decida su suspensión ya que, todavía, no ha llegado al registro del Consejo la comunicación del juez instructor, Luciano Varela, con lo que el Consejo no se pronunciará hasta la primera semana de Mayo, y ,por otra, su caso y, sobre todo, los actos de solidaridad que se han venido celebrando estos últimos días, y que se han convertido en una denuncia del Tribunal Supremo como órgano franquista, ha ocupado el centro del debate del Parlamento.
Hasta cinco Ministros (la vicepresidenta Maria Teresa Fernández de la Vega, el Ministro de Fomento José Blanco, el Ministro de Industria Miguel Sebastián, el Ministro de Justicia Francisco Caamaño y el Ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba) han tenido que responder, en la sesión de control del Parlamento, a interpelaciones del Partido Popular que ha echado en cara al Gobierno, no sólo la protección que está prestando al juez de la Audiencia Nacional, sino a la creación de un clima de guerra civilista y en contra de las Instituciones, que intentan ocultar los verdaderos problemas económicos del país.
Se está intentado “resucitar las dos Españas”. Se ha llegado a decir, con tal de “tapar el paro y la crisis económica” en una “estrategia parecida a la del 11 M“, para “mantenerse en el poder, igual que hicieron para llegar a él”.
De esta forma, lo que era un juicio por un posible delito de prevaricación (quedan todavía dos causas y en una de ellas se habla de cohecho) se ha convertido, por los excesos de unos y otros, en un proceso claramente político, que ha despertado todo tipo de solidaridades y adhesiones y que se está utilizando para poner en duda la Ley de Amnistía de l978 y la propia transición.
El hecho de que una de las acusaciones, aparte del sindicato ultraderechista “Manos Limpias”, sea Falange Española de las JONS da a la causa contra Garzón un especial tinte político que se ha puesto de manifiesto en el escrito que ha sido rechazado por el Juez Luciano Varela, porque sobrepasa todos los limites de un simple juicio por investigar los crímenes del franquismo.
En el auto dictado este miércoles por Varela se dice que el escrito en el que este partido pide 20 años de inhabilitación para el titular del Juzgado Central de Instrucción “podría entenderse más como una exposición para el debate ideológico sobre acontecimientos históricos”. Y de no subsanarse, se tendrá a esta parte “por recluida en el derecho a formular acusación”.
Varela crítica que se incluyan en el texto constantes referencias a circunstancias personales de Garzón “que, cuanto menos, son totalmente ajenas a los elementos que han de configurar el hecho punible objeto del proceso”. Y es cierto porque en el escrito de Falange Española se retrata a Garzón como “juzgador de la historia y redentor del bando vencido”.
“El citado escrito podría entenderse más como una exposición para el debate ideológico sobre acontecimientos históricos (…) que el presupuesto para la estricta determinación del objeto del proceso”. Ello no puede admitirse, según Varela, “en la medida que podría hacer del proceso un escenario para debates o actos propagandísticos ajenos a la estricta y única finalidad admisible de contrastar si concurren o no los concretos elementos que la Ley exige para la imposición de una sanción penal”.
http://www.republica.es/2010/04/21/el-caso-garzon-llega-hasta-el-parlamento/
Felix Arbolí, Mis amigos Navalqueños
jueves 22 de abril de 2010
Mis amigos Navalqueños
Félix Arbolí
S UEÑO con una España en paz y armonía, donde sus gobernantes y políticos, sin distinción de colores, ni intereses partidistas y particulares, se dedicaran amigable y civilizadamente a resolver los problemas de toda la nación, sin exclusión de regiones, ni distingos de siglas ideológicas o vestigios de una época de enfrentamientos y guerra que nadie desearía tener que vivir nuevamente o hacérsela padecer a sus hijos. Sueño con la honradez y eficacia como señas de identidad de nuestros políticos en bien de la comunidad que los eligió y en el mejor servicio a la patria, únicos objetivos que deberían inspirarles en su función. Sueño con que el ejemplo de esos pueblos españoles donde se discuten y toman las decisiones en los ayuntamientos, mediante una dialéctica civilizada y razonada y posteriormente los que han participado se reúnen en el bar, centro cultural o cualquier otro lugar de ocio, para disfrutar un tiempo de esparcimiento y confraternización sin sombras que les enturbien, ni resabios que les conturben, porque las posibles diferencias han quedado aparcadas en el salón de plenos. La España que sueño en mis noches y me gustaría ver reflejada en cada uno de los siete mil municipios de nuestra geografía. Sueño poder conocer aunque sea un solo pueblo de mi querida España con políticos de esta casta y buenas costumbres para despertar sin las zozobras de ver tan bonito soñar convertido en pesadilla.
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Cuando todo hacía suponer que iba a ser un domingo normal, aunque con chaparrón o mejor diría diluvio incluido e inesperado, de esos que nos dejan hecho una “sopa”, utilizando un argot popular y expresivo, suena el móvil y recibo una gratísima noticia. Procede de Navalcán, el maravilloso y sorprendente pueblo toledano, al que meses pasados, concretamente en Firmas Invitadas del pasado 25 de noviembre, dediqué mi artículo, alabando la honradez de sus munícipes y el compañerismo y la solidaridad existente entre ellos, tanto los cinco del PP, como igual número del PSOE, y el independiente. Los once hombres buenos de una España que no está perdida del todo, gracias a estos políticos honestos que nos hacen concebir la esperanza en un mañana mejor con libertad, pero sin ira. Un equipo galáctico dentro del universo político español, pues no sólo se entregan con todo entusiasmo a sus actividades como ediles, sino que le suponen un ahorro al erario público, pues abonan muchos de sus gastos oficiales con sus propios medios y salarios profesionales. Algo insólito en nuestra política actual tan dada a la corrupción, así como el excelente compañerismo existente entre ellos que no siguen la norma habitual en esas esferas de desprestigiar al adversario y utilizar al ditirambo en uno mismo. Lo que en “roman paladino” usando a Berceo, significa una honestidad acrisolada y un escrupuloso sentido de abnegación y servicio a sus convecinos y solidaridad entre compañeros. Estos sí que merecen salir en letras de molde y páginas del BOE como reconocimiento, ejemplo y fehaciente testimonio de cómo deberían ser nuestros políticos en todas las esferas. Pero un reconocimiento sin distinción de siglas políticas pues su trabajo y entusiasmo lo ponen al servicio de sus ciudadanos sin tener en cuenta las ideologías de ofertantes y receptores. ¡Cuantos buenos vasallos se pierden en el confuso mundo de nuestra política por no encontrar a ese buen señor que, como nuestro inigualable Cid, fuera capaz de ganar las más difíciles batallas a la indiferencia, la corrupción y el esperpento!. Un rayo de luz y de esperanza en esta España tan crispada y desolada.
La llamada era de Antonio Sánchez Sobrino, concejal del citado y paradisiaco municipio por el Partido Popular y víctima de amenaza y atentado de ETA, aunque lo mismo la hubiera hecho uno del PSOE o el independiente, pues en este loable y excepcional empeño como ya he comentado no existen distinciones ideológicas a la hora de dar lo mejor de uno mismo en beneficio de los demás. ¡Qué bonito y ejemplarizante!. Me hablaba en su nombre y el de sus compañeros, para invitarme a visitar su pueblo agradecidos a lo que había publicado sobre ellos. Sabían que me gustaría conocer ese escenario de auténtico cuento y decidieron hacer posible mi deseo. Un rincón en plena Sierra de Gredos, con el río Tietar y pantano donde abunda la pesca y se realizan diversas actividades de ocio, ermitas, puente romano, dolmen megalítico, calles y plazas ajardinadas, rutas para motos, escenarios para la práctica del senderismo, casa rural, etc, etc. Un lugar idílico cargado de historia, maravillosas tradiciones, (como el divertido baile de la manzana), monumentos arquitectónicos y bellezas naturales maravillosas, conservados gracias al celo y la laboriosidad de sus dos mil trescientos habitantes. La invitación era para asistir a la romería que a la ermita navalqueña de San Isidro se celebrará el próximo día 15 de mayo y conocer el pueblo, donde me presentaría al alcalde y resto de concejales. Caso de que ese día no me fuera posible, eligiera yo la fecha. Me quedé paralizado y mudo en fracciones de segundos al no esperarme tan grata y nada habitual sorpresa en los tiempos que corren. ¿Cómo iba a decir que no a una de las más bonitas invitaciones recibidas en mi larga vida de plumífero impenitente?. Me habló someramente del programa, ya que la charla era a través de un móvil y yo estaba en plena calle resguardándome del aguacero. Consistiría en romería procesional a la ermita, misa al aire libre, degustación de tapas y productos de la tierra con todos los romeros y posteriormente la Caja Rural, nos ofrecería una parrillada bajo una carpa. Luego y como es lo habitual en este tipo de eventos populares, la fiesta continuaría entre los navalqueños y visitantes. Si no disponía de medio de transporte, ya que le indiqué que no tengo ni coche, ni permiso de conducir, pues siempre he sentido pánico de ponerme ante un volante, me dijo que ellos irían a buscarme a Toledo. Un nuevo y bonito detalle que capté y me impactó, pero no hizo falta ya que mi hijo se brindó a llevarnos y hasta mi hija, marido y los dos nietos, se apuntaron a la fiesta, pues no querían perderse tan feliz ocasión de conocer ese paraíso y a tan gentiles anfitriones. No sé si habrá algo más, ya que indicó que me preparaban una bonita sorpresa.
Un detalle que me parece excesivo, aunque conociendo los antecedentes y forma de actuar de este pueblo, auténtico regalo de la Naturaleza a la región castellano-manchega, no me extraña nada. Hasta el mismo Arthur Miller, el inolvidable dramaturgo y premio Nóbel, al recibir en 2002, el premio Príncipe de Asturias en Oviedo, hizo alusión en su discurso de aceptación a Navalcán, sus bellezas naturales, importancia histórica y esa especial y elogiosa manera de ser de sus vecinos, que habían conquistado plenamente el corazón de su esposa, autora de una magnífica exposición fotográfica sobre el pueblo. El escritor lo quiso conocer personalmente y lo visitó en compañía de ella y del poeta y también Premio Nóbel, Derek Walcott, que no pudo contener su emoción ante el recibimiento que le hicieron y sólo decía con los ojos llenos de lágrimas “!En mi vida he visto algo tan bonito!”. Arthur y su esposa tienen sendas calles con su nombre. El agradecimiento es una cualidad más de las muchas que tienen estos seres que parecen pertenecer a otra galaxia, teniendo en cuenta como se vive hoy día y la pérdida de los valores morales y cívicos a la que asistimos.
Desde este momento y aún antes de conocerlo y disfrutarlo, me considero un navalqueño de corazón, ya que no puedo serlo de nacimiento y será un municipio que formará parte importante de mis recuerdos más entrañables y mis más sinceras emociones. Una de las pocas y formidables satisfacciones que uno recibe cuando escribe poniendo en el empeño sinceridad y sentimientos. Un detalle más que honra y distingue la gentileza y honestidad de sus políticos, que lógicamente es reflejo de la de todo el pueblo. Otros con mayores razones se hacen el sordo y ni siquiera te dan las gracias, aunque uno escriba lo que le dicta el corazón y considera que es digno de destacarse, sin esperar nada a cambio como un simple deber de justicia y sinceridad.
Llevo más de cincuenta años ejerciendo el periodismo, los primeros cuarenta de manera profesional,. adscrito a la redacción de algún medio de tirada nacional o desempeñando la jefatura de redacción de una agencia de prensa, donde colaboraron firmas muy destacadas y empezó a publicar sus primeros relatos de aventuras el luego famoso Alberto Vázquez Figueroa, recién terminado uno de sus periplos aventureros y literarios. Le recuerdo sentado ante la mesa de mi despacho, hablándome de sus experiencias por los más diversos lugares del mundo y entregando para su publicación los reportajes realizados en sus numerosas y siempre sorprendentes aventuras. En aquellos tiempos, dada mi posibilidad de escribir y aupar a la fama a aspirantes y principiantes y mantener en el candelero a los estables, era normal que recibiera regalos y cestas magníficas de Raphael, Pepe Rubio, Paco Rabal, Carmen Sevilla, Lola Flores, etc, etc. Incluso columna en La Vanguardia dedicada al “joven periodista y amigo”, por el académico Federico García Sanchiz y un homenaje que me hicieron en la plaza de toros de Majadahonda los comerciantes y vecinos del Camino Viejo de Leganés, agradecidos a mi labor a favor del barrio. Pero todo esto era ya agua pasada. Esta inesperada invitación mañanera, ha sido una sorpresiva y grata noticia. Detalles como éste le hacen a uno continuar siendo sensible a los problemas ajenos y destacando al prójimo que merezca el respeto y la alabanza. Gracias Navalcán y hasta el l5 de mayo en esa magnífica romería que no quisiera perderme por nada del mundo.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5658
Mis amigos Navalqueños
Félix Arbolí
S UEÑO con una España en paz y armonía, donde sus gobernantes y políticos, sin distinción de colores, ni intereses partidistas y particulares, se dedicaran amigable y civilizadamente a resolver los problemas de toda la nación, sin exclusión de regiones, ni distingos de siglas ideológicas o vestigios de una época de enfrentamientos y guerra que nadie desearía tener que vivir nuevamente o hacérsela padecer a sus hijos. Sueño con la honradez y eficacia como señas de identidad de nuestros políticos en bien de la comunidad que los eligió y en el mejor servicio a la patria, únicos objetivos que deberían inspirarles en su función. Sueño con que el ejemplo de esos pueblos españoles donde se discuten y toman las decisiones en los ayuntamientos, mediante una dialéctica civilizada y razonada y posteriormente los que han participado se reúnen en el bar, centro cultural o cualquier otro lugar de ocio, para disfrutar un tiempo de esparcimiento y confraternización sin sombras que les enturbien, ni resabios que les conturben, porque las posibles diferencias han quedado aparcadas en el salón de plenos. La España que sueño en mis noches y me gustaría ver reflejada en cada uno de los siete mil municipios de nuestra geografía. Sueño poder conocer aunque sea un solo pueblo de mi querida España con políticos de esta casta y buenas costumbres para despertar sin las zozobras de ver tan bonito soñar convertido en pesadilla.
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Cuando todo hacía suponer que iba a ser un domingo normal, aunque con chaparrón o mejor diría diluvio incluido e inesperado, de esos que nos dejan hecho una “sopa”, utilizando un argot popular y expresivo, suena el móvil y recibo una gratísima noticia. Procede de Navalcán, el maravilloso y sorprendente pueblo toledano, al que meses pasados, concretamente en Firmas Invitadas del pasado 25 de noviembre, dediqué mi artículo, alabando la honradez de sus munícipes y el compañerismo y la solidaridad existente entre ellos, tanto los cinco del PP, como igual número del PSOE, y el independiente. Los once hombres buenos de una España que no está perdida del todo, gracias a estos políticos honestos que nos hacen concebir la esperanza en un mañana mejor con libertad, pero sin ira. Un equipo galáctico dentro del universo político español, pues no sólo se entregan con todo entusiasmo a sus actividades como ediles, sino que le suponen un ahorro al erario público, pues abonan muchos de sus gastos oficiales con sus propios medios y salarios profesionales. Algo insólito en nuestra política actual tan dada a la corrupción, así como el excelente compañerismo existente entre ellos que no siguen la norma habitual en esas esferas de desprestigiar al adversario y utilizar al ditirambo en uno mismo. Lo que en “roman paladino” usando a Berceo, significa una honestidad acrisolada y un escrupuloso sentido de abnegación y servicio a sus convecinos y solidaridad entre compañeros. Estos sí que merecen salir en letras de molde y páginas del BOE como reconocimiento, ejemplo y fehaciente testimonio de cómo deberían ser nuestros políticos en todas las esferas. Pero un reconocimiento sin distinción de siglas políticas pues su trabajo y entusiasmo lo ponen al servicio de sus ciudadanos sin tener en cuenta las ideologías de ofertantes y receptores. ¡Cuantos buenos vasallos se pierden en el confuso mundo de nuestra política por no encontrar a ese buen señor que, como nuestro inigualable Cid, fuera capaz de ganar las más difíciles batallas a la indiferencia, la corrupción y el esperpento!. Un rayo de luz y de esperanza en esta España tan crispada y desolada.
La llamada era de Antonio Sánchez Sobrino, concejal del citado y paradisiaco municipio por el Partido Popular y víctima de amenaza y atentado de ETA, aunque lo mismo la hubiera hecho uno del PSOE o el independiente, pues en este loable y excepcional empeño como ya he comentado no existen distinciones ideológicas a la hora de dar lo mejor de uno mismo en beneficio de los demás. ¡Qué bonito y ejemplarizante!. Me hablaba en su nombre y el de sus compañeros, para invitarme a visitar su pueblo agradecidos a lo que había publicado sobre ellos. Sabían que me gustaría conocer ese escenario de auténtico cuento y decidieron hacer posible mi deseo. Un rincón en plena Sierra de Gredos, con el río Tietar y pantano donde abunda la pesca y se realizan diversas actividades de ocio, ermitas, puente romano, dolmen megalítico, calles y plazas ajardinadas, rutas para motos, escenarios para la práctica del senderismo, casa rural, etc, etc. Un lugar idílico cargado de historia, maravillosas tradiciones, (como el divertido baile de la manzana), monumentos arquitectónicos y bellezas naturales maravillosas, conservados gracias al celo y la laboriosidad de sus dos mil trescientos habitantes. La invitación era para asistir a la romería que a la ermita navalqueña de San Isidro se celebrará el próximo día 15 de mayo y conocer el pueblo, donde me presentaría al alcalde y resto de concejales. Caso de que ese día no me fuera posible, eligiera yo la fecha. Me quedé paralizado y mudo en fracciones de segundos al no esperarme tan grata y nada habitual sorpresa en los tiempos que corren. ¿Cómo iba a decir que no a una de las más bonitas invitaciones recibidas en mi larga vida de plumífero impenitente?. Me habló someramente del programa, ya que la charla era a través de un móvil y yo estaba en plena calle resguardándome del aguacero. Consistiría en romería procesional a la ermita, misa al aire libre, degustación de tapas y productos de la tierra con todos los romeros y posteriormente la Caja Rural, nos ofrecería una parrillada bajo una carpa. Luego y como es lo habitual en este tipo de eventos populares, la fiesta continuaría entre los navalqueños y visitantes. Si no disponía de medio de transporte, ya que le indiqué que no tengo ni coche, ni permiso de conducir, pues siempre he sentido pánico de ponerme ante un volante, me dijo que ellos irían a buscarme a Toledo. Un nuevo y bonito detalle que capté y me impactó, pero no hizo falta ya que mi hijo se brindó a llevarnos y hasta mi hija, marido y los dos nietos, se apuntaron a la fiesta, pues no querían perderse tan feliz ocasión de conocer ese paraíso y a tan gentiles anfitriones. No sé si habrá algo más, ya que indicó que me preparaban una bonita sorpresa.
Un detalle que me parece excesivo, aunque conociendo los antecedentes y forma de actuar de este pueblo, auténtico regalo de la Naturaleza a la región castellano-manchega, no me extraña nada. Hasta el mismo Arthur Miller, el inolvidable dramaturgo y premio Nóbel, al recibir en 2002, el premio Príncipe de Asturias en Oviedo, hizo alusión en su discurso de aceptación a Navalcán, sus bellezas naturales, importancia histórica y esa especial y elogiosa manera de ser de sus vecinos, que habían conquistado plenamente el corazón de su esposa, autora de una magnífica exposición fotográfica sobre el pueblo. El escritor lo quiso conocer personalmente y lo visitó en compañía de ella y del poeta y también Premio Nóbel, Derek Walcott, que no pudo contener su emoción ante el recibimiento que le hicieron y sólo decía con los ojos llenos de lágrimas “!En mi vida he visto algo tan bonito!”. Arthur y su esposa tienen sendas calles con su nombre. El agradecimiento es una cualidad más de las muchas que tienen estos seres que parecen pertenecer a otra galaxia, teniendo en cuenta como se vive hoy día y la pérdida de los valores morales y cívicos a la que asistimos.
Desde este momento y aún antes de conocerlo y disfrutarlo, me considero un navalqueño de corazón, ya que no puedo serlo de nacimiento y será un municipio que formará parte importante de mis recuerdos más entrañables y mis más sinceras emociones. Una de las pocas y formidables satisfacciones que uno recibe cuando escribe poniendo en el empeño sinceridad y sentimientos. Un detalle más que honra y distingue la gentileza y honestidad de sus políticos, que lógicamente es reflejo de la de todo el pueblo. Otros con mayores razones se hacen el sordo y ni siquiera te dan las gracias, aunque uno escriba lo que le dicta el corazón y considera que es digno de destacarse, sin esperar nada a cambio como un simple deber de justicia y sinceridad.
Llevo más de cincuenta años ejerciendo el periodismo, los primeros cuarenta de manera profesional,. adscrito a la redacción de algún medio de tirada nacional o desempeñando la jefatura de redacción de una agencia de prensa, donde colaboraron firmas muy destacadas y empezó a publicar sus primeros relatos de aventuras el luego famoso Alberto Vázquez Figueroa, recién terminado uno de sus periplos aventureros y literarios. Le recuerdo sentado ante la mesa de mi despacho, hablándome de sus experiencias por los más diversos lugares del mundo y entregando para su publicación los reportajes realizados en sus numerosas y siempre sorprendentes aventuras. En aquellos tiempos, dada mi posibilidad de escribir y aupar a la fama a aspirantes y principiantes y mantener en el candelero a los estables, era normal que recibiera regalos y cestas magníficas de Raphael, Pepe Rubio, Paco Rabal, Carmen Sevilla, Lola Flores, etc, etc. Incluso columna en La Vanguardia dedicada al “joven periodista y amigo”, por el académico Federico García Sanchiz y un homenaje que me hicieron en la plaza de toros de Majadahonda los comerciantes y vecinos del Camino Viejo de Leganés, agradecidos a mi labor a favor del barrio. Pero todo esto era ya agua pasada. Esta inesperada invitación mañanera, ha sido una sorpresiva y grata noticia. Detalles como éste le hacen a uno continuar siendo sensible a los problemas ajenos y destacando al prójimo que merezca el respeto y la alabanza. Gracias Navalcán y hasta el l5 de mayo en esa magnífica romería que no quisiera perderme por nada del mundo.
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Miguel Martinez, Dia de malos augurios: el ordenador, la sacarina y el mosquito que pudo ser tigre
jueves 22 de abril de 2010
Día de malos augurios: el ordenador, la sacarina y el mosquito que pudo ser tigre
Miguel Martínez
H AY días en los que uno presiente que algo no acaba de funcionar, a saber si es a causa de que los astros no están alineados de la forma propicia, o que su aura particular presenta resquicios y se muestra incapaz de contener las buenas sensaciones, o sabe Dios cuál es el motivo, pero lo cierto es que sin saber explicar el porqué, ayer pasó un servidor de ustedes un día de aquéllos en los que no se augura nada bueno. Mala sensación para una jornada en la que en Barça se jugaba gran parte de su futuro en la Champions enfrentándose al Inter de Mourinho.
Ya empieza el día acelerado. El despertador no ha sonado –probablemente un duendecillo desprogramó la alarma que un servidor, de forma laboriosa y responsable, programó sin duda alguna la noche anterior en su teléfono móvil- y ya sale uno por la mañana a trompicones, sin siquiera haber recibido su imprescindible dosis matinal de cafeína, tanteándose los bolsillos (móvil, tabaco, llaves, mechero, cartera, gafas de sol) mientras baja las escaleras, y, un día que empieza así, o cambia mucho, o no va a ser plácido. Mourinho es gato viejo, la puñetera nube del puñetero volcán -que ya dejó en tierra a un servidor este fin de semana y le mandó al garete un viaje programado (y pagado) a Hamburgo- obligó a mi Barça a desplazarse en autocar hasta Milán a jugarse la mitad de las semifinales de la Champions. Ayayaiiii…
Con el tiempo más que justo abre uno la puerta del garaje y… como era de esperar (algo más tenía que torcerse) una camioneta ocupa parcialmente el vado. Parece que sí salgo… A ver… Pues no. No salgo. Claxon como para alertar a todo ser vivo en trescientos metros a la redonda y nada. La camioneta lleva un rótulo con el nombre de la empresa y un teléfono.
- Construcciones Tal, buenos días.
- Buenas, mire usted, le llamo porque tienen una de sus camionetas estacionada delante de la puerta de garaje de mi casa, y llevo tocando el claxon como diez minutos y no aparece nadie. ¿Tendría usted manera de localizar al conductor, a ver si fuera tan amable de moverla?
- ¿Es amarillita con letras azules?
- No, es blanca con caja abierta.
- ¡Vaya por Dios!
- En todo caso, mejor que vaya por el chófer, ¿no?
- Sí, sí… está haciendo una reparación justo ahí. No se preocupe que en seguida se la sacan.
Y aparece un mastodonte, malcarado y maleducado que me recrimina mi poca paciencia.
- Oye (a mí) que yo estoy trabajando, eh?
Confieso a mis queridos reincidentes que si el mastodonte no hubiese sido tal, y si su tamaño no hubiese sido dos veces el mío, alguna ironía no exenta de mala leche hubiese salido de mi boca, pero ante tamaño mastodonte, que además lleva una llave inglesa del tamaño de una barra de pan en la mano, sólo atino a decirle que siento interrumpir, pero que un servidor también tiene el raro vicio de trabajar y que para su desgracia ha de hacerlo regularmente si quiere pagar la hipoteca.
Como mandan las leyes de Murphy, cuando uno lleva prisa el azar selecciona un generoso ránking de torpes al volante y los sitúa delante del coche de uno. La abuelita que a duras penas asoma la cabeza por encima del volante y que se mueve como una tortuga sedada, el chaval con la “L” que se acaba de sacar el carné y que se le cala el Peugeot tuneado en cada semáforo, la Maruja con el Microcoche que circula a 20 por hora cuando no se puede adelantar, el camión que se para en mitad de la calzada para recoger un contenedor de obras. Y, por supuesto, todos los semáforos inician una confabulación maligna y despiadada para ponerse en ámbar justo cuando llega el coche que te precede, conducido por la única persona del mundo mundial que se para con el naranja.
Tarde al trabajo pero, por suerte, no debe haber pasado nada destacable o ya me hubiesen llamado por teléfono preguntándome qué pasa que no aparezco.
- Oye… ¿Tú para qué quieres el teléfono? Llevo llamándote más de una de hora y lo tienes apagado.
Efectivamente. El duendecillo que desprogramó la alarma, también ha activado la casilla de “modo de vuelo” del terminal, casilla que deja el teléfono conectado y operativo excepto en su función principal. Vamos, que sí se le ven las lucecitas y demás pero está parado cual estatua. La madre que trajo al duende de las narices.
- No sé a que esperas para enviar aquello que nos pidieron ayer.
- Sí, sí.. ahora mismo lo envío, es que llevo una mañanita…
Un servidor no existe hasta que no ingiere su primera e indispensable dosis de cafeína, pese a eso, conecta el ordenador y…
Pip, pip, pip, pip. Y la pantalla negra cual sobaco de pantera.
-¿Departamento de informática? Oye, mira… que conecto el ordenador y pita, pero la pantalla sale negra.
-¿Cuando te refieres a que pita, te refieres a que funciona, o a que pita sin más?
- No, me refiero a que pita, a que emite un pitido, tal que así “Pip, pip, pip, pip” hecho lo cual se apaga la lucecita roja de la torre y se queda muerto.
- ¿Qué numero de PC es?
- Y yo qué coño sé. Es el que uso yo. El que está en mi mesa.
- Sí, ya, pero como comprenderás si no conozco a los usuarios, voy a conocer sus ordenadores. El número de PC está en una etiqueta, como un código de barras, en la parte de detrás de la torre, debajo del ventilador.
Revolcado por los suelos compruebo que el número del PC es el 537 y así se lo hago saber al informático.
- Bien. Le pongo un aviso al “cambiapiezas” para que pase a verlo, porque tiene todo el aspecto de ser una avería de hardware.
- ¿Sabes cuándo vendrá?
- Probablemente esta semana.
- ¿Esta semana? Tengo un documento que ya tenía que haber salido ayer.
- ¿Lo tienes en el disco duro? – pregunta incrédulo y alarmado como si me preguntase que si he asesinado a mi padre?
- Pues claro.
- Pues muy mal hecho. Ya sabes que se ha de grabar todo en la unidad compartida del servidor “Q”, precisamente para evitar pérdidas de datos.
- Sí, lo sé. Debes tener por ahí un aviso de hace días informando que llevo semanas sin poder acceder al servidor “Q” porque me dice no sé qué de privilegios insuficientes.
- No puede ser, si tu PC es el 537 tienes activados los privilegios suficientes. Eso es que no lo haces bien.
- Claro, claro… los ordenadores nunca fallan, por eso yo no te estoy llamando en este momento. Bueno, da igual, dile al cambiapiezas que es urgente.
- Vale, vale, pero si lo hubieses archivado en el servidor compartido “Q”, podrías recuperarlo desde cualquier PC.
- Sí, y si mi tía tuviese testículos (en honor a la verdad la palabra exacta fue “cojones”) no sería mi tía sino mi tío. - Cuelgo sin esperar respuesta.
A tomar por saco el documento el duende y la madre que los tajo a los dos. Asomo la cabeza por la sala donde mis compañeros se pelean con sus quehaceres y les suelto:
- Me voy a tomar un café aquí abajo Que no puedo hacer nada en el ordenador hasta que no venga el cambiapiezas. Si viene dadme un toque al móvil.
- Pues como no lo conectes ya te podemos ir dando toques, ya… -suelta el primero-
- Puedes recuperar el documento desde cualquier PC, sólo tienes que conectar con el servidor compartido “Q” –responde otro- éste con verdaderas ganas de colaborar.
En vez de mandarlos al carajo a los dos, respiro hondo y tiro para la cafetería.
- Un café solo, David.
- Joder, niño… traes mala cara, ¿eh?
- Calla, calla… Ni te cuento.
- Con sacarina ¿verdad?
- ¿Con sacarina? ¿Tú me has visto a mí pedir alguna vez un café con sacarina? ¿Te estás quedando conmigo o me estás llamando directamente gordo?
- Ui.. sí.. es verdad, disculpa. El de la sacarina es aquel compañero tuyo que viene a veces contigo, que siempre me lío.
Junto a mí, dos currantes se meten un bocata de chorizo y uno de ellos le cuenta al otro que su mujer había matado ayer un mosquito tigre de seis centímetros. Joder, seis centímetros –replica el otro- eso no es un mosquito. ¡Es un B-29! ¿Un qué? –pregunta el marido de la asesina- Un bombardero de la Segunda Guerra Mundial, como el que tiró la bomba sobre Hiroshima: Enola Gay, se llamaba, como la madre del piloto, el coronel Paul Tibbets Tres días más tarde, otro B-29, el Bockscar, lanzó una segunda bomba sobre Nagasaki y eso precipitó el final de la guerra pues Japón capitularía de inmediato.
Alucino con el currante, pago y me voy a ver si hay noticias del cambiapiezas.
Toda la mañana mareando la perdiz. El cambiapiezas se encuentra desaparecido, en Informática ya ni me cogen el teléfono y escucho más de diez veces lo de “¿Por qué no lo archivaste en el servidor “Q”? Filosofo sobre lo esclavos que nos hemos convertido de la informática, me juro que incumpliré sistemáticamente la ridícula prohibición, normativa interna, de emplear pendrives particulares en los equipos del trabajo y grabaré en ellos todos los documentos importantes y me acuerdo de la madre del cambiapiezas, del duende, del servidor compartido “Q” y de toda la genealogía de todos ellos trescientos trillones de veces, especialmente, cuando al volver después de comer, todo sigue igual. Golpecitos (golpetazos) al PC y nada. Pruebo con otro monitor y nada, con otros cables y nada.
- Oye, que han llamado preguntando por ti, que si te acuerdas que necesitan no sé qué que tenías que enviar.
- Si vuelven a llamar, les decís que estoy Brasil recogiendo cocos.
- Que se lo digo, ¿eh? Que soy capaz, ¿eh?
- Sí, y les dices que volveré mañana, pero para asesinar al cambiapiezas.
Llego a casa. Abro el correo electrónico y dos mensajes de la compañía de vuelo en las que me confirman dos reservas distintas para el mismo vuelo. Obviamente, cobradas dos veces.
Consulto la página de Internet y no consigo entrar en mi reserva, en ninguna de las dos. Centro de atención al cliente. No menos de 10 llamadas en las que, tras tenerme varios minutos en espera, se corta la comunicación. Para más INRI es un teléfono 807.
- ¿En qué podemos atenderle?
- ¡¡Aleluya!! Llevo más de una hora esperando.
- Disculpe, pero con lo de la nube del volcán, estamos saturados.
- Pues verás, que me habéis facturado dos veces la misma reserva.
- Eso es imposible, caballero.
- Bueno, en realidad me habéis hecho dos reservas distintas, para el mismo vuelo.
- Pero eso también es imposible, una persona no puede facturar “on line” dos veces.
- Pues será imposible, pero me habéis mandado un correo con dos reservas y dos confirmaciones distintas.
- Ya le digo que es imposible.
- Mira, si te parece, lo comprobamos. Anota los dos números de reserva.
- Dígame –se las doy, me dice que disculpe un segundo y responde.
- Esto es rarísimo. El ordenador no debiera permitir duplicidades.
- Debe ser el duendecillo, que me la tiene jurada.
- ¿Perdón?
- Nada, cosas mías. ¿Tiene arreglo?
- Sí, por supuesto. Ya está arreglado. Borre la confirmación de reserva que empieza por F, se la he anulado, y conserve la que empieza por E de España.
- Muy amable, señorita. Muchas gracias.
- Gracias a usted por confiar en nuestra compañía,
Hago cálculos y compruebo con alborozo que la llamada telefónica al 807 probablemente cueste tanto como el vuelo, si no más.
Se acerca la hora del partido y las sensaciones no son buenas.
Suena el teléfono.
- ¡Niño! ¿Te vienes a ver el Barça y nos pegamos unas papas bravas viendo el partido?
- ¿Dónde?
- En la cafetería de siempre.
- No, que me quieren poner sacarina.
- ¿Qué coño dices?
- Nada, nada. Nos vemos allí en media hora.
En la cafetería.
- Tienes mejor cara que esta mañana, eh?
- Claro, la sacarina, ya sabes…
- Ponnos unas cervezas y unas bravas antes de que empiece el partido, anda. Así, si pierden, ya hemos cenado.
- Bravas… No. No tengo patatas. Las llevo esperando toda la tarde pero el niño no ha venido. La madre que lo parió. Luego dicen que hay paro… Os hago unos bocatas de lomo.
- Venga. El mío con sacarina.
- ¡Vete al peo!
Gol de Pedrito. Esto pinta bien.
Gol del Inter. Pero si han agarrado a Messi de la camiseta. Claro… el árbitro es portugués.
Gol del Inter. Nada que objetar.
Gol del Inter. ¡Fuera de juego! ¡Árbitro! ¡Desgraciado! ¡Hideputa!
Penalty no pitado al Barça. ¡Árbitro! ¡Desgraciado! ¡Hideputa!
- Ponme un café descafeinado
- ¿Con sacarina?
- Mejor con un chorrito de Baileys.
- Baileys y sacarina, marchando.
Ambiente de duelo en casa. Ha perdido el Barça. Un dos a cero a la vuelta es posible, pero complicado. A menos que Messi tenga el día y les meta cuatro como al Ársenal.
- Hala, buenas noches, que descanséis, hasta mañana. Yo me voy a quedar un ratillo, a ver si hago el artículo para Vistazo a la prensa, que tengo medio mosca al director.
No hay manera de hilvanar más de dos palabras seguidas. Ni del proceso a Garzón, ni de la puñetera nube, ni del Gürtel. La madre que parió a Mouriho y la madre que trajo al puñetero árbitro portugués.
Ratito de lectura y a la cama.
No sé si a ustedes les ocurre que cuando acaban un libro que les ha encantado, sienten como una especie de desasosiego, una suerte de hueco interior que saben que difícilmente rellenarán con otro libro. Me acerco al rincón donde se acumulan los libros recientemente adquiridos y pendientes de lectura y, tras unos segundos de indecisión, me decanto por un tomo poderoso, más de un palmo de alto, encuadernación cara y letras doradas. Sigmund Freud. Obras completas. Mil páginas de nada. ¿Seré capaz de tragármelo enterito? ¿Resistiré pulsiones, histéricas y justificaciones de índole siempre sexual? El cuerpo me pide algo fuerte, algo que me permita olvidar al duende, al camionero irresponsable, al cambiapiezas, al servidor Q, a la sacarina, a Mourinho, al árbitro portugués. Venga.
Empieza con una breve reseña biográfica. Yo que pensaba que era austríaco y resulta que no. Pues mira… está interesante…
Y justo en ese momento.
Bzzzzzz, Bzzzzzzzzzzzz, Bzzzzzzzzzzz (onomatopeya que simula el zumbido de un mosquito).
Levanto la vista y me veo un mosquito posado en la pantalla de la lámpara. ¿Qué digo un mosquito? La madre de todos los mosquitos. ¿Será un mosquito tigre? -rememoro la conversación de los currantes en la cafetería y un artículo aparecido en prensa local sobre la proliferación de este espécimen en una zona próxima así como su voracidad y sus tremendos picotazos-. Le lanzo un manotazo que el bicho esquiva con destreza y desaparece de mi vista. Corro a cerrar puertas para cortarle la retirada y busco sin éxito algún matamoscas –y mosquitos- en spray. Me tocará un combate cuerpo a cuerpo, sin recurrir a armas químicas.
Siento sobre mis hombros la responsabilidad de garantizar la seguridad del hogar y reclamo la colaboración de la infantería: mi perrita Magui, una teckel de cinco quilos a la que he visto perseguir, atrapar y torturar moscas en diversas ocasiones, pero ciertos problemas con las transmisiones –me mira como preguntándome si he bebido- impiden la comunicación necesaria para acometer un fin común, pese a ello, la mantengo a mi lado, por si la casualidad hiciese que el mosquito se le pusiese a tiro y ésta, lo derribase de un certero zarpazo. El mosquito, sigue desaparecido y me digo que la diferencia de tamaños entre nuestros cerebros, bien ha de proporcionarme cierta ventaja. Confinado el enemigo, se impone la estrategia de la paciencia: todas las luces apagadas, excepto la de la de la lamparita donde lo descubrí y mi perrita y yo, en el sofá, oído atento y ojo avizor a la lámpara, nos parapetamos emboscados esperando el momento de soltar el golpe de gracia. Que si quieres arroz, Catalina, el mosquito no aparece y la perrita y yo estamos a un paso de sucumbir al sueño. Cambiamos de cebo: apagamos la lámpara y encendemos el televisor –desde luego, sin sonido- confiando que el juego multicolor de lucecitas llame la atención del invasor.
Transcurren largos minutos manteniendo la posición sin detectar movimientos enemigos. Pensamos en ofrecerle un segundo cebo: El ordenador. Situados en un punto estratégico –en la butaca- dominamos los dos frentes, pero para conectar el ordenador hemos de encender la lámpara, no sea que caminando a oscuras por la habitación tropecemos con algo y formemos tal escándalo que despertemos a todo Quisque, aunque, en este momento, debo abandonar el plural, pues la infantería se ha quedado frita sobre el sofá y ronca como un minero. Enciendo la lámpara, conecto el ordenador y entonces escucho el zumbido que lo delata y lo veo posarse de nuevo sobre la lámpara que acabo de encender. Repto hasta el arsenal y me pertrecho de armamento ligero (una carpeta azul de cartón) y me deslizo con sigilo hasta las proximidades de la lámpara. Recuerdo a Kung Fu, cuando se concentraba para quitarle la piedra de la mano a su maestro. Respiro hondo, pero despacio. Concentro toda mi energía en el cerebro, tenso el abdomen, visualizo a mi cerebro proporcionando órdenes precisas y a mi sistema nervioso ordenar a los músculos de mi brazo que lancen un golpe seco, rápido y certero con la carpeta sobre la lámpara que, evidentemente, salta por los aires.
El golpe parece haber sido certero, pero el cadáver del enemigo no aparece. Quizás aquí sí resulte eficaz la infantería, que con el golpe se ha despertado y tiene las orejas hacia arriba. Reconvierto la infantería en cuerpo de rastreo: Busca, Magui, busca. Magui sale disparada debajo del sofá y se presenta con su pelota, moviendo el rabo, segura de haber desarrollado con éxito su misión. Me afano con una linterna en la alfombra, de colores ocres –como el mosquito- en busca del cadáver que evidencie la victoria del hombre sobre el insecto, tarea que se ve dificultada por la infantería –finalizó el rastreo al encontrar su pelota- que, insistentemente, irrumpe en el campo de la batalla con la pelotita, ofreciéndomela para que se la lance. Finalmente, hago comprender a la infantería que son las tres de la mañana y que se deje de pelotitas, a la vez que la conmino a que utilice su prodigioso olfato con fines más productivos. Se vuelve al sofá y se pone a roncar. Con el campo libre, y tras dividir mentalmente en cuadrículas la alfombra, ahí, desarmado y herido –mueve una antenita- se encuentra el enemigo. Pidiendo cuartel. La Convención de Ginebra me impide rematarlo, al hallarse indefenso, por lo que procedo a su detención y a su confinamiento -previas diligencias de identificación fotográfica, ora de frente, ora de perfil y ora del otro- aunque una vez confinado, el enemigo fallece, circunstancia que me libera de posteriores trámites ante la autoridad militar.
Victorioso, consulto en Internet cuanto encuentro sobre el temido mosquito tigre y compruebo que no era un tigre el mosquito que nos ha tenido en vela, a mí y a mi infantería –más a mí que a ella, en honor a la verdad- y que el espécimen capturado es un mosquito, del tamaño de una excavadora, eso sí, pero inofensivo en definitiva. Mi ignorancia –el mosquito tigre tiene el abdomen tuneado con franjas blancas y negras- me ha tenido en vela gran parte de la noche que culminaba un día de aquellos en los que uno no augura nada bueno. Y como han podido comprobar mis queridos reincidentes no iban desencaminados los augurios que les refería en el primer párrafo de este largo artículo que espero que ustedes sepan disculparme. Que lo que mal empieza, ya se sabe cómo acaba.
http://www.miguelmartinezp.blogspot.com/
Día de malos augurios: el ordenador, la sacarina y el mosquito que pudo ser tigre
Miguel Martínez
H AY días en los que uno presiente que algo no acaba de funcionar, a saber si es a causa de que los astros no están alineados de la forma propicia, o que su aura particular presenta resquicios y se muestra incapaz de contener las buenas sensaciones, o sabe Dios cuál es el motivo, pero lo cierto es que sin saber explicar el porqué, ayer pasó un servidor de ustedes un día de aquéllos en los que no se augura nada bueno. Mala sensación para una jornada en la que en Barça se jugaba gran parte de su futuro en la Champions enfrentándose al Inter de Mourinho.
Ya empieza el día acelerado. El despertador no ha sonado –probablemente un duendecillo desprogramó la alarma que un servidor, de forma laboriosa y responsable, programó sin duda alguna la noche anterior en su teléfono móvil- y ya sale uno por la mañana a trompicones, sin siquiera haber recibido su imprescindible dosis matinal de cafeína, tanteándose los bolsillos (móvil, tabaco, llaves, mechero, cartera, gafas de sol) mientras baja las escaleras, y, un día que empieza así, o cambia mucho, o no va a ser plácido. Mourinho es gato viejo, la puñetera nube del puñetero volcán -que ya dejó en tierra a un servidor este fin de semana y le mandó al garete un viaje programado (y pagado) a Hamburgo- obligó a mi Barça a desplazarse en autocar hasta Milán a jugarse la mitad de las semifinales de la Champions. Ayayaiiii…
Con el tiempo más que justo abre uno la puerta del garaje y… como era de esperar (algo más tenía que torcerse) una camioneta ocupa parcialmente el vado. Parece que sí salgo… A ver… Pues no. No salgo. Claxon como para alertar a todo ser vivo en trescientos metros a la redonda y nada. La camioneta lleva un rótulo con el nombre de la empresa y un teléfono.
- Construcciones Tal, buenos días.
- Buenas, mire usted, le llamo porque tienen una de sus camionetas estacionada delante de la puerta de garaje de mi casa, y llevo tocando el claxon como diez minutos y no aparece nadie. ¿Tendría usted manera de localizar al conductor, a ver si fuera tan amable de moverla?
- ¿Es amarillita con letras azules?
- No, es blanca con caja abierta.
- ¡Vaya por Dios!
- En todo caso, mejor que vaya por el chófer, ¿no?
- Sí, sí… está haciendo una reparación justo ahí. No se preocupe que en seguida se la sacan.
Y aparece un mastodonte, malcarado y maleducado que me recrimina mi poca paciencia.
- Oye (a mí) que yo estoy trabajando, eh?
Confieso a mis queridos reincidentes que si el mastodonte no hubiese sido tal, y si su tamaño no hubiese sido dos veces el mío, alguna ironía no exenta de mala leche hubiese salido de mi boca, pero ante tamaño mastodonte, que además lleva una llave inglesa del tamaño de una barra de pan en la mano, sólo atino a decirle que siento interrumpir, pero que un servidor también tiene el raro vicio de trabajar y que para su desgracia ha de hacerlo regularmente si quiere pagar la hipoteca.
Como mandan las leyes de Murphy, cuando uno lleva prisa el azar selecciona un generoso ránking de torpes al volante y los sitúa delante del coche de uno. La abuelita que a duras penas asoma la cabeza por encima del volante y que se mueve como una tortuga sedada, el chaval con la “L” que se acaba de sacar el carné y que se le cala el Peugeot tuneado en cada semáforo, la Maruja con el Microcoche que circula a 20 por hora cuando no se puede adelantar, el camión que se para en mitad de la calzada para recoger un contenedor de obras. Y, por supuesto, todos los semáforos inician una confabulación maligna y despiadada para ponerse en ámbar justo cuando llega el coche que te precede, conducido por la única persona del mundo mundial que se para con el naranja.
Tarde al trabajo pero, por suerte, no debe haber pasado nada destacable o ya me hubiesen llamado por teléfono preguntándome qué pasa que no aparezco.
- Oye… ¿Tú para qué quieres el teléfono? Llevo llamándote más de una de hora y lo tienes apagado.
Efectivamente. El duendecillo que desprogramó la alarma, también ha activado la casilla de “modo de vuelo” del terminal, casilla que deja el teléfono conectado y operativo excepto en su función principal. Vamos, que sí se le ven las lucecitas y demás pero está parado cual estatua. La madre que trajo al duende de las narices.
- No sé a que esperas para enviar aquello que nos pidieron ayer.
- Sí, sí.. ahora mismo lo envío, es que llevo una mañanita…
Un servidor no existe hasta que no ingiere su primera e indispensable dosis de cafeína, pese a eso, conecta el ordenador y…
Pip, pip, pip, pip. Y la pantalla negra cual sobaco de pantera.
-¿Departamento de informática? Oye, mira… que conecto el ordenador y pita, pero la pantalla sale negra.
-¿Cuando te refieres a que pita, te refieres a que funciona, o a que pita sin más?
- No, me refiero a que pita, a que emite un pitido, tal que así “Pip, pip, pip, pip” hecho lo cual se apaga la lucecita roja de la torre y se queda muerto.
- ¿Qué numero de PC es?
- Y yo qué coño sé. Es el que uso yo. El que está en mi mesa.
- Sí, ya, pero como comprenderás si no conozco a los usuarios, voy a conocer sus ordenadores. El número de PC está en una etiqueta, como un código de barras, en la parte de detrás de la torre, debajo del ventilador.
Revolcado por los suelos compruebo que el número del PC es el 537 y así se lo hago saber al informático.
- Bien. Le pongo un aviso al “cambiapiezas” para que pase a verlo, porque tiene todo el aspecto de ser una avería de hardware.
- ¿Sabes cuándo vendrá?
- Probablemente esta semana.
- ¿Esta semana? Tengo un documento que ya tenía que haber salido ayer.
- ¿Lo tienes en el disco duro? – pregunta incrédulo y alarmado como si me preguntase que si he asesinado a mi padre?
- Pues claro.
- Pues muy mal hecho. Ya sabes que se ha de grabar todo en la unidad compartida del servidor “Q”, precisamente para evitar pérdidas de datos.
- Sí, lo sé. Debes tener por ahí un aviso de hace días informando que llevo semanas sin poder acceder al servidor “Q” porque me dice no sé qué de privilegios insuficientes.
- No puede ser, si tu PC es el 537 tienes activados los privilegios suficientes. Eso es que no lo haces bien.
- Claro, claro… los ordenadores nunca fallan, por eso yo no te estoy llamando en este momento. Bueno, da igual, dile al cambiapiezas que es urgente.
- Vale, vale, pero si lo hubieses archivado en el servidor compartido “Q”, podrías recuperarlo desde cualquier PC.
- Sí, y si mi tía tuviese testículos (en honor a la verdad la palabra exacta fue “cojones”) no sería mi tía sino mi tío. - Cuelgo sin esperar respuesta.
A tomar por saco el documento el duende y la madre que los tajo a los dos. Asomo la cabeza por la sala donde mis compañeros se pelean con sus quehaceres y les suelto:
- Me voy a tomar un café aquí abajo Que no puedo hacer nada en el ordenador hasta que no venga el cambiapiezas. Si viene dadme un toque al móvil.
- Pues como no lo conectes ya te podemos ir dando toques, ya… -suelta el primero-
- Puedes recuperar el documento desde cualquier PC, sólo tienes que conectar con el servidor compartido “Q” –responde otro- éste con verdaderas ganas de colaborar.
En vez de mandarlos al carajo a los dos, respiro hondo y tiro para la cafetería.
- Un café solo, David.
- Joder, niño… traes mala cara, ¿eh?
- Calla, calla… Ni te cuento.
- Con sacarina ¿verdad?
- ¿Con sacarina? ¿Tú me has visto a mí pedir alguna vez un café con sacarina? ¿Te estás quedando conmigo o me estás llamando directamente gordo?
- Ui.. sí.. es verdad, disculpa. El de la sacarina es aquel compañero tuyo que viene a veces contigo, que siempre me lío.
Junto a mí, dos currantes se meten un bocata de chorizo y uno de ellos le cuenta al otro que su mujer había matado ayer un mosquito tigre de seis centímetros. Joder, seis centímetros –replica el otro- eso no es un mosquito. ¡Es un B-29! ¿Un qué? –pregunta el marido de la asesina- Un bombardero de la Segunda Guerra Mundial, como el que tiró la bomba sobre Hiroshima: Enola Gay, se llamaba, como la madre del piloto, el coronel Paul Tibbets Tres días más tarde, otro B-29, el Bockscar, lanzó una segunda bomba sobre Nagasaki y eso precipitó el final de la guerra pues Japón capitularía de inmediato.
Alucino con el currante, pago y me voy a ver si hay noticias del cambiapiezas.
Toda la mañana mareando la perdiz. El cambiapiezas se encuentra desaparecido, en Informática ya ni me cogen el teléfono y escucho más de diez veces lo de “¿Por qué no lo archivaste en el servidor “Q”? Filosofo sobre lo esclavos que nos hemos convertido de la informática, me juro que incumpliré sistemáticamente la ridícula prohibición, normativa interna, de emplear pendrives particulares en los equipos del trabajo y grabaré en ellos todos los documentos importantes y me acuerdo de la madre del cambiapiezas, del duende, del servidor compartido “Q” y de toda la genealogía de todos ellos trescientos trillones de veces, especialmente, cuando al volver después de comer, todo sigue igual. Golpecitos (golpetazos) al PC y nada. Pruebo con otro monitor y nada, con otros cables y nada.
- Oye, que han llamado preguntando por ti, que si te acuerdas que necesitan no sé qué que tenías que enviar.
- Si vuelven a llamar, les decís que estoy Brasil recogiendo cocos.
- Que se lo digo, ¿eh? Que soy capaz, ¿eh?
- Sí, y les dices que volveré mañana, pero para asesinar al cambiapiezas.
Llego a casa. Abro el correo electrónico y dos mensajes de la compañía de vuelo en las que me confirman dos reservas distintas para el mismo vuelo. Obviamente, cobradas dos veces.
Consulto la página de Internet y no consigo entrar en mi reserva, en ninguna de las dos. Centro de atención al cliente. No menos de 10 llamadas en las que, tras tenerme varios minutos en espera, se corta la comunicación. Para más INRI es un teléfono 807.
- ¿En qué podemos atenderle?
- ¡¡Aleluya!! Llevo más de una hora esperando.
- Disculpe, pero con lo de la nube del volcán, estamos saturados.
- Pues verás, que me habéis facturado dos veces la misma reserva.
- Eso es imposible, caballero.
- Bueno, en realidad me habéis hecho dos reservas distintas, para el mismo vuelo.
- Pero eso también es imposible, una persona no puede facturar “on line” dos veces.
- Pues será imposible, pero me habéis mandado un correo con dos reservas y dos confirmaciones distintas.
- Ya le digo que es imposible.
- Mira, si te parece, lo comprobamos. Anota los dos números de reserva.
- Dígame –se las doy, me dice que disculpe un segundo y responde.
- Esto es rarísimo. El ordenador no debiera permitir duplicidades.
- Debe ser el duendecillo, que me la tiene jurada.
- ¿Perdón?
- Nada, cosas mías. ¿Tiene arreglo?
- Sí, por supuesto. Ya está arreglado. Borre la confirmación de reserva que empieza por F, se la he anulado, y conserve la que empieza por E de España.
- Muy amable, señorita. Muchas gracias.
- Gracias a usted por confiar en nuestra compañía,
Hago cálculos y compruebo con alborozo que la llamada telefónica al 807 probablemente cueste tanto como el vuelo, si no más.
Se acerca la hora del partido y las sensaciones no son buenas.
Suena el teléfono.
- ¡Niño! ¿Te vienes a ver el Barça y nos pegamos unas papas bravas viendo el partido?
- ¿Dónde?
- En la cafetería de siempre.
- No, que me quieren poner sacarina.
- ¿Qué coño dices?
- Nada, nada. Nos vemos allí en media hora.
En la cafetería.
- Tienes mejor cara que esta mañana, eh?
- Claro, la sacarina, ya sabes…
- Ponnos unas cervezas y unas bravas antes de que empiece el partido, anda. Así, si pierden, ya hemos cenado.
- Bravas… No. No tengo patatas. Las llevo esperando toda la tarde pero el niño no ha venido. La madre que lo parió. Luego dicen que hay paro… Os hago unos bocatas de lomo.
- Venga. El mío con sacarina.
- ¡Vete al peo!
Gol de Pedrito. Esto pinta bien.
Gol del Inter. Pero si han agarrado a Messi de la camiseta. Claro… el árbitro es portugués.
Gol del Inter. Nada que objetar.
Gol del Inter. ¡Fuera de juego! ¡Árbitro! ¡Desgraciado! ¡Hideputa!
Penalty no pitado al Barça. ¡Árbitro! ¡Desgraciado! ¡Hideputa!
- Ponme un café descafeinado
- ¿Con sacarina?
- Mejor con un chorrito de Baileys.
- Baileys y sacarina, marchando.
Ambiente de duelo en casa. Ha perdido el Barça. Un dos a cero a la vuelta es posible, pero complicado. A menos que Messi tenga el día y les meta cuatro como al Ársenal.
- Hala, buenas noches, que descanséis, hasta mañana. Yo me voy a quedar un ratillo, a ver si hago el artículo para Vistazo a la prensa, que tengo medio mosca al director.
No hay manera de hilvanar más de dos palabras seguidas. Ni del proceso a Garzón, ni de la puñetera nube, ni del Gürtel. La madre que parió a Mouriho y la madre que trajo al puñetero árbitro portugués.
Ratito de lectura y a la cama.
No sé si a ustedes les ocurre que cuando acaban un libro que les ha encantado, sienten como una especie de desasosiego, una suerte de hueco interior que saben que difícilmente rellenarán con otro libro. Me acerco al rincón donde se acumulan los libros recientemente adquiridos y pendientes de lectura y, tras unos segundos de indecisión, me decanto por un tomo poderoso, más de un palmo de alto, encuadernación cara y letras doradas. Sigmund Freud. Obras completas. Mil páginas de nada. ¿Seré capaz de tragármelo enterito? ¿Resistiré pulsiones, histéricas y justificaciones de índole siempre sexual? El cuerpo me pide algo fuerte, algo que me permita olvidar al duende, al camionero irresponsable, al cambiapiezas, al servidor Q, a la sacarina, a Mourinho, al árbitro portugués. Venga.
Empieza con una breve reseña biográfica. Yo que pensaba que era austríaco y resulta que no. Pues mira… está interesante…
Y justo en ese momento.
Bzzzzzz, Bzzzzzzzzzzzz, Bzzzzzzzzzzz (onomatopeya que simula el zumbido de un mosquito).
Levanto la vista y me veo un mosquito posado en la pantalla de la lámpara. ¿Qué digo un mosquito? La madre de todos los mosquitos. ¿Será un mosquito tigre? -rememoro la conversación de los currantes en la cafetería y un artículo aparecido en prensa local sobre la proliferación de este espécimen en una zona próxima así como su voracidad y sus tremendos picotazos-. Le lanzo un manotazo que el bicho esquiva con destreza y desaparece de mi vista. Corro a cerrar puertas para cortarle la retirada y busco sin éxito algún matamoscas –y mosquitos- en spray. Me tocará un combate cuerpo a cuerpo, sin recurrir a armas químicas.
Siento sobre mis hombros la responsabilidad de garantizar la seguridad del hogar y reclamo la colaboración de la infantería: mi perrita Magui, una teckel de cinco quilos a la que he visto perseguir, atrapar y torturar moscas en diversas ocasiones, pero ciertos problemas con las transmisiones –me mira como preguntándome si he bebido- impiden la comunicación necesaria para acometer un fin común, pese a ello, la mantengo a mi lado, por si la casualidad hiciese que el mosquito se le pusiese a tiro y ésta, lo derribase de un certero zarpazo. El mosquito, sigue desaparecido y me digo que la diferencia de tamaños entre nuestros cerebros, bien ha de proporcionarme cierta ventaja. Confinado el enemigo, se impone la estrategia de la paciencia: todas las luces apagadas, excepto la de la de la lamparita donde lo descubrí y mi perrita y yo, en el sofá, oído atento y ojo avizor a la lámpara, nos parapetamos emboscados esperando el momento de soltar el golpe de gracia. Que si quieres arroz, Catalina, el mosquito no aparece y la perrita y yo estamos a un paso de sucumbir al sueño. Cambiamos de cebo: apagamos la lámpara y encendemos el televisor –desde luego, sin sonido- confiando que el juego multicolor de lucecitas llame la atención del invasor.
Transcurren largos minutos manteniendo la posición sin detectar movimientos enemigos. Pensamos en ofrecerle un segundo cebo: El ordenador. Situados en un punto estratégico –en la butaca- dominamos los dos frentes, pero para conectar el ordenador hemos de encender la lámpara, no sea que caminando a oscuras por la habitación tropecemos con algo y formemos tal escándalo que despertemos a todo Quisque, aunque, en este momento, debo abandonar el plural, pues la infantería se ha quedado frita sobre el sofá y ronca como un minero. Enciendo la lámpara, conecto el ordenador y entonces escucho el zumbido que lo delata y lo veo posarse de nuevo sobre la lámpara que acabo de encender. Repto hasta el arsenal y me pertrecho de armamento ligero (una carpeta azul de cartón) y me deslizo con sigilo hasta las proximidades de la lámpara. Recuerdo a Kung Fu, cuando se concentraba para quitarle la piedra de la mano a su maestro. Respiro hondo, pero despacio. Concentro toda mi energía en el cerebro, tenso el abdomen, visualizo a mi cerebro proporcionando órdenes precisas y a mi sistema nervioso ordenar a los músculos de mi brazo que lancen un golpe seco, rápido y certero con la carpeta sobre la lámpara que, evidentemente, salta por los aires.
El golpe parece haber sido certero, pero el cadáver del enemigo no aparece. Quizás aquí sí resulte eficaz la infantería, que con el golpe se ha despertado y tiene las orejas hacia arriba. Reconvierto la infantería en cuerpo de rastreo: Busca, Magui, busca. Magui sale disparada debajo del sofá y se presenta con su pelota, moviendo el rabo, segura de haber desarrollado con éxito su misión. Me afano con una linterna en la alfombra, de colores ocres –como el mosquito- en busca del cadáver que evidencie la victoria del hombre sobre el insecto, tarea que se ve dificultada por la infantería –finalizó el rastreo al encontrar su pelota- que, insistentemente, irrumpe en el campo de la batalla con la pelotita, ofreciéndomela para que se la lance. Finalmente, hago comprender a la infantería que son las tres de la mañana y que se deje de pelotitas, a la vez que la conmino a que utilice su prodigioso olfato con fines más productivos. Se vuelve al sofá y se pone a roncar. Con el campo libre, y tras dividir mentalmente en cuadrículas la alfombra, ahí, desarmado y herido –mueve una antenita- se encuentra el enemigo. Pidiendo cuartel. La Convención de Ginebra me impide rematarlo, al hallarse indefenso, por lo que procedo a su detención y a su confinamiento -previas diligencias de identificación fotográfica, ora de frente, ora de perfil y ora del otro- aunque una vez confinado, el enemigo fallece, circunstancia que me libera de posteriores trámites ante la autoridad militar.
Victorioso, consulto en Internet cuanto encuentro sobre el temido mosquito tigre y compruebo que no era un tigre el mosquito que nos ha tenido en vela, a mí y a mi infantería –más a mí que a ella, en honor a la verdad- y que el espécimen capturado es un mosquito, del tamaño de una excavadora, eso sí, pero inofensivo en definitiva. Mi ignorancia –el mosquito tigre tiene el abdomen tuneado con franjas blancas y negras- me ha tenido en vela gran parte de la noche que culminaba un día de aquellos en los que uno no augura nada bueno. Y como han podido comprobar mis queridos reincidentes no iban desencaminados los augurios que les refería en el primer párrafo de este largo artículo que espero que ustedes sepan disculparme. Que lo que mal empieza, ya se sabe cómo acaba.
http://www.miguelmartinezp.blogspot.com/
Miguel Angel Lomas, Preparados si que estan...
jueves 22 de abril de 2010
Preparados sí que están...
Miguel Ángel Loma
E S injusta la crítica que hemos ido extendiendo sobre nuestros políticos y la continua descalificación sobre sus escasas aptitudes, incapacidades y falta de preparación, etc., hasta el grado de colocarlos en la última encuesta del CIS como nuestra tercera mayor preocupación, tras el paro y la crisis económica.
Y no hay ejemplo más significativo del injusto error que cometemos con tan sesgadas opiniones que el caso del actual presidente del Congreso de Diputados (y Diputadas), José Bono, que en relativamente poco tiempo ha pasado de disponer de un modestito patrimonio a convertirse en un envidiable hacendado.
Y a ver: si un tipo como Bono, que durante los largos años en que su dedicación a la actividad política era tan absorbente que incluso llegó a dimitir como ministro de Defensa alegando que no disponía de tiempo para dedicárselo a su familia, ha sido capaz de capaz de generar tal cúmulo de bienes que hasta su hija de 10 años goza ya de la titularidad de una joyería, ¿qué patrimonio hubiese acumulado Bono de haber empleado todo su tiempo en negocios más lucrativos que el de trabajar desinteresadamente por nuestro bien común? ¿Es esto un ejemplo de mal gestor?
Y lo mismo cabe apuntar del senador Luis Bárcenas, aunque sobre éste existan más que dudas acerca de la legitimidad de su riqueza, generada también durante su larga actividad política, pero que justifica con un escueto: «Mi incremento patrimonial se debe a mi cartera de valores» (¡y todavía habrá quien diga que nuestros políticos carecen de valores!).
Ante el lucrativo ejemplo de ambos ¿cabe mantener la opinión de que nuestros soberanos representantes carecen de preparación y competencia, o sean unos malos gestores?
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5661
Preparados sí que están...
Miguel Ángel Loma
E S injusta la crítica que hemos ido extendiendo sobre nuestros políticos y la continua descalificación sobre sus escasas aptitudes, incapacidades y falta de preparación, etc., hasta el grado de colocarlos en la última encuesta del CIS como nuestra tercera mayor preocupación, tras el paro y la crisis económica.
Y no hay ejemplo más significativo del injusto error que cometemos con tan sesgadas opiniones que el caso del actual presidente del Congreso de Diputados (y Diputadas), José Bono, que en relativamente poco tiempo ha pasado de disponer de un modestito patrimonio a convertirse en un envidiable hacendado.
Y a ver: si un tipo como Bono, que durante los largos años en que su dedicación a la actividad política era tan absorbente que incluso llegó a dimitir como ministro de Defensa alegando que no disponía de tiempo para dedicárselo a su familia, ha sido capaz de capaz de generar tal cúmulo de bienes que hasta su hija de 10 años goza ya de la titularidad de una joyería, ¿qué patrimonio hubiese acumulado Bono de haber empleado todo su tiempo en negocios más lucrativos que el de trabajar desinteresadamente por nuestro bien común? ¿Es esto un ejemplo de mal gestor?
Y lo mismo cabe apuntar del senador Luis Bárcenas, aunque sobre éste existan más que dudas acerca de la legitimidad de su riqueza, generada también durante su larga actividad política, pero que justifica con un escueto: «Mi incremento patrimonial se debe a mi cartera de valores» (¡y todavía habrá quien diga que nuestros políticos carecen de valores!).
Ante el lucrativo ejemplo de ambos ¿cabe mantener la opinión de que nuestros soberanos representantes carecen de preparación y competencia, o sean unos malos gestores?
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5661
Francisco Daunis, Dialogo padres-hijos, seamos optimistas
jueves 22 de abril de 2010
Diálogo padres-hijos, seamos optimistas
Francisco Daunis
U NO de los tópicos más corrientes, en relación a los menores, es que la falta de diálogo y control de los padres con sus hijos, se debe fundamentalmente al trabajo de los progenitores. Creo que eso no es cierto. En primer lugar porque ni todos trabajan ni todos tienen un horario que les ocupe todo el día. Váyase a cualquier colegio, a la hora de salida, y contemplará los cientos de padres o madres que recogen a sus pequeños, y se los llevan a casa, o antes a actividades deportivas, etc..
Creo que la inmensa mayoría de padres (ambos) tienen sobrado tiempo para hablar y educar a sus hijos. Y estoy seguro que una gran mayoría lo hace. Y nada tiene que ver su situación económica, porque la bondad como el talante no tienen precio. Conozco gente rica egoísta y llena de despreciables valores, y gente pobre buena, solidaria y honrada. Y a la inversa.
Hay muchos padres que dejan que sus hijos se encierren en sus habitaciones, con televisor e Internet, y vean y naveguen lo que quieran y por donde quieran. Son permanentes las denuncias sobre contenidos violentos, sexuales y perversos ofrecidas por muchas televisiones, en horas “infantiles”, sin que les importe ni a las empresas de las emisoras ni a las autoridades que debieran velar por ello. Son otras corrupciones. Hay intereses económicos de por medio.
Sí, muchos, muchos padres, pero no todos, han dimitido de sus obligaciones, y ninguno desconoce las que tiene, trasladándolas al colegio, al instituto, a la universidad. Este es el problema que afecta gravemente a decenas de miles de los chicos malos estudiantes, vagos, violentos, precozmente sexuales.
Pero en España hay más de ocho millones de muchachos entre 0 y 18 años. Y estoy seguro que el porcentaje de los que podríamos llamar “bien educados”, en los sentidos cívico y cultural, supera largamente a los abandonados a su suerte por padres irresponsables.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5659
Diálogo padres-hijos, seamos optimistas
Francisco Daunis
U NO de los tópicos más corrientes, en relación a los menores, es que la falta de diálogo y control de los padres con sus hijos, se debe fundamentalmente al trabajo de los progenitores. Creo que eso no es cierto. En primer lugar porque ni todos trabajan ni todos tienen un horario que les ocupe todo el día. Váyase a cualquier colegio, a la hora de salida, y contemplará los cientos de padres o madres que recogen a sus pequeños, y se los llevan a casa, o antes a actividades deportivas, etc..
Creo que la inmensa mayoría de padres (ambos) tienen sobrado tiempo para hablar y educar a sus hijos. Y estoy seguro que una gran mayoría lo hace. Y nada tiene que ver su situación económica, porque la bondad como el talante no tienen precio. Conozco gente rica egoísta y llena de despreciables valores, y gente pobre buena, solidaria y honrada. Y a la inversa.
Hay muchos padres que dejan que sus hijos se encierren en sus habitaciones, con televisor e Internet, y vean y naveguen lo que quieran y por donde quieran. Son permanentes las denuncias sobre contenidos violentos, sexuales y perversos ofrecidas por muchas televisiones, en horas “infantiles”, sin que les importe ni a las empresas de las emisoras ni a las autoridades que debieran velar por ello. Son otras corrupciones. Hay intereses económicos de por medio.
Sí, muchos, muchos padres, pero no todos, han dimitido de sus obligaciones, y ninguno desconoce las que tiene, trasladándolas al colegio, al instituto, a la universidad. Este es el problema que afecta gravemente a decenas de miles de los chicos malos estudiantes, vagos, violentos, precozmente sexuales.
Pero en España hay más de ocho millones de muchachos entre 0 y 18 años. Y estoy seguro que el porcentaje de los que podríamos llamar “bien educados”, en los sentidos cívico y cultural, supera largamente a los abandonados a su suerte por padres irresponsables.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5659
Ramon Sanchez, ¿Que es lo que sabe Garzon?
jueves 22 de abril de 2010
¿Qué es lo que sabe Garzón?
Ramón Sánchez
C ON frecuencia pienso que en este país nos hemos vuelto todos locos. Por si fuera poco un Gobierno inepto, mentiroso y sin capacidad de reacción ante la profunda crisis económica y moral que atravesamos, una oposición blanda y acomodada, una clase política en gran parte corrupta y una ciudadanía mansurrona y que aguanta todo lo que le echen sin levantar la voz, ahora se arma la de dios por el hecho de que un juez ególatra y fanfarrón, se vea ante los tribunales por haber infringido unas cuantas leyes. Es algo difícil de entender.
Tengo la impresión de que la izquierda española no sólo no se resigna a haber perdido una guerra civil, sino que ¡más de 60 años después! pretende destrozar la convivencia y poner fin a una transición política con la que, según opinión general, habíamos dado un ejemplo al mundo.
Lo sucedido en el aquelarre que los sindicatos montaron en la Universidad Complutense, con la anuencia de un rector, Carlos Berzosa, bajo sospecha de mil y una irregularidades, es toda una incitación al guerracivilismo, a la reanudación del enfrentamiento entre las dos Españas. Ya me dirán ustedes lo que pintan los sindicatos en todo este embrollo cuando su única obligación debería ser la de defender los derechos de los trabajadores, en especial de esos casi cinco millones de parados que día a día ven diluirse sus esperanzas de una vida digna. Creo que ya nadie puede dudar de que Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo no son sino paniaguados de un Gobierno que permite subsistir y vegetar a las organizaciones que comandan a cambio de sustanciosas subvenciones. ¿Para cuándo una casilla en la declaración de la renta en la que figure la aportación a los sindicatos? Entonces sí serían verdaderamente independientes y, de paso, se darían cuenta de lo la confianza que los ciudadanos tienen en ellos.
Por otra parte, ¿qué pintaban en aquella concentración representantes del partido en el poder como el peligroso Gaspar Zarrías o el ‘singular’ Pedro Zerolo? Porque la presencia de esos supuestos intelectuales de la talla de Caballero Bonald, Pilar Bardem, Miguel Ríos, Pedro Almodóvar, José Sacristán, etcétera, era algo previsible. Los titiriteros de la ceja no descansan. Gritos del jaez de “No pasarán” no indican sino que los que allí fueron a jalear las virtudes de Garzón, al que pusieron al nivel de la Madre Teresa de Calcuta, se han quedado anclados en un pasado que debería haber quedado ya en el olvido.
¿Y qué decir del ex fiscal Jiménez Villarejo? ¿Cómo es posible que un ex fiscal que desempeñó su cargo durante el franquismo se atreva a catalogar de ‘torturadores’ a los miembros del Tribunal Supremo? No encuentro otra explicación que un ataque de acelerada senilidad.
Lo lógico es que el Gobierno hubiera reaccionado ante tamaño disparate, pero ¡quiá! Por el contrario, además del fiscal Conde Pumpido, que debería estar hace tiempo en el paro, cuatro ministros (Manuel Chaves, Pepe Blanco, Trinidad Jiménez (sobrina, por cierto, de Jiménez Villarejo) y Miguel Sebastián, apoyaron la defensa de Garzón. Aunque, claro, luego apelaran al recurrente ‘a título personal’. En cuanto a Zetapé, pronunció unas palabras blandengues para salir del paso. Mintiendo, como siempre.
Volviendo a Garzón, es de justicia que se siente en el banquillo de los acusados. Cierto es que tiene méritos adquiridos, sobre todo después de que Felipe González frustrara sus esperanzas políticas optando por Belloch y dándole una patada en el trasero, pero ¿qué se puede esperar de un juez que, por ejemplo, tiene durmiendo el sueño de los justos el ‘caso Faisán’, uno de los más graves atentados a nuestra democracia?
Al ególatra don Baltasar no se le va a juzgar por intentar poner al descubierto los supuestos crímenes franquistas, sino por prevaricar de forma descarada. Vean si no: cuando la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas de genocidio en Paracuellos del Jarama interpuso una querella acusando a Santiago Carrillo de los fusilamientos que se produjeron en aquella localidad madrileña entre noviembre y diciembre de 1936, él se pronunció en contra.
La firma estampada por Garzón el 24 de enero de 2000 al pie del documento de denegación pone al descubierto su delito. En la sentencia, el jiennense acusaba a los demandantes de “mala fe”, de “tomarse a la ligera las normas básicas de nuestro ordenamiento jurídico” y de “hacer mofa y escarnio de la serenidad que toda actividad jurisdiccional comporta”.
Añadía que los fusilamientos “estaban prescritos al haber transcurrido más de 20 años”, que “la amnistía dictada el 25 de noviembre de 1975 veda cualquier posibilidad de reiniciar la persecución penal por los actos de nuestra guerra civil” y que “el delito de genocidio no se encontraba tipificado en España en la fecha de los hechos”.
Esto no fue obstáculo para que, 10 años después, ante la petición de las víctimas del franquismo, se olvidara de la amnistía y se declarara competente para juzgar. Y es que, para él, hay muertos de primera y de segunda categorías.
A la vista de todo esto, cabe preguntarse quién ha movido los hilos para montar el show político de la Complutense y la desaforada campaña en su favor. ¿Es que Garzón sabe algo que muchos no quieren que salga a la luz? Estoy convencido de que es así. Y ahondando más, ¿tendrá que ver esta campaña con ETA y la masacre del 11-M? Unas interrogantes que me temo nunca se verán despejadas.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5663
¿Qué es lo que sabe Garzón?
Ramón Sánchez
C ON frecuencia pienso que en este país nos hemos vuelto todos locos. Por si fuera poco un Gobierno inepto, mentiroso y sin capacidad de reacción ante la profunda crisis económica y moral que atravesamos, una oposición blanda y acomodada, una clase política en gran parte corrupta y una ciudadanía mansurrona y que aguanta todo lo que le echen sin levantar la voz, ahora se arma la de dios por el hecho de que un juez ególatra y fanfarrón, se vea ante los tribunales por haber infringido unas cuantas leyes. Es algo difícil de entender.
Tengo la impresión de que la izquierda española no sólo no se resigna a haber perdido una guerra civil, sino que ¡más de 60 años después! pretende destrozar la convivencia y poner fin a una transición política con la que, según opinión general, habíamos dado un ejemplo al mundo.
Lo sucedido en el aquelarre que los sindicatos montaron en la Universidad Complutense, con la anuencia de un rector, Carlos Berzosa, bajo sospecha de mil y una irregularidades, es toda una incitación al guerracivilismo, a la reanudación del enfrentamiento entre las dos Españas. Ya me dirán ustedes lo que pintan los sindicatos en todo este embrollo cuando su única obligación debería ser la de defender los derechos de los trabajadores, en especial de esos casi cinco millones de parados que día a día ven diluirse sus esperanzas de una vida digna. Creo que ya nadie puede dudar de que Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo no son sino paniaguados de un Gobierno que permite subsistir y vegetar a las organizaciones que comandan a cambio de sustanciosas subvenciones. ¿Para cuándo una casilla en la declaración de la renta en la que figure la aportación a los sindicatos? Entonces sí serían verdaderamente independientes y, de paso, se darían cuenta de lo la confianza que los ciudadanos tienen en ellos.
Por otra parte, ¿qué pintaban en aquella concentración representantes del partido en el poder como el peligroso Gaspar Zarrías o el ‘singular’ Pedro Zerolo? Porque la presencia de esos supuestos intelectuales de la talla de Caballero Bonald, Pilar Bardem, Miguel Ríos, Pedro Almodóvar, José Sacristán, etcétera, era algo previsible. Los titiriteros de la ceja no descansan. Gritos del jaez de “No pasarán” no indican sino que los que allí fueron a jalear las virtudes de Garzón, al que pusieron al nivel de la Madre Teresa de Calcuta, se han quedado anclados en un pasado que debería haber quedado ya en el olvido.
¿Y qué decir del ex fiscal Jiménez Villarejo? ¿Cómo es posible que un ex fiscal que desempeñó su cargo durante el franquismo se atreva a catalogar de ‘torturadores’ a los miembros del Tribunal Supremo? No encuentro otra explicación que un ataque de acelerada senilidad.
Lo lógico es que el Gobierno hubiera reaccionado ante tamaño disparate, pero ¡quiá! Por el contrario, además del fiscal Conde Pumpido, que debería estar hace tiempo en el paro, cuatro ministros (Manuel Chaves, Pepe Blanco, Trinidad Jiménez (sobrina, por cierto, de Jiménez Villarejo) y Miguel Sebastián, apoyaron la defensa de Garzón. Aunque, claro, luego apelaran al recurrente ‘a título personal’. En cuanto a Zetapé, pronunció unas palabras blandengues para salir del paso. Mintiendo, como siempre.
Volviendo a Garzón, es de justicia que se siente en el banquillo de los acusados. Cierto es que tiene méritos adquiridos, sobre todo después de que Felipe González frustrara sus esperanzas políticas optando por Belloch y dándole una patada en el trasero, pero ¿qué se puede esperar de un juez que, por ejemplo, tiene durmiendo el sueño de los justos el ‘caso Faisán’, uno de los más graves atentados a nuestra democracia?
Al ególatra don Baltasar no se le va a juzgar por intentar poner al descubierto los supuestos crímenes franquistas, sino por prevaricar de forma descarada. Vean si no: cuando la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas de genocidio en Paracuellos del Jarama interpuso una querella acusando a Santiago Carrillo de los fusilamientos que se produjeron en aquella localidad madrileña entre noviembre y diciembre de 1936, él se pronunció en contra.
La firma estampada por Garzón el 24 de enero de 2000 al pie del documento de denegación pone al descubierto su delito. En la sentencia, el jiennense acusaba a los demandantes de “mala fe”, de “tomarse a la ligera las normas básicas de nuestro ordenamiento jurídico” y de “hacer mofa y escarnio de la serenidad que toda actividad jurisdiccional comporta”.
Añadía que los fusilamientos “estaban prescritos al haber transcurrido más de 20 años”, que “la amnistía dictada el 25 de noviembre de 1975 veda cualquier posibilidad de reiniciar la persecución penal por los actos de nuestra guerra civil” y que “el delito de genocidio no se encontraba tipificado en España en la fecha de los hechos”.
Esto no fue obstáculo para que, 10 años después, ante la petición de las víctimas del franquismo, se olvidara de la amnistía y se declarara competente para juzgar. Y es que, para él, hay muertos de primera y de segunda categorías.
A la vista de todo esto, cabe preguntarse quién ha movido los hilos para montar el show político de la Complutense y la desaforada campaña en su favor. ¿Es que Garzón sabe algo que muchos no quieren que salga a la luz? Estoy convencido de que es así. Y ahondando más, ¿tendrá que ver esta campaña con ETA y la masacre del 11-M? Unas interrogantes que me temo nunca se verán despejadas.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5663
Ernesto Ladron de Guevara, Con el tiempo siempre se descubre la verdad
jueves 22 de abril de 2010
Con el tiempo siempre se descubre la verdad
Ernesto Ladrón de Guevara
U NA de las cosas más importantes que se cinceló en mi mente, gracias a la educación religiosa en mi infancia y juventud, fue el que por encima de todo, como principio esencial, nunca hay que mentir; que la verdad es una de las bases de la nobleza de las personas. Por eso me repugna la mentira, y más cuando se hace de ésta el fundamento de la acción política. Pienso que la política sin actitud de servicio a los demás y sin elementos de honradez como guía de la acción, es repudiable, y acaba siempre despreciando la condición humana. Sin verdad no hay libertad.
En una época que hoy recuerdo con una contradictoria mezcla de arrepentimiento y complacencia, por haber sido coherente con las convicciones que me guiaban, el aparato socialista me llevó a un curso de retórica y argumentación a la Escuela Jaime Vera. Allí, con técnicas muy efectivas se adiestraba a los asistentes a defender una tesis y la contraria con la misma vehemencia y con similar carga argumental en ambos casos. En aquel tiempo yo no entendía cómo se puede esgrimir un planteamiento y al rato persuadir de que la opción opuesta es la mejor, aunque fuera como mero ejercicio retórico. Pero observando la deriva de algunos prebostes del socialismo he entendido el por qué. La razón de tan ladina actitud política la esgrimió Zapatero, pillado por las grabadoras, cuando con un motivo qué no recuerdo dijo a su interlocutor aquello de “…como sea”. Supongo que ese paradigma de la acción política del “…como sea” no tiene ninguna relación con el 11-M. Aunque a veces a uno le da por pensar…
Con el “…como sea” se han hecho múltiples barbaridades. Y quien fundamenta su praxis política en ese aforismo no tiene ningún reparo de mentir con pestilente persistencia.
Por ejemplo, durante mucho tiempo se ha estado defendiendo en el País Vasco y Cataluña, con un halo de cientificismo absolutamente vacío de contenido, pero con mucha capacidad de convicción para mentes angelicales, que el bilingüismo es la panacea y que sin saber euskera –en el caso vasco- no hay futuro. Incluso que gracias a la inmersión lingüística se aprende mejor el castellano, lo cual es un planteamiento para bobos de solemnidad, pues es imposible que una lengua que no se utiliza en la enseñanza se aprenda mejor que en otro modelo educativo donde se pone en juego a lo largo del periplo educacional. Pero, para más abundamiento del discurso sofista, se ha estado insistiendo hasta la saciedad que los modelos de inmersión lingüística son mejores para el aprendizaje integral del conjunto de las asignaturas. Es decir que un alumno puede aprender filosofía, matemáticas, ciencias naturales o la misma teoría de la relatividad de Einstein con más facilidad en una lengua que no es la suya materna que en la propia, pues lo importante es adquirir esa fórmula alquímica que es el nirvana de cualquier vasco o catalán; es decir euskaldunizarse o catalanizarse, para alcanzar, tras lograr ese objetivo, la ciencia infusa, que caería del cielo tal que las lenguas de fuego con las que se representaba al Espíritu Santo bajando de las alturas en el famoso cuadro de El Greco.
Pero miren por donde que leo un titular de prensa en mi tierra vasconizada que dice “La educación vasca, la más cara pero entre las peores de España”. Fíjense en el dato: sólo consigue superar en los resultados de la evaluación a Ceuta y Melilla, pese a que cada alumno vasco cuesta 6.251 euros frente a los 4.888 de la media estadística nacional. Y otra reseña señala que “Un estudio preliminar la sitúa como la sexta comunidad con peores resultados. La influencia de la inmersión en Euskara”. Se refiere a un análisis comparado que se ha hecho en el entorno del procedimiento de diagnóstico Pisa de los resultados escolares. Y parece ser, según ese estudio preliminar, que las comunidades bilingües no quedan en nada buen lugar respecto a las monolingües castellanohablantes.
Hace más de diez años redacté una proposición no de ley, que defendió una parlamentaria alavesa, que fue aprobada con alguna leve corrección por la Cámara vasca, donde se decía que era necesario realizar un estudio comparado de los resultados académicos, desglosados por modelos lingüísticos y redes educativas, tomando como muestras a poblaciones homologables en las variables sociocultural y económica de las mismas. Los diferentes gobiernos nacionalistas, en cuyo seno se han aplicado a la ímproba tarea nacionalista ciertos personajes de Eusko Alkartasuna, partido que ha ofrecido al brazo político de ETA ir en sus candidaturas lo que dice bastante del talante moral de los protagonistas, han estado dando datos manipulados, claramente tendenciosos y sesgados. Han ocultado de forma pertinaz una realidad que la lógica y la experiencia hacían sospechar y que algunos en una soledad asceta predicábamos desde hace dos décadas por lo menos, incluso en libros como el mío de “Educación y Nacionalismo, historia de un modelo”, saboteado de forma sibilina.
Pues va saliendo a la luz la verdad del tema en cuestión, que es, ni más ni menos, que durante más de treinta años se ha estado abocando a miles de jóvenes a un déficit formativo y a un empobrecimiento cultural exasperante. Y de eso hay responsables. Más aún cuando se ha estado gastando en euskaldunización la friolera de 20.000 millones de las antiguas pesetas al año durante todo ese tiempo y se han duplicado redes, se ha despilfarrado en recursos, total para este resultado pírrico que por fin -ya era hora- sale a la luz. Eso si no ocultan su publicación.
Pero no se preocupen, aquí paz y después gloria. Nadie se acordará de que existen unos responsables y que hay unas responsabilidades. Como si no pasara nada…
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5657
Con el tiempo siempre se descubre la verdad
Ernesto Ladrón de Guevara
U NA de las cosas más importantes que se cinceló en mi mente, gracias a la educación religiosa en mi infancia y juventud, fue el que por encima de todo, como principio esencial, nunca hay que mentir; que la verdad es una de las bases de la nobleza de las personas. Por eso me repugna la mentira, y más cuando se hace de ésta el fundamento de la acción política. Pienso que la política sin actitud de servicio a los demás y sin elementos de honradez como guía de la acción, es repudiable, y acaba siempre despreciando la condición humana. Sin verdad no hay libertad.
En una época que hoy recuerdo con una contradictoria mezcla de arrepentimiento y complacencia, por haber sido coherente con las convicciones que me guiaban, el aparato socialista me llevó a un curso de retórica y argumentación a la Escuela Jaime Vera. Allí, con técnicas muy efectivas se adiestraba a los asistentes a defender una tesis y la contraria con la misma vehemencia y con similar carga argumental en ambos casos. En aquel tiempo yo no entendía cómo se puede esgrimir un planteamiento y al rato persuadir de que la opción opuesta es la mejor, aunque fuera como mero ejercicio retórico. Pero observando la deriva de algunos prebostes del socialismo he entendido el por qué. La razón de tan ladina actitud política la esgrimió Zapatero, pillado por las grabadoras, cuando con un motivo qué no recuerdo dijo a su interlocutor aquello de “…como sea”. Supongo que ese paradigma de la acción política del “…como sea” no tiene ninguna relación con el 11-M. Aunque a veces a uno le da por pensar…
Con el “…como sea” se han hecho múltiples barbaridades. Y quien fundamenta su praxis política en ese aforismo no tiene ningún reparo de mentir con pestilente persistencia.
Por ejemplo, durante mucho tiempo se ha estado defendiendo en el País Vasco y Cataluña, con un halo de cientificismo absolutamente vacío de contenido, pero con mucha capacidad de convicción para mentes angelicales, que el bilingüismo es la panacea y que sin saber euskera –en el caso vasco- no hay futuro. Incluso que gracias a la inmersión lingüística se aprende mejor el castellano, lo cual es un planteamiento para bobos de solemnidad, pues es imposible que una lengua que no se utiliza en la enseñanza se aprenda mejor que en otro modelo educativo donde se pone en juego a lo largo del periplo educacional. Pero, para más abundamiento del discurso sofista, se ha estado insistiendo hasta la saciedad que los modelos de inmersión lingüística son mejores para el aprendizaje integral del conjunto de las asignaturas. Es decir que un alumno puede aprender filosofía, matemáticas, ciencias naturales o la misma teoría de la relatividad de Einstein con más facilidad en una lengua que no es la suya materna que en la propia, pues lo importante es adquirir esa fórmula alquímica que es el nirvana de cualquier vasco o catalán; es decir euskaldunizarse o catalanizarse, para alcanzar, tras lograr ese objetivo, la ciencia infusa, que caería del cielo tal que las lenguas de fuego con las que se representaba al Espíritu Santo bajando de las alturas en el famoso cuadro de El Greco.
Pero miren por donde que leo un titular de prensa en mi tierra vasconizada que dice “La educación vasca, la más cara pero entre las peores de España”. Fíjense en el dato: sólo consigue superar en los resultados de la evaluación a Ceuta y Melilla, pese a que cada alumno vasco cuesta 6.251 euros frente a los 4.888 de la media estadística nacional. Y otra reseña señala que “Un estudio preliminar la sitúa como la sexta comunidad con peores resultados. La influencia de la inmersión en Euskara”. Se refiere a un análisis comparado que se ha hecho en el entorno del procedimiento de diagnóstico Pisa de los resultados escolares. Y parece ser, según ese estudio preliminar, que las comunidades bilingües no quedan en nada buen lugar respecto a las monolingües castellanohablantes.
Hace más de diez años redacté una proposición no de ley, que defendió una parlamentaria alavesa, que fue aprobada con alguna leve corrección por la Cámara vasca, donde se decía que era necesario realizar un estudio comparado de los resultados académicos, desglosados por modelos lingüísticos y redes educativas, tomando como muestras a poblaciones homologables en las variables sociocultural y económica de las mismas. Los diferentes gobiernos nacionalistas, en cuyo seno se han aplicado a la ímproba tarea nacionalista ciertos personajes de Eusko Alkartasuna, partido que ha ofrecido al brazo político de ETA ir en sus candidaturas lo que dice bastante del talante moral de los protagonistas, han estado dando datos manipulados, claramente tendenciosos y sesgados. Han ocultado de forma pertinaz una realidad que la lógica y la experiencia hacían sospechar y que algunos en una soledad asceta predicábamos desde hace dos décadas por lo menos, incluso en libros como el mío de “Educación y Nacionalismo, historia de un modelo”, saboteado de forma sibilina.
Pues va saliendo a la luz la verdad del tema en cuestión, que es, ni más ni menos, que durante más de treinta años se ha estado abocando a miles de jóvenes a un déficit formativo y a un empobrecimiento cultural exasperante. Y de eso hay responsables. Más aún cuando se ha estado gastando en euskaldunización la friolera de 20.000 millones de las antiguas pesetas al año durante todo ese tiempo y se han duplicado redes, se ha despilfarrado en recursos, total para este resultado pírrico que por fin -ya era hora- sale a la luz. Eso si no ocultan su publicación.
Pero no se preocupen, aquí paz y después gloria. Nadie se acordará de que existen unos responsables y que hay unas responsabilidades. Como si no pasara nada…
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5657
Jose Melendez, Otra vez se impone el cambio
jueves 22 de abril de 2010
Otra vez se impone el cambio
José Meléndez
L A sociedad española tiene mas sentido común de lo que vulgarmente se cree y cuando la situación se torna insostenible opta por el cambio y siempre ha cambiado a mejor. Ocurrió así cuando cesó la era franquista y los españoles hicieron posible una transición admirable, venciendo la rutina de cuarenta años sin pensamiento político. Cuando la UCD de Adolfo Suárez,, autora material del cambio y del resurgimiento de España, se diluyó en sus luchas internas, la sociedad española le dio el poder a los socialistas y propició unos años de prosperidad, hasta que Felipe Gonzáles se ahogó en la corrupción y se impuso un nuevo cambio protagonizado por el Partido Popular de José María Aznar, que puso a España económica y políticamente, tanto a nivel nacional como internacional, en un lugar que no ocupaba desde los remotos tiempos en que en los dominios de Felipe II nunca se ponía el sol. Y ahora, cuando España pasa por los peores momentos de su historia moderna en todos los órdenes, con un gobierno inepto y aherrojado por sus polvorientos tabús ideológicos que ha fracasado, quemando a paso de carga las esperanzas que se pusieron en su inesperada elección, se impone un nuevo cambio que, por lógica y porque no hay otra opción, debe ser entregarle el poder de nuevo al Partido Popular.
Y esta es la clave de la situación que vivimos Hago esta afirmación porque cuando José Luis Rodríguez Zapatero ocupó la Moncloa tenía dos objetivos bien definidos y, para él, tan importantes el uno como el otro: mantenerse en un poder que las circunstancias trágicas del momento le habían otorgado y desarrollar una bien planeada y persistente campaña para que la derecha no pudiera volver nunca al poder, usando para ello los viejos resortes de la izquierda radical. Zapatero ganó unas elecciones que las encuestas le daban por perdidas gracias a las algaradas del 13M del 2.004 y desde entonces él y sus huestes no han dejado de atacar al Partido Popular, culpándole de todos los males que propiciaban los errores socialistas; firmando el tristemente famoso “Pacto del Tinell” y tratando de establecer por todos los medios lo que llamaban “cordones sanitarios” para aislar al PP, y, ahora, la vergonzosa defensa de la extrema izquierda (propiciada por el zapaterismo) del juez Baltasar Garzón y los ataques al Tribunal Constitucional porque no ha aprobado una descafeinada sentencia sobre la inconstitucionalidad del Estatuto de Cataluña, sin olvidar una desmesurada reavivación del antifranquismo para identificarlo con la derecha actual. Los socialistas vuelven a sacr de paseo al “doberman”.
La revanchista cultura ideológica de Zapatero –si es que la tiene- es una cultura adquirida de oídas porque él no conoció la Guerra Civil, como la inmensa mayoría de los que ahora se desgañitan pidiendo una justicia sesgada, ni conoció a su abuelo, pretendido mártir de sus sueños marxistas. Zapatero no es un demócrata, a pesar de que sus discursos están repletos de palabras tan biensonantes democráticamente como “derechos civiles”, “libertad de pensamiento”, “igualdad social”, “solidaridad”, “diálogo y comprensión” y otras semejantes. Zapatero nunca ha creído en la Transición democrática de España, ni en su unidad como Nación y todos sus esfuerzos están dirigidos a cambiar el actual sistema por otro que se fundamenta en preceptos ya caducos que la Historia, podadora implacable de los hechos, se ha encargado de enterrar. Ahí están para confirmarlo, la ley de Memoria Histórica, , la ley del aborto, los ataques constantes a la religión que profesa la inmensa mayoría de los españoles, la simpatía por los únicos dictadores que quedan en el planeta, el persistente afán de intervencionismo en las instituciones del Estado y, lo que es mas grave, el desmembramiento de España para cambiarla de una nación de autonomías a una nación confederal con Cataluña, con el severo riesgo de que las demás autonomías exijan el mismo trato.
Para conseguir todo esto ha empleado dos armas: conceder a los nacionalistas catalanes lo que piden para propiciar un cambio por medio del Estatuto y soslayar así el impedimento constitucional, y resucitar a la extrema izquierda, que se ha pasado setenta años rumiando su derrota y pensando en la revancha. Son pocos, porque el tiempo no perdona y la mayoría de los que conocieron aquellos días han desaparecido, pero dejaron plantada la semilla y ahora Zapatero pretende reavivarla.
La extrema izquierda en España se retrata por si sola. Es la que emplea la algarada, el insulto y la pancarta, la que recibe consignas y las cumple a rajatabla, la que trata de dar aires reivindicativos a sus protestas sectarias y calla cuando los excesos o los errores se cometen en su bando. Ahí esta como ejemplo el silencio servil de los sindicatos ante mas de cuatro millones de parados y el estrambótico escándalo que han montado en defensa del juez Garzón o los ataques al Tribunal Supremo y al Tribunal Constitucional. Pero eso le viene bien a los propósitos de Zapatero, que maneja los hilos en la sombra mientras exhibe talante y democracia en sus palabras.
Siempre que Zapatero y su gobierno cometen una equivocación y sus consecuencias quedan reflejadas en las encuestas, surge un alboroto callejero de la extrema izquierda y Maria Teresa Fernández de la Vega. (que parece querer regresar al primer plano ante los rumores de política amortizada), Pepiño Blanco (que vuelve a ser Pepiño tras un breve paréntesis en el parecía que quería convertirse en don José) y Leire Pajin (la delicia de los periodistas en sus conferencias de prensa) atizan el fuego en el que pretenden quemar al Partido Popular.
Dicen los que le conocen bien que Zapatero no escucha a nadie. Tiene un nutrido gobierno y una legión de 638 asesores a los que no deja exponer su criterio y exige de ellos que desarrollen lo que él les dice. Y al que no sigue esta línea, lo cambia. Eso le ocurrió a Jordi Sevilla, el que le dijo que aprendería economía en dos tardes, a Francisco Vazquez., un disidente al que mandó de embajador al Vaticano para que se curase con agua bendita la urticaria que, según dijo públicamente, le producía el Estatuto de Cataluña o a Pedro Solbes, que llegó un momento en el que ya no pudo aguantar mas imposiciones porque veía venir el desastre económico.
A los socialistas no les queda más que el caso Gurtel para atacar al Partido Popular y se agarran a él con desesperación. Por eso defienden a Garzón y siguen acusando de corrupción al PP. Pero el caso Gurtel está poniendo en evidencia varios aspectos importantes; una instrucción de oscuros designios por parte del juez, como la autorización de escuchas telefónicas ilegales, una ausencia total de cualquier resquicio de financiación ilegal como tratan de presentar los socialistas y una actuación firme de la dirección del PP dando de baja en el partido a todos los imputados, a pesar de que Leire Pajín siga machacando en el mismo clavo..
Tenemos por delante un amplio período electoral y la opinión pública debe elegir entre una España desmembrada, que no puede salir de la crisis económica con los remedios que se han aplicado hasta ahora, una España en la que desaparecen los valores tradicionales como el trabajo, la solidaridad, la libertad individual, las creencias de cada uno y la familia o una España unida que mantiene esos valores con un gobierno que ampare el bienestar social. Ya sabemos que Zapatero no nos puede brindar eso. Por eso, el cambio se impone una vez más.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5660
Otra vez se impone el cambio
José Meléndez
L A sociedad española tiene mas sentido común de lo que vulgarmente se cree y cuando la situación se torna insostenible opta por el cambio y siempre ha cambiado a mejor. Ocurrió así cuando cesó la era franquista y los españoles hicieron posible una transición admirable, venciendo la rutina de cuarenta años sin pensamiento político. Cuando la UCD de Adolfo Suárez,, autora material del cambio y del resurgimiento de España, se diluyó en sus luchas internas, la sociedad española le dio el poder a los socialistas y propició unos años de prosperidad, hasta que Felipe Gonzáles se ahogó en la corrupción y se impuso un nuevo cambio protagonizado por el Partido Popular de José María Aznar, que puso a España económica y políticamente, tanto a nivel nacional como internacional, en un lugar que no ocupaba desde los remotos tiempos en que en los dominios de Felipe II nunca se ponía el sol. Y ahora, cuando España pasa por los peores momentos de su historia moderna en todos los órdenes, con un gobierno inepto y aherrojado por sus polvorientos tabús ideológicos que ha fracasado, quemando a paso de carga las esperanzas que se pusieron en su inesperada elección, se impone un nuevo cambio que, por lógica y porque no hay otra opción, debe ser entregarle el poder de nuevo al Partido Popular.
Y esta es la clave de la situación que vivimos Hago esta afirmación porque cuando José Luis Rodríguez Zapatero ocupó la Moncloa tenía dos objetivos bien definidos y, para él, tan importantes el uno como el otro: mantenerse en un poder que las circunstancias trágicas del momento le habían otorgado y desarrollar una bien planeada y persistente campaña para que la derecha no pudiera volver nunca al poder, usando para ello los viejos resortes de la izquierda radical. Zapatero ganó unas elecciones que las encuestas le daban por perdidas gracias a las algaradas del 13M del 2.004 y desde entonces él y sus huestes no han dejado de atacar al Partido Popular, culpándole de todos los males que propiciaban los errores socialistas; firmando el tristemente famoso “Pacto del Tinell” y tratando de establecer por todos los medios lo que llamaban “cordones sanitarios” para aislar al PP, y, ahora, la vergonzosa defensa de la extrema izquierda (propiciada por el zapaterismo) del juez Baltasar Garzón y los ataques al Tribunal Constitucional porque no ha aprobado una descafeinada sentencia sobre la inconstitucionalidad del Estatuto de Cataluña, sin olvidar una desmesurada reavivación del antifranquismo para identificarlo con la derecha actual. Los socialistas vuelven a sacr de paseo al “doberman”.
La revanchista cultura ideológica de Zapatero –si es que la tiene- es una cultura adquirida de oídas porque él no conoció la Guerra Civil, como la inmensa mayoría de los que ahora se desgañitan pidiendo una justicia sesgada, ni conoció a su abuelo, pretendido mártir de sus sueños marxistas. Zapatero no es un demócrata, a pesar de que sus discursos están repletos de palabras tan biensonantes democráticamente como “derechos civiles”, “libertad de pensamiento”, “igualdad social”, “solidaridad”, “diálogo y comprensión” y otras semejantes. Zapatero nunca ha creído en la Transición democrática de España, ni en su unidad como Nación y todos sus esfuerzos están dirigidos a cambiar el actual sistema por otro que se fundamenta en preceptos ya caducos que la Historia, podadora implacable de los hechos, se ha encargado de enterrar. Ahí están para confirmarlo, la ley de Memoria Histórica, , la ley del aborto, los ataques constantes a la religión que profesa la inmensa mayoría de los españoles, la simpatía por los únicos dictadores que quedan en el planeta, el persistente afán de intervencionismo en las instituciones del Estado y, lo que es mas grave, el desmembramiento de España para cambiarla de una nación de autonomías a una nación confederal con Cataluña, con el severo riesgo de que las demás autonomías exijan el mismo trato.
Para conseguir todo esto ha empleado dos armas: conceder a los nacionalistas catalanes lo que piden para propiciar un cambio por medio del Estatuto y soslayar así el impedimento constitucional, y resucitar a la extrema izquierda, que se ha pasado setenta años rumiando su derrota y pensando en la revancha. Son pocos, porque el tiempo no perdona y la mayoría de los que conocieron aquellos días han desaparecido, pero dejaron plantada la semilla y ahora Zapatero pretende reavivarla.
La extrema izquierda en España se retrata por si sola. Es la que emplea la algarada, el insulto y la pancarta, la que recibe consignas y las cumple a rajatabla, la que trata de dar aires reivindicativos a sus protestas sectarias y calla cuando los excesos o los errores se cometen en su bando. Ahí esta como ejemplo el silencio servil de los sindicatos ante mas de cuatro millones de parados y el estrambótico escándalo que han montado en defensa del juez Garzón o los ataques al Tribunal Supremo y al Tribunal Constitucional. Pero eso le viene bien a los propósitos de Zapatero, que maneja los hilos en la sombra mientras exhibe talante y democracia en sus palabras.
Siempre que Zapatero y su gobierno cometen una equivocación y sus consecuencias quedan reflejadas en las encuestas, surge un alboroto callejero de la extrema izquierda y Maria Teresa Fernández de la Vega. (que parece querer regresar al primer plano ante los rumores de política amortizada), Pepiño Blanco (que vuelve a ser Pepiño tras un breve paréntesis en el parecía que quería convertirse en don José) y Leire Pajin (la delicia de los periodistas en sus conferencias de prensa) atizan el fuego en el que pretenden quemar al Partido Popular.
Dicen los que le conocen bien que Zapatero no escucha a nadie. Tiene un nutrido gobierno y una legión de 638 asesores a los que no deja exponer su criterio y exige de ellos que desarrollen lo que él les dice. Y al que no sigue esta línea, lo cambia. Eso le ocurrió a Jordi Sevilla, el que le dijo que aprendería economía en dos tardes, a Francisco Vazquez., un disidente al que mandó de embajador al Vaticano para que se curase con agua bendita la urticaria que, según dijo públicamente, le producía el Estatuto de Cataluña o a Pedro Solbes, que llegó un momento en el que ya no pudo aguantar mas imposiciones porque veía venir el desastre económico.
A los socialistas no les queda más que el caso Gurtel para atacar al Partido Popular y se agarran a él con desesperación. Por eso defienden a Garzón y siguen acusando de corrupción al PP. Pero el caso Gurtel está poniendo en evidencia varios aspectos importantes; una instrucción de oscuros designios por parte del juez, como la autorización de escuchas telefónicas ilegales, una ausencia total de cualquier resquicio de financiación ilegal como tratan de presentar los socialistas y una actuación firme de la dirección del PP dando de baja en el partido a todos los imputados, a pesar de que Leire Pajín siga machacando en el mismo clavo..
Tenemos por delante un amplio período electoral y la opinión pública debe elegir entre una España desmembrada, que no puede salir de la crisis económica con los remedios que se han aplicado hasta ahora, una España en la que desaparecen los valores tradicionales como el trabajo, la solidaridad, la libertad individual, las creencias de cada uno y la familia o una España unida que mantiene esos valores con un gobierno que ampare el bienestar social. Ya sabemos que Zapatero no nos puede brindar eso. Por eso, el cambio se impone una vez más.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5660
Felix Arbolí, Las madres ejemplares en la prensa rosa
jueves 22 de abril de 2010
Las madres ejemplares en la prensa rosa
Félix Arbolí
A HORA le dan a las revistas del corazón, (mal llamadas de esta forma pues se refieren a aspectos que no guardan relación con este órgano y sí con otros que en nada se les parece) , por realizar encuestas o amañar impresiones y resultados buscando a la “Madre del Año” entre cantantes, actrices y modelos hollywoodenses. El sitio y las protagonistas menos indicadas para ese tipo de elecciones, ya que realizarlo en ese ambiente tan poco propicio, es como intentar buscar la aguja en un pajar o como nombrar a una anoréxica orientadora en gastronomía y me quedo corto. Pero como vivimos en un mundo y una época donde, como decía el antiguo filósofo, “todo cambia” ,el archiconocido “Panta rei”, de Heráclito de Efeso, no es nada raro que busquemos a la madre perfecta no en los hogares y ambientes familiares, sino entre esas bellezonas artificiales creadas a base de siliconas y absurdos postizos que desfilan en las pasarelas de la moda, las alfombras de Hollywood o se exhiben en los escenarios donde más que a la cantante admiran sus curvas y encantos tan pródigamente descubiertos. Es decir, en aquellas mujeres más empeñadas en su físico y apariencia que en las nobles cualidades que debe reunir toda madre que se precie no sólo de parecerlo, sino de serlo.
La maternidad ha sido, es y debe seguir siendo una de las cualidades más sublimes y hermosas de toda mujer. El hecho de dar la vida a un nuevo ser que se ha ido desarrollando y formando en sus entrañas, hacen de Eva una criatura especial, superior al varón y con propiedades casi divinas, sobrenaturales. No es un tema apropiado para frívolas y absurdas encuestas donde sólo se tengan en cuenta las apariencias engañosas de esas madres más pendientes de maquillajes, trucos quirúrgicos y envolturas de firmas cotizadas, que del biberón, cambio de pañales y calmar el llanto terco y molesto de ese hijo que reclama su atención y sus cuidados. Hijos que crecen bajo el cuidado de la “nurse” o la “nanny”, sin conocer el calor materno y la incomparable sensación del beso, abrazo y el canto de esa nana amorosa con la que le duerme y acuna en sus noches de insomnio o molestias estomacales. No se es madre solamente por el acto de parir, aunque éste sea el momento más importante, decisivo y prodigioso de todo ser humano, pues eso lo hace toda clase de animales e incluso aquellas mujeres que tras el parto ceden ese ser a otras personas por causas o motivos de muy diversa índole y desde ese instante han perdido su condición de madres, aunque hayan protagonizado el acto de la maternidad. Y las que reciben a ese bebé, aunque no lo haya parido, se convierten en madres de pleno derecho cuando le ofrecen su amor y su cuidado, poniendo todo su entusiasmo en el empeño y ofreciéndole lo que necesite, a costa de sus propias renuncias y necesidades.
Una revista holandesa ha nombrado “madre del año” a Sylvie Van der Vaster, la esposa del futbolista del Real Madrid, después de haber superado feliz y valientemente una operación de un tumor de pecho. Es madre de un pequeño próximo a cumplir cuatro años con el que se la ve muy compenetrada y encariñada. No es aventurado decir que puede ser o es una madre ejemplar y maravillosa. Dios me libre de imprudentes conjeturas. Pero me figuro que en Holanda habrá muchas más madres que librarán una batalla ardua y diaria contra le crisis económica y el cuidado y manutención de sus hijos, que han sido ignoradas por la revista en cuestión. No se han detenido a buscar a su madre ideal entre los hogares campesinos y urbanos donde seguro encontrarían cientos de madre convertidas en auténticas heroínas, sin que jamás la sonrisa del amor y el cuidado de sus hijos no sea una constante en sus vidas. Auténticas y anónimas madres corajes, cargadas de hijos, enfrentándose a continuas dificultades de toda índole y que nunca han bajado la guardia para defender a su “camada” de las posibles y numerosas adversidades. Me parece correcto, con todos mis respetos a la señora Van der Vaster, cuyos méritos no pongo en duda, opinar que habrá muchas, cientos de madres, en su bonita patria tan típica y tradicional, con mayores alicientes para tan honroso y edificante título, a pesar de los agobios y obstáculos que se encontrarán la mayoría de sus posibles competidoras y que ella felizmente tiene resueltos.
Creo que es un sarcasmo y una dura ironía que se elijan a las madres del año, entre actrices, cantantes y modelos, sin tener en cuenta en ese “referendum maternal”, al resto de las mujeres que viven su maternidad de manera ejemplar y admirable, con una abnegación sin límites y una disposición continua a los mayores sacrificios en aras de ofrecer la mejor vida posible a sus hijos. Las madres ignoradas y ninguneadas porque a nuestra ególatra y caprichosa sociedad sólo les sirven como modelos las que utilizan las bambalinas y las ferias de las vanidades con mayor interés y constancia que su más o menos sentida maternidad. Las que ilustran las páginas de sus “rosadas” revistas con vientres gestantes y besos programados y retocados a los retoños previo pagos millonarios. Las madres figurines de hijos solitarios e infelices.
Hace años, no recuerdo cuantos, Britney Spears, la famosa cantante, fue declarada la mejor madre del universo. ¡Ahí queda eso!. La autora de esta nada graciosa ocurrencia fue la revista de la tienda online “Park Christmas Saving”. Según se publica en la prensa especializada en estas cursiladas bobaliconas, aliciente de solteronas o casadas insatisfechas, esta buena señora o señorita, no se si habrá contraído un nuevo matrimonio de los varios celebrados, ha tenido problemas con la justicia en varias ocasiones y hasta pérdida de la tutela de sus hijos, adicción al alcohol y a las drogas y algunos problemas mentales. ¿Cómo puede elegirse a esta célebre cantante, dado su historial, para tan honroso como universalizado título?. No sé si sus desvaríos han sido en épocas ya pasadas y en la actualidad vive una existencia modélica, aunque por lo que comentaban y las fotos que exponían parece que no, pero aún así no creo prudente y acertado designarla como la mejor madre del universo, cuando en varios ocasiones han tenido que retirarle la custodia de sus hijos. Me gustaría equivocarme y que tan admirada artista fuera un dechado de virtudes y excelente madre en su más amplio sentido, pero creo que para hacerla “madre reina” de todo el Universo, hacen falta muchos arreglos y rabos de pasas para perder la memoria. El tercer lugar en la lista de esta tienda online, era para Angeline Jolie, que sí, la veo siempre cargada de hijos no sé si tenidos o adoptados, pero que tampoco según las revistas del cotilleo es un ejemplo en este terreno debido a su carácter y egolatría. Ponen en mejor lugar respecto a las atenciones con su numerosa prole a su marido Brad Pitt. Para mayor enjundia en esta lista de madres encantadoras se encontraba asimismo Victoria Beckham, esa remilgada que decía olíamos a ajos, sin darse cuenta que ella huele a presumir de lo que no tiene a pesar de su dinero y Katie Holmes, la esposa de Tom Cruise, de cuya vida privada poco se sabe, debe ser a causa de las normas de esa iglesia de la Cienciología, uno de cuyos máximos directivos es su marido y de cuyos métodos y fines tan poco se conoce.
Para que una vez más se den cuenta de las idioteces y falsedades que nos refieren esos “ cotilleos rosas” que tanto nos atosigan desde todos los medios de comunicación, como si el rosa se hubiera convertido en el color de moda a todos los niveles.
http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp
Las madres ejemplares en la prensa rosa
Félix Arbolí
A HORA le dan a las revistas del corazón, (mal llamadas de esta forma pues se refieren a aspectos que no guardan relación con este órgano y sí con otros que en nada se les parece) , por realizar encuestas o amañar impresiones y resultados buscando a la “Madre del Año” entre cantantes, actrices y modelos hollywoodenses. El sitio y las protagonistas menos indicadas para ese tipo de elecciones, ya que realizarlo en ese ambiente tan poco propicio, es como intentar buscar la aguja en un pajar o como nombrar a una anoréxica orientadora en gastronomía y me quedo corto. Pero como vivimos en un mundo y una época donde, como decía el antiguo filósofo, “todo cambia” ,el archiconocido “Panta rei”, de Heráclito de Efeso, no es nada raro que busquemos a la madre perfecta no en los hogares y ambientes familiares, sino entre esas bellezonas artificiales creadas a base de siliconas y absurdos postizos que desfilan en las pasarelas de la moda, las alfombras de Hollywood o se exhiben en los escenarios donde más que a la cantante admiran sus curvas y encantos tan pródigamente descubiertos. Es decir, en aquellas mujeres más empeñadas en su físico y apariencia que en las nobles cualidades que debe reunir toda madre que se precie no sólo de parecerlo, sino de serlo.
La maternidad ha sido, es y debe seguir siendo una de las cualidades más sublimes y hermosas de toda mujer. El hecho de dar la vida a un nuevo ser que se ha ido desarrollando y formando en sus entrañas, hacen de Eva una criatura especial, superior al varón y con propiedades casi divinas, sobrenaturales. No es un tema apropiado para frívolas y absurdas encuestas donde sólo se tengan en cuenta las apariencias engañosas de esas madres más pendientes de maquillajes, trucos quirúrgicos y envolturas de firmas cotizadas, que del biberón, cambio de pañales y calmar el llanto terco y molesto de ese hijo que reclama su atención y sus cuidados. Hijos que crecen bajo el cuidado de la “nurse” o la “nanny”, sin conocer el calor materno y la incomparable sensación del beso, abrazo y el canto de esa nana amorosa con la que le duerme y acuna en sus noches de insomnio o molestias estomacales. No se es madre solamente por el acto de parir, aunque éste sea el momento más importante, decisivo y prodigioso de todo ser humano, pues eso lo hace toda clase de animales e incluso aquellas mujeres que tras el parto ceden ese ser a otras personas por causas o motivos de muy diversa índole y desde ese instante han perdido su condición de madres, aunque hayan protagonizado el acto de la maternidad. Y las que reciben a ese bebé, aunque no lo haya parido, se convierten en madres de pleno derecho cuando le ofrecen su amor y su cuidado, poniendo todo su entusiasmo en el empeño y ofreciéndole lo que necesite, a costa de sus propias renuncias y necesidades.
Una revista holandesa ha nombrado “madre del año” a Sylvie Van der Vaster, la esposa del futbolista del Real Madrid, después de haber superado feliz y valientemente una operación de un tumor de pecho. Es madre de un pequeño próximo a cumplir cuatro años con el que se la ve muy compenetrada y encariñada. No es aventurado decir que puede ser o es una madre ejemplar y maravillosa. Dios me libre de imprudentes conjeturas. Pero me figuro que en Holanda habrá muchas más madres que librarán una batalla ardua y diaria contra le crisis económica y el cuidado y manutención de sus hijos, que han sido ignoradas por la revista en cuestión. No se han detenido a buscar a su madre ideal entre los hogares campesinos y urbanos donde seguro encontrarían cientos de madre convertidas en auténticas heroínas, sin que jamás la sonrisa del amor y el cuidado de sus hijos no sea una constante en sus vidas. Auténticas y anónimas madres corajes, cargadas de hijos, enfrentándose a continuas dificultades de toda índole y que nunca han bajado la guardia para defender a su “camada” de las posibles y numerosas adversidades. Me parece correcto, con todos mis respetos a la señora Van der Vaster, cuyos méritos no pongo en duda, opinar que habrá muchas, cientos de madres, en su bonita patria tan típica y tradicional, con mayores alicientes para tan honroso y edificante título, a pesar de los agobios y obstáculos que se encontrarán la mayoría de sus posibles competidoras y que ella felizmente tiene resueltos.
Creo que es un sarcasmo y una dura ironía que se elijan a las madres del año, entre actrices, cantantes y modelos, sin tener en cuenta en ese “referendum maternal”, al resto de las mujeres que viven su maternidad de manera ejemplar y admirable, con una abnegación sin límites y una disposición continua a los mayores sacrificios en aras de ofrecer la mejor vida posible a sus hijos. Las madres ignoradas y ninguneadas porque a nuestra ególatra y caprichosa sociedad sólo les sirven como modelos las que utilizan las bambalinas y las ferias de las vanidades con mayor interés y constancia que su más o menos sentida maternidad. Las que ilustran las páginas de sus “rosadas” revistas con vientres gestantes y besos programados y retocados a los retoños previo pagos millonarios. Las madres figurines de hijos solitarios e infelices.
Hace años, no recuerdo cuantos, Britney Spears, la famosa cantante, fue declarada la mejor madre del universo. ¡Ahí queda eso!. La autora de esta nada graciosa ocurrencia fue la revista de la tienda online “Park Christmas Saving”. Según se publica en la prensa especializada en estas cursiladas bobaliconas, aliciente de solteronas o casadas insatisfechas, esta buena señora o señorita, no se si habrá contraído un nuevo matrimonio de los varios celebrados, ha tenido problemas con la justicia en varias ocasiones y hasta pérdida de la tutela de sus hijos, adicción al alcohol y a las drogas y algunos problemas mentales. ¿Cómo puede elegirse a esta célebre cantante, dado su historial, para tan honroso como universalizado título?. No sé si sus desvaríos han sido en épocas ya pasadas y en la actualidad vive una existencia modélica, aunque por lo que comentaban y las fotos que exponían parece que no, pero aún así no creo prudente y acertado designarla como la mejor madre del universo, cuando en varios ocasiones han tenido que retirarle la custodia de sus hijos. Me gustaría equivocarme y que tan admirada artista fuera un dechado de virtudes y excelente madre en su más amplio sentido, pero creo que para hacerla “madre reina” de todo el Universo, hacen falta muchos arreglos y rabos de pasas para perder la memoria. El tercer lugar en la lista de esta tienda online, era para Angeline Jolie, que sí, la veo siempre cargada de hijos no sé si tenidos o adoptados, pero que tampoco según las revistas del cotilleo es un ejemplo en este terreno debido a su carácter y egolatría. Ponen en mejor lugar respecto a las atenciones con su numerosa prole a su marido Brad Pitt. Para mayor enjundia en esta lista de madres encantadoras se encontraba asimismo Victoria Beckham, esa remilgada que decía olíamos a ajos, sin darse cuenta que ella huele a presumir de lo que no tiene a pesar de su dinero y Katie Holmes, la esposa de Tom Cruise, de cuya vida privada poco se sabe, debe ser a causa de las normas de esa iglesia de la Cienciología, uno de cuyos máximos directivos es su marido y de cuyos métodos y fines tan poco se conoce.
Para que una vez más se den cuenta de las idioteces y falsedades que nos refieren esos “ cotilleos rosas” que tanto nos atosigan desde todos los medios de comunicación, como si el rosa se hubiera convertido en el color de moda a todos los niveles.
http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp
Damian Ruiz, La progresia: a romperlo todo
Y lo primero que rompen: las instituciones
La progresía: a romperlo todo
Damián Ruiz
22 de abril de 2010
La progresía está que trina. Es posible que no reciban tantas invitaciones a saraos o que las subvenciones para sus eventos hayan disminuido, o a lo mejor se quedaron sin paga para hacer esos maravillosos e imprescindibles estudios con los que acostumbran a socavar la sociedad, recordemos el del mapa del clítoris, o cualquier estupidez que a usted o a mí se nos pueda ocurrir.
A la espera de ver a alguna de esas furibundas feministas defender el burka en algún artículo o tertulia televisiva -no tardarán mucho, ya lo verán-, y en vistas de que nuestro inepto gobernante lleva el país a la ruina total, ahora les ha dado a toda esta troupe por atacar a las legítimas, democráticas y constitucionales instituciones estatales, en concreto al Tribunal Supremo, al Tribunal Constitucional y a la Monarquía (los pobres, entre Peñafiel y toda esta corte, deben de estar que no sabrán donde ponerse). La cuestión es hacer ruido.
A la espera de que algún genetista descubra algún locus idéntico entre la progresía y la carcoma de la madera, hemos de entender que los primeros han iniciado una intifada pachanguera con la intención de hacer humo para que no se vea como caen los pilares del Estado. La intención es el derrumbe.
Bajo el eufemismo tan manido de que la izquierda amplía los derechos y libertades de los ciudadanos, que traducido es: más soledad, más desorientación, más rupturas de lazos sentimentales, más depresiones y más drogas, se han apoderado de la sociedad con la única y exclusiva intención de demolerla.
El problema es que ellos no lo saben y que se ponen de los nervios cada vez que no logran mermar algún pilar fundamental del Estado ya sea simbólico, legal o institucional.
Ahora tienen al Constitucional entre ceja y ceja, “zeja” mejor dicho, porque la mayoría de los ciudadanos catalanes estamos que no dormimos esperando la sentencia del Estatut. Por cierto, si son de aquí o vienen por mi ciudad, Barcelona, se darán cuenta de que no se habla de otra cosa en la calle. El paro, el cierre de empresas, el hijo porrero o la inseguridad ciudadana, son temas secundarios, menudencias de tercer nivel, porque vaya usted donde vaya la gente no hace otra cosa que discutir los artículos del Estatut. Sea en la panadería o en el cine, por ejemplo, hay que decirles que se callen porque no puedes concentrarte en lo que estás. El otro día sin ir más lejos una pareja de veinteañeros estaba, en pleno Avatar, dale que te pego con el artículo sobre la distribución territorial de Cataluña -.
Y qué decir del Supremo, mal de todos los males, atacado sin piedad con la complicidad pasiva del anti-sistema que nos gobierna. Y es que cuánto le gustaría a él que esto se pareciera a uno de esos admirados ejemplos de izquierda democrática que están surgiendo en Latinoamérica: esos países cuyos presidentes hablan y hablan para regocijo del pueblo que se deleita a medida que avanza en prosperidad y en libertades.
En cuanto a los de la monarquía —legítima, recuerdo, y cuestionable democráticamente, por supuesto—, deben de preferir no aparecer. Nuestro monarca está para que se le silbe. Se le debería pagar un plus. “Majestad, hoy le silbarán en Pamplona; ¿irá con la Reina o prefiere que le silben solo?” Es curioso: un país en el que el Jefe del Estado tiene que pasar desapercibido porque un sector canallesco y ansioso de no se sabe qué no le concede el mínimo respeto.
Algo le pasa a la progresía, que está furibunda: es como el soberbio torpón que, incapaz de alcanzar sus objetivos, prefiere que todo se hunda antes de reconocer sus errores.
Y es que —insisto— creo que debemos encaminarnos a conseguir esa nueva mayoría social y democrática de la que hablaba en mi anterior artículo para desplazar a todo este sector de adversarios del orden constitucional, que incluye el respeto por los símbolos, las tradiciones y las instituciones del Estado.
Tienen la necesidad de reventar todo aquello que no pueden cambiar de forma ordenada y legal. La Constitución española es nuestra máxima ley y el Tribunal Constitucional su máximo garante. Quien no lo entienda debería leerse todo el articulado. Todo, no sea que se le escape algún artículo y luego haya que arrepentirse.
Mientras, los demás a esperar a que dejen de joder la marrana de una puñetera vez, y podamos empezar a recuperar valores, identidad, estética, ética y espíritu. Pero ¿cuándo pararán?
http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=3424
La progresía: a romperlo todo
Damián Ruiz
22 de abril de 2010
La progresía está que trina. Es posible que no reciban tantas invitaciones a saraos o que las subvenciones para sus eventos hayan disminuido, o a lo mejor se quedaron sin paga para hacer esos maravillosos e imprescindibles estudios con los que acostumbran a socavar la sociedad, recordemos el del mapa del clítoris, o cualquier estupidez que a usted o a mí se nos pueda ocurrir.
A la espera de ver a alguna de esas furibundas feministas defender el burka en algún artículo o tertulia televisiva -no tardarán mucho, ya lo verán-, y en vistas de que nuestro inepto gobernante lleva el país a la ruina total, ahora les ha dado a toda esta troupe por atacar a las legítimas, democráticas y constitucionales instituciones estatales, en concreto al Tribunal Supremo, al Tribunal Constitucional y a la Monarquía (los pobres, entre Peñafiel y toda esta corte, deben de estar que no sabrán donde ponerse). La cuestión es hacer ruido.
A la espera de que algún genetista descubra algún locus idéntico entre la progresía y la carcoma de la madera, hemos de entender que los primeros han iniciado una intifada pachanguera con la intención de hacer humo para que no se vea como caen los pilares del Estado. La intención es el derrumbe.
Bajo el eufemismo tan manido de que la izquierda amplía los derechos y libertades de los ciudadanos, que traducido es: más soledad, más desorientación, más rupturas de lazos sentimentales, más depresiones y más drogas, se han apoderado de la sociedad con la única y exclusiva intención de demolerla.
El problema es que ellos no lo saben y que se ponen de los nervios cada vez que no logran mermar algún pilar fundamental del Estado ya sea simbólico, legal o institucional.
Ahora tienen al Constitucional entre ceja y ceja, “zeja” mejor dicho, porque la mayoría de los ciudadanos catalanes estamos que no dormimos esperando la sentencia del Estatut. Por cierto, si son de aquí o vienen por mi ciudad, Barcelona, se darán cuenta de que no se habla de otra cosa en la calle. El paro, el cierre de empresas, el hijo porrero o la inseguridad ciudadana, son temas secundarios, menudencias de tercer nivel, porque vaya usted donde vaya la gente no hace otra cosa que discutir los artículos del Estatut. Sea en la panadería o en el cine, por ejemplo, hay que decirles que se callen porque no puedes concentrarte en lo que estás. El otro día sin ir más lejos una pareja de veinteañeros estaba, en pleno Avatar, dale que te pego con el artículo sobre la distribución territorial de Cataluña -.
Y qué decir del Supremo, mal de todos los males, atacado sin piedad con la complicidad pasiva del anti-sistema que nos gobierna. Y es que cuánto le gustaría a él que esto se pareciera a uno de esos admirados ejemplos de izquierda democrática que están surgiendo en Latinoamérica: esos países cuyos presidentes hablan y hablan para regocijo del pueblo que se deleita a medida que avanza en prosperidad y en libertades.
En cuanto a los de la monarquía —legítima, recuerdo, y cuestionable democráticamente, por supuesto—, deben de preferir no aparecer. Nuestro monarca está para que se le silbe. Se le debería pagar un plus. “Majestad, hoy le silbarán en Pamplona; ¿irá con la Reina o prefiere que le silben solo?” Es curioso: un país en el que el Jefe del Estado tiene que pasar desapercibido porque un sector canallesco y ansioso de no se sabe qué no le concede el mínimo respeto.
Algo le pasa a la progresía, que está furibunda: es como el soberbio torpón que, incapaz de alcanzar sus objetivos, prefiere que todo se hunda antes de reconocer sus errores.
Y es que —insisto— creo que debemos encaminarnos a conseguir esa nueva mayoría social y democrática de la que hablaba en mi anterior artículo para desplazar a todo este sector de adversarios del orden constitucional, que incluye el respeto por los símbolos, las tradiciones y las instituciones del Estado.
Tienen la necesidad de reventar todo aquello que no pueden cambiar de forma ordenada y legal. La Constitución española es nuestra máxima ley y el Tribunal Constitucional su máximo garante. Quien no lo entienda debería leerse todo el articulado. Todo, no sea que se le escape algún artículo y luego haya que arrepentirse.
Mientras, los demás a esperar a que dejen de joder la marrana de una puñetera vez, y podamos empezar a recuperar valores, identidad, estética, ética y espíritu. Pero ¿cuándo pararán?
http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=3424
Pepe Gutierrez, John Dos Passos y el caso Robles
jueves 22 de abril de 2010
John Dos Passos y el “caso Robles”
Pepe Gutiérrez
1. Uno de los “grandes” de la literatura del siglo XX
El considerable y merecido éxito editorial de la obra de Ignacio Martínez de Pisón, Enterrar a los muertos, que evoca la relación entre John Dos Passos y su amigo y traductor al castellano José Robles, hará sin duda que muchos lectores se vuelvan a interesar sobre John Dos Passos (Chicago, 1896-Spence´s Point, Westmoreland, 1970) que tuvo en España su segundo país. La obra investiga todos los hilos abiertos por un asesinato político por sicarios de Stalin, un crimen que dejará de ser una tragedia individual para llegar a ser una auténtica pesadilla con la represión del POUM. Las peripecias de Dos Passos por esclarecer la muerte de su amigo marcaran un antes y un después tanto en las convicciones personales como en sus concepciones literarias de “Dos”, del que se ha dicho que, sin recibir un solo rasguño, fue la mayor víctima literaria de la guerra española.
Sin duda uno de los detalles por el que más se conoce a John Dos Passos es la ascendencia portuguesa ligada a su hermoso apellido que se atribuye a su padre del que se decía portugués, aunque en realidad los emigrantes fueron sus abuelos. Hijo ilegitimo, niño solitario y débil que más tarde llegaría confesar que “jamás ha habido criatura más dependiente del estímulo de la literatura para poder vivir”. Educado en Choate School y Harvard, se licenció en 1916. Dos Passos sintió muy tempranamente la pesadilla del sistema social capitalista en los Estados Unidos, una joven nación cada vez más dominada por los trust. Inconformista precoz –como lo había sido su padre antes de ascender socialmente-; su sensibilidad cultural, despertada por impresiones artísticas y por grandes viajes con la familia, chocaba contra la voracidad de los señores de la industria que domesticaban autoridades y centros de opinión. Ya durante sus estudios en la universidad de Harvard (1912-1916), escribió en una revista lo siguiente: "Millones de personas se hunden cada vez más bajo e incluso en las mejores condiciones y con trabajos florecientes, porque están cogidas en el engranaje de la industria mecanizada y, excepto los anémicos placeres de la vida asfixiante de las grandes ciudades, no tienen ninguna posibilidad de dar expresión a sus ideas ya sus pensamientos."
Desde muy joven, John se convierte en un viajero al que José Robles describe así: “Desde entonces (su primer viaje a España) no ha parado seis meses en el mismo sitio. Tan pronto está en México como en Teherán o en Constantinopla. De cuando en cuando reaparece en Nueva York, que puede llamarse, aunque algo impropiamente, su residencia fija. Barzonea algún tiempo por Greenwich Village, y un día cualquiera, sin que nadie se entere, toma de nuevo el portante” “Dos” se encontraba en España estudiando arquitectura cuando los Estados Unidos entraron en la primera Guerra mundial; ingresó en el cuerpo de ambulancias (como Hemingway, E. E. Cummings y otros jóvenes idealistas norteamericanos). Su desprecio a las maquinarias gobernante que lanzaba millones de hombres a matarse entre sí, resulta patente en sus libros de guerra con los que dio expresión novelística a su desilusionada experiencia y sus dramáticas consecuencias sociales en One Man's lnitiation 1917 (1920) y Tres soldados (1921), que ofrecen testimonios de la llamada “generación perdida” que rechaza los valores dominantes, en particular el militarismo y el expansionismo. En la inmediata posguerra, perteneció en París al círculo que agrupaba, en torno de Gertrude Stein, a pintores como Picasso y Matisse (conviene recordar por aquella época también Dos Passos pintaba), así como con otros escritores americanos como Hemingway (Adiós a las armas), Sherwood Anderson, Ford Madox Ford (El buen soldado) y Ezra Pound.
“Dos” (que es como lo llamaba Robles) buscaba en un equilibrio interior, pero no lo conseguía. Por eso cabe preguntarse: ¿Qué eran sus viajes sin pausa sino una expresión de los "tiempos anémicos"? ¿Podía ejercer su profesión sin máquina de escribir, telégrafo, teléfono, rotativas y un público masivo que lo leyera?. El caso era que necesitaba viajar, conocer, y sobre todo escribir. Trabajó durante los años siguientes como periodista y corresponsal; en 1922 publicó un volumen de poemas, A Pushcart al the Curbs, su novela siguiente, Streetss of Night (1923), comenzada cuando era estudiante, empieza a explorar, aún torpemente, el páramo de las vidas ciudadanas de América, tema capital de su obra madura, que escribirá al regresó a Nueva York, Manhattan Transfer (1925), el primer experimento de una “novela colectivista”... Su intensa obra prosigue con la impresionante trilogía USA con los tomos El paralelo 42 (1930), 1919 (1932), y El gran dinero (1936), un conjunto que e la evolución filosófica, política y literaria de Dos Passos. En la trilogía, él deja que las historias de las vidas de una serie de americanos medios a los que describe con simplicidad, sobriamente y sin comentarios, vayan fluyendo unas junto a otras, sin argumento novelesco, sin nudo entre las historias, que se rozan y se cortan tan pasajera y casual mente como en la vida ordinaria. De una manera cinematográfica, de composición grandiosa y de gran fuerza expresiva, surge un panorama de la vida americana y un testimonio auténtico de un nuevo mundo, de su política, de su economía y de su cultura, de sus muchos vicios y de sus raras virtudes, un cuadro de la crisis ante el tempestuoso horizonte de la revolución.
Estas primeras novelas de Dos Passos se pueden insertar en un contexto (la llamada “Década Roja”) antecesor de otras que como Las uvas de la ira, de John Steinbeck, marcaron el punto culminante de la radicalización del mejor liberalismo norteamericano. Aunque después de las elecciones presidenciales de 1932, Franklin D. Roosevelt entró en la Casa Blanca con un equipo de jóvenes economistas progresivos que llevaron a cabo algunas de las transformaciones económicas preconizadas por la socialdemocracia y por otros muchos escritores reformadores que se mantuvieron a la izquierda del New Deal, esta izquierda que estaba por igual atraída por la revolución rusa como en contra de los fascismos, tendrá su gran batalla política con la guerra civil española, a favor de la República, a la que el gobierno de Rooselvelt, se niega en los hechos a apoyar (en los “hechos” los trust apoyaran a Franco).
Conviene llamar la atención sobre su obra mayor, Manhattan Transfer, que supone, al mismo tiempo que una aportación estética, una dimensión ideológica. Se trata de un auténtico hito que sobresale por el numeroso elenco de personajes, figuras imaginarias, y auténticos individuos históricos, va formando un cuadro complejo de la sociedad que revela las metas y capacidades de unos Estados Unidos ulteriores a la “Gran Guerra”, con su adoración por los falsos Dioses de los negocios y sus abismales injusticias políticas y sociales, sintetizadas en el asesinato legal de Sacco y Vanzetti, motivo por el que Dos Passos fue detenido en el curso de una manifestación de protesta) como centro del desencanto. En cuanto a la trilogía USA es una antiepopeya en cuanto celebra el disestablihment de un orden, pero es tan "polifónica" como una epopeya renacentista por su compleja estructura de narración imaginaria en la que se combinan las biografías de figuras socioculturales representativas, como Edison, Ford, Veblen Frank Lloyd Wright, Valentino y William Randolph Hearts, con la poesía en prosa de las secciones impresionistas de "Camera Eyce", los montajes periodísticos de las secciones de "noticiarios", todo en un cóctel en el que se vislumbra un claro enfoque marxista. Dos Passos se impuso el arduo empeño de documentar la historia del dominio sobre la colectividad en la América cambiante tomando como referencia a James Joyce, que había hecho en su Ulises de Dublín una ciudad-personaje, al Alfred Doblin de Berlín Alexanderplatz y el Andrei Biely de Petersburgo, obra por cierto traducida al castellano por Andreu Nin.
Es una literatura vanguardista y al mismo tiempo popular que asume como novedad radical el "collage" adoptado dc la pintura y los procedimientos narrativos del cinc: las estampas cortas, los insertos informativos o publicitarios, la sensorialidad plástica de las imágenes, los relatos paralelos pero simultáneos a diferentes niveles... En realidad el autor se recluye en el "Ojo de la Cámara ", el único emplazamiento desde el cual es capaz de captar las pulsiones de la verdad histórica y transmitirlas, y el único asimismo virtual mente dotado para expresar la intensidad emocional que destila el relato. George Lukács lo llamó "realismo crítico", y para Lionel Trilling significó la apuesta renovadora más ambiciosa de la épica totalizadora de este siglo. Creo que, en efecto, lo fue. Pero Dos Passos no tuvo debidamente en cuenta el enorme valor documental de su obra, muy por encima dc los artículos, los cuales cernían sobre ella la amenaza de cierta superficialidad. Y así ha ocurrido que al paso dc los años los efectos individuales se han ido desdibujando absorbidos por la uniformización plural dc la masa, sin rostro ni sentimientos, cuya crónica es la verdadera razón de ser dcl ciclo novelístico. Sartre dijo de él: “El mundo dc Dos Passos es imposible -como el de Faulkner, el de Kafka y el de Stendhal- porque es contradictorio. Pero por eso es bello: la belleza es una contradicción velada. Considero a Dos Passos como cl escritor mas grande de nuestro tiempo”.
2. Un liberal izquierdista.
En 1926 Dos Passos entró en la redacción de la dominante revista comunista New Masses, que, junto al club de John Reed era punto de cristalización de los intelectuales de izquierda. Dos Passos intervino apasionadamente en el caso Sacco y Vanzetti, en un tiempo en el que escribió una novela-boceto John Reed 1919.
Entre sus líneas se puede leer: "Reed era un hombre, amaba a los hombres, amaba a las mujeres, comía a gusto y escribía a gusto y amaba las noches neblinosas y bebía a gusto y amaba las noches neblinosas y nadaba a gusto y jugaba a gusto al fútbol y amaba los versos rimados y gritaba a gusto !hurra! y aguantaba a gusto discursos solemnes y fundaba a gusto clubes y amaba la voz de Copey cuando ella leía: El hombre que quería ser rey pero aquí apuntaba algo más que la asamblea poética de Oxford; Lincoln Steffens hablaba sobre el estado de los camaradas y la revolución, con una voz que es tan blanda como la voz de Copey, Diógenes Steffens, Marx es su linterna, atraviesa occidente y busca un hombre bueno, Sócrates Steffens pregunta incesante mente ¿por qué no la revolución? John Reed quería vivir en un tonel y escribir versos, pero conocía incesantemente a vagabundos, trabajadores, mocetones vigorosos que le gustaban, que no tenían suerte, no tenían trabajo, ¿por qué no la revolución?"
Y prosigue “Donde había huelga, sublevación, pogromos antisemitas, guerra, allá estaba el reportero Reed, escribiendo brillantes descripciones -"el mejor escritor americano de su época", dice Dos Passos, y tomaba partido por los afligidos y los cansados; por las cuadrillas rebeldes en las cuevas del Colorado y por los huelguistas en las fábricas de seda de Paterson, por los campesinos sin tierra, de Méjico, por los judíos en los ghettos de la Europa oriental, por los soldados de ambos bandos de la Primera Guerra Mundial.¿Lucharía usted en la guerra actual bajo la bandera americana? -le preguntó el fiscal ante el que tuvo que comparecer acusado de llevar a cabo una agitación pacifista. Reed contestó categóricamente “No”, y dio una descripción tan elocuente de la crueldad de los campos de batalla, que el jurado lo absolvió”.
En este tiempo firmó innumerables manifiestos comunistas, aunque sin llegar a ser realmente miembro del partido, de hecho, al igual que Orwell, al inicio de la guerra española se le puede considerar como un “simpatizante”, aunque con ciertas reticencias dado sus problemas por la tentativa hegemonista del PC USA en el curso de las movilizaciones por lo de Sacco Vanzetti, por las renuencias que le provoca su viaje a la URSS (aunque su testimonio carece de cualquier dimensión disidente, habló de esta visita sin entusiasmo pero con mucho respeto.), y por las influencias de amistades críticas con el partido oficial.
3. España en el corazón
Dos Passos comenzó a ser conocido entre los lectores al inicio de la II República gracias sobre todo a la traducción que José Robles (traductor igualmente de otra emblemática obra de crítica social, Babitt, de Sinclair Lewis, por cierto muy apreciada por Trotsky) realizó de Manhattan Transfer para la emblemática editorial madrileña Cenit, que también editó Rocinante sigue el camino, obra de viaje recuperada recientemente por Alfaguara, que no es otra que la efectuada por la editorial Cenit en 1930, una versión de la que fue autora Márgara Villegas, para más señas mujer de José Robles Pazos. Recordemos que en Cenit tuvo mucho que ver Juan Andrade, y en menor grado Andreu Nin y Julián Gorkin. Sobre esta visión de España ofrecida por Dos Passos apareció en 1980 un documentado y riguroso volumen de la profesora Catalina Montes, La visión de España de John Dos Passos (Ed. Almar, Salamanca, 1980), que explica que España significó para “Dos” otra forma de vida más humana frente a la competitiva sociedad norteamericana dominada por los trust, contra los que desarrolló un discurso antagónico en su fase de novelista innovador.
En Rocinante... el autor de Manhattan Transfer registra la visión de un país de virtudes antiguas como la hospitalidad o el apego a la tierra y las tradiciones, una España de hombres pobres que sin embargo prolongaban sus horas de alegría hasta la madrugada: el triunfo de la vida y del ser humano en un mundo de mugre y harapos. Se trata también de un testimonio de sus sentimientos hacia las formas de vida precapitalista, de su admiración por la sociabilidad popular, por una humanidad que el capitalismo acabará destruyendo. Su fascinación no era muy diferente a la que también sintieron otros “españoles” norteamericanos como Ernest Hemingway y Orson Welles.
Héctor Baggio, en su obra John Dos Passos: Rocinante pierde el camino (Altalema, Madrid, 1978) ofrece algo así como un “borrador” del libro de Martínez de Pisón, así como cumplidas notas cronológicas y bibliográficas y una pequeña hemeroteca sobre cuando la prensa oficialista reseñó en 1972 sobre su muerte, y en la que se oculta su compromiso republicano. No fue hasta la segunda mitad de los años setenta que aparece una recopilación de sus escritos con el título de La guerra civil española (La Salamandra Ed., tr. Irene Geiss, Buenos Aires, 1976), al final del cual ofrece datos sobre su entrevista con Andreu Nin, y una entrevista para el diario de la CNT, la Solidaridad Obrera, y cuando le preguntan sobre los anarcosindicalistas españoles, declara: No estoy bastante capacitado para opinar sobre este asunto. Sin embargo, como americano que soy, y con ideas libertarias, creo que un movimiento de libertad individual tiene grandes posibilidades. (...) Un trust ruso quizás sea menos demócrata que un trust norteamericano (...) La verdadera democracia de los Estados Unidos se parece al ideal anarcosindicalista en muchos casos” (p. 82). En Rocinante... ya se había referido a la “esencia” de lo español, escribiendo. "España es la patria clásica del anarquista".
Obviamente, este primer “Dos” fue un defensor tan entusiasta de la causa republicana como lo era su amigo y traductor José Robles. No dudó ni un momento en ponerse al servicio del escenarista holandés Joris Ivens, y fue “Dos” el que empujó a Hemingway para producir juntos un film prorrepublicano: The Spanish Earth, destinado a recabar la máxima ayuda de la izquierda norteamericana en una época en la que, según Orson Welles, toda la cultura norteamericana era de izquierdas. Lo de “Dos” fue consecuencia natural de un largo trayecto de compromiso político en el que la defensa de la República era una consecuencia natural.
Apenas puso los pies en España, “Dos” se precipitó a saludar a su amigo Robles, y pleno de estupor, no tardó en saber que éste, según todos los indicios, había sido ejecutado por los agentes rusos situados en el “entorno” del general Vladimir Gorev, con el que Robles trabajaba como intérprete y responsable junto con Miaja de la dirección de la defensa de Madrid (y como la mayoría de los responsables soviéticos en la guerra, ejecutado por los sicarios de Stalin al regresar a la URSS). Aquel “pequeño incidente” en un contexto tan extremo como una guerra contra el militar-fascismo que fusilaba a la gente del pueblo en plan industrial, apareció como una perturbación fuera de lugar. Pero “Dos” consiguió la implicación de la John Hopkins, y obligó a las autoridades a darle una respuesta. Esta fue la siguiente, “Había sido un error”, pero ni tan siquiera le podían clorar en qué había consistido, como y cuando se había perpetrado su muerte. Según ha contado Wilebaldo Solano, el POUM, a sugerencia de Jordi Arquer, trató de crear una “comisión de investigación”, pero los acontecimientos no dieron margen, entre otras cosas porque el “caso Robles” fue algo así como un prólogo del “caso Nin” y de la campaña contra el POUM.
A esta historia habría que añadirle otras: los escandalosos “procesos de Moscú”, el pacto germano-soviético, la invasión de Finlandia por tropas soviéticas... La crisis de Dos Passos va paralela a la de otros radicales, en concreto a los que se congregan en la revista Partisan Review, amigos del POUM, miembros del Trotsky Defense Committee, que comenzarán en esta coyuntura una evolución cada vez más hacia la derecha. Su trayectoria no muy diferente a la del prominente filósofo John Dewey, y es la misma que afectara a escritores e intelectuales que más seriamente se habían comprometido: Upton Sinclair, Max Eastman, James Burham, Lionel Trilling, Daniel Bell, John Steinbeck, etc. Una larga lista de “desencantados” que operó en el sentido del mito del “hijo pródigo”, en el caso de Dos Passos se trata de una realidad concreta, el padre que había sido compañero de aventuras radicales con Mark Twain y otros, acabó abominando el sufragio femenino y clamando contra la reclamación de las ocho horas. El hijo abandona el internacionalismo por el nacionalismo, no se reconoce con la clase trabajadora “domesticada” por el New Deal para reconciliarse con los trust, y en literatura abandona lo experimental para entrar de lleno en el clasicismo. Todo lo que escribirá después de España suena a arrepentimiento.
Un testimonio de esta regresión lo podemos encontrar en el último tomo de la trilogía USA, aparecido en 1936, El gran dinero, en la que no es difícil encontrar una nota pesimista. Con la trilogía Spotswood compuesta por La aventura de un joven (1939), Número uno (1943) y La alta meta (1949), escribió Dos Passos en cierto modo una obra política opuesta a trilogía USA. Describe la evolución de Glenn Spotswood, que se ocupa de organización sindical porque se da cuenta de la hipocresía la deshonestidad de las clases dirigentes norteamericanas, pero viendo cómo se mata a unos inocentes en aras de una causa abstracta instrumentalizada por los fariseos del Partido Comunista, Glenn se desilusiona poco a poco, pero se presenta de todos modos como voluntario en las brigadas internacionales en un último esfuerzo desesperado en lo que mira de contribuir al advenimiento de una sociedad mejor. Será injustamente acusado de ser un simpatizante trotskista y puesto en prisión, hasta que efectúa una misión suicida para el partido que lo ha traicionado. Antes de morir, redacta su testamento en la pared de la celda: “Yo, Glenn Spots\vood, sano de espíritu, pero preso del cuerpo, lego a los trabajadores del mundo entero mi esperanza de un mundo mejor”. Pero cuando percibe el significado de que ha vivido, lo borra. No hay pues duda, el beneficio es mejor que unas falsas ideologías representadas en su dimensión más siniestra, y en consecuencia abandona la esperanza, una opción que por lo demás tendrá sus recompensas, el sistema ya sabe agradecer e integrar a sus herejes.
En 1945, “Dos” visitó las ciudades destruidas de Austria y Alemania y sacó la impresión de que América había perdido la guerra en un doble aspecto: por la entrega del este de Europa a los soviéticos y por las represalias económicas contra los pueblos derrotados. De vuelta a casa, reaccionó contra la política social del New Deal. En esta época escribió "El socialismo no es ninguna respuesta a la supergrande concentración de fuerzas que es la maldición del capitalismo. Hay que encontrar algo mejor", y encontró su vía en una aproximación al ala conservadora de los republicanos ("la fuerza ilimitada de la capa dominante de la Unión Soviética obliga a reconsiderar si la motivación de los beneficios es en realidad tan mala como se ha representado siempre"), momento en el que archiva completamente cualquier ilusión en un orden social colectivo que de primacía a las personas sobre los beneficios.
4. Razones opuestas
Visto desde esta perspectiva, la razón inicial de Dos Passos se extravía frente a la de Hemingway, y sobre todo frente a la del hijo de la víctima, que seguirá luchando por su idea de la República sin abandonar el Partido Comunista, como explica muy bien Ignacio Martínez de Pisón.
Está claro que en el “caso Robles”, “Dos” tenía razón primordial frente a Hemingway, ya que su amigo no era “solo un hombre”, era un hombre, además un republicano, un voluntario que podía haber seguido la guerra desde el otro lado del Atlántico, un representante de la “República de los Libros”, todo un símbolo. Si se podía asesinar impunemente a Robles, y condenarlo a continuación por su condición de “sospechoso” (“Le habrán matado por algo”), se estaba poniendo en juego la naturaleza moral de la causa republicana. Su “caso” dejaba de ser el de “un hombre solo” para convertirse en el oscuro y trágico síntoma de la infección estaliniana, un mal sobre lo que muy poca gente tenía una conciencia clara, entre otras cosas porque, básicamente, era la misma gente que hasta entonces había defendido la revolución de Octubre, así no es casualidad que el propio Robles caracterice a Dos Passos de “simpatizante del bolchevismo” en su prólogo de Manhattan Transfer.
Algo distinto es que esta razón permita desmerecer el modelo Hemingway frente al modelo Dos Passos. Éste tuvo razón en este punto, pero también es cierto que no hizo lo mismo que Francisco Robles Villegas “Coco”; “Dos” dejó de ser un “participante” para ser un “espectador”, mientras que Hemingway siguió combatiendo. Hubo una coherencia en Hemingway que Dos Passos perdió en el momento en que comenzó a cambiar de barricada. En su caída confundió la parte oscura (el estalinismo) con toda la causa socialista, y a partir de aquí terminó otorgando “carta blanca” a su clase dominante, incluso durante la guerra del Vietnam, un “pecado venial” en relación estalinismo para los legitimadores del sistema, pero cuya escalada de barbarie deja en pañales la perfidia del Zar Rojo. Por su parte, Hemingway mostró más tarde su aversión al estalinismo, y mantuvo dentro de su propia lógica una cierta coherencia, por ejemplo apoyando la revolución contra Batista y la mafia, y creándole problemas a su gobierno. Un detalle: Dos Passos se acabó reconciliando con su antiguo amigo después de leer El viejo y el mar; él ya estaba acabado como le gritó en su día un airado (y decepcionado) Jack Kerouac.
Martínez de Pisón dice que en su obra los hechos se explican por sí mismo, lo cual a mi parecer no es cierto. Aparentemente se limita a ir tirando de los hilos, y la verdad es que mantiene un pulso muy vivo de tal manera que el libro se lee como una novela. Su investigación es cuidadosa y ponderada, pero no por ello deja de ofrecer un punto de vista aunque sea por omisión. Su punto de mira es la legalidad republicana, pero no “entra” en el debate político que opone la derecha republicana contra su izquierda revolucionaria, debate que no se puede llevar sin analizar que el contragolpe vino desde abajo, exactamente donde el pueblo trabajador no confió en las autoridades republicanas, donde los hizo (Oviedo, Zaragoza, etc), los golpistas se impusieron. Tampoco liga el hecho de que, por paradójico que parezca, la línea general de Stalin pasaba por la defensa de la “democracia burguesa” (carta a Largo Caballero), y que por lo tanto, la derecha republicana veía a Stalin con buenos ojos, como la vio la Norteamérica cuando el enemigo principal eran los nazis. Al no entrar en este terreno, la actuación represiva del estalinismo aparece como una mera prolongación del totalitarismo...Nin por ejemplo aparece caracterizado a través de la pluma de Josep Pla, y no como el representante de una revolución alternativa.
Aunque al seguir la pista de “Coco”, Martínez de Pisón no duda en reconocer que hubo muchos comunistas de buena fe que creyeron en que Moscú representaba no solo la línea más correcta sino la única posible, opera una extraña maniobra a otorgarle al historiador neoliberal François Furet la definición del “comunismo”. Así en la página 211, cuando habla de la “conversión” de Juan Andrade, Julián Gorkin y tantos otros, ofrece la siguiente cita: “Después del entusiasmo del creyente viene, un buen día, la mirada crítica, y los mismos acontecimientos que iluminaban una existencia han perdido lo que les daba su luz”. Aparte que había que ver lo del entusiasmo del creyente en su propio caso (Furet fue un comunista estalinista, ahora es un neoliberal no menos iluminado), el caso es que Gorkin, pero sobre todo Andrade, nunca dejaron de mantener una posición crítica, su historial con el PCE y el Komintern está plegado de debates y conflictos. En la página 214, al hablar del testimonio crítico de Panait Istrati, cita nuevamente a Furet que lo define como un antídoto “contra los relatos de viajes soviéticos con agua de rosa”, definición que puede servir para definir dichos viajes organizados en la época estaliniana, escondiendo que los relatos de la época revolucionaria resultan duros y veraces, ahí está por ejemplo el testimonio de Alfred Rosmer, Moscú en tiempos de Lenin, y tantos otros, sin ir más lejos, los testimonio de Joaquín Maurín, que no tienen un ápice de idealismo.
En unas declaraciones (al ABC cuya objetividad al tratar la cuestión comunista nadie le puede negar), Martínez de Pisón ofrece como conclusión que hay que ajustar las cuentas con el comunismo como se ha hecho con el fascismo, y cuando dice comunismo dice estalinismo, sin entrar en mayores matizaciones. A nadie se le ocurre medir el cristianismo por la Inquisición o Franco, pero se ve que con el “comunismo” todo es diferente. Lo que no deja de ser una manera de venir a decir que el viejo Dos Passos, el amigo de Barry Goldwater, tenía razón.
http://www.fundanin.org/gutierrez21.htm
John Dos Passos y el “caso Robles”
Pepe Gutiérrez
1. Uno de los “grandes” de la literatura del siglo XX
El considerable y merecido éxito editorial de la obra de Ignacio Martínez de Pisón, Enterrar a los muertos, que evoca la relación entre John Dos Passos y su amigo y traductor al castellano José Robles, hará sin duda que muchos lectores se vuelvan a interesar sobre John Dos Passos (Chicago, 1896-Spence´s Point, Westmoreland, 1970) que tuvo en España su segundo país. La obra investiga todos los hilos abiertos por un asesinato político por sicarios de Stalin, un crimen que dejará de ser una tragedia individual para llegar a ser una auténtica pesadilla con la represión del POUM. Las peripecias de Dos Passos por esclarecer la muerte de su amigo marcaran un antes y un después tanto en las convicciones personales como en sus concepciones literarias de “Dos”, del que se ha dicho que, sin recibir un solo rasguño, fue la mayor víctima literaria de la guerra española.
Sin duda uno de los detalles por el que más se conoce a John Dos Passos es la ascendencia portuguesa ligada a su hermoso apellido que se atribuye a su padre del que se decía portugués, aunque en realidad los emigrantes fueron sus abuelos. Hijo ilegitimo, niño solitario y débil que más tarde llegaría confesar que “jamás ha habido criatura más dependiente del estímulo de la literatura para poder vivir”. Educado en Choate School y Harvard, se licenció en 1916. Dos Passos sintió muy tempranamente la pesadilla del sistema social capitalista en los Estados Unidos, una joven nación cada vez más dominada por los trust. Inconformista precoz –como lo había sido su padre antes de ascender socialmente-; su sensibilidad cultural, despertada por impresiones artísticas y por grandes viajes con la familia, chocaba contra la voracidad de los señores de la industria que domesticaban autoridades y centros de opinión. Ya durante sus estudios en la universidad de Harvard (1912-1916), escribió en una revista lo siguiente: "Millones de personas se hunden cada vez más bajo e incluso en las mejores condiciones y con trabajos florecientes, porque están cogidas en el engranaje de la industria mecanizada y, excepto los anémicos placeres de la vida asfixiante de las grandes ciudades, no tienen ninguna posibilidad de dar expresión a sus ideas ya sus pensamientos."
Desde muy joven, John se convierte en un viajero al que José Robles describe así: “Desde entonces (su primer viaje a España) no ha parado seis meses en el mismo sitio. Tan pronto está en México como en Teherán o en Constantinopla. De cuando en cuando reaparece en Nueva York, que puede llamarse, aunque algo impropiamente, su residencia fija. Barzonea algún tiempo por Greenwich Village, y un día cualquiera, sin que nadie se entere, toma de nuevo el portante” “Dos” se encontraba en España estudiando arquitectura cuando los Estados Unidos entraron en la primera Guerra mundial; ingresó en el cuerpo de ambulancias (como Hemingway, E. E. Cummings y otros jóvenes idealistas norteamericanos). Su desprecio a las maquinarias gobernante que lanzaba millones de hombres a matarse entre sí, resulta patente en sus libros de guerra con los que dio expresión novelística a su desilusionada experiencia y sus dramáticas consecuencias sociales en One Man's lnitiation 1917 (1920) y Tres soldados (1921), que ofrecen testimonios de la llamada “generación perdida” que rechaza los valores dominantes, en particular el militarismo y el expansionismo. En la inmediata posguerra, perteneció en París al círculo que agrupaba, en torno de Gertrude Stein, a pintores como Picasso y Matisse (conviene recordar por aquella época también Dos Passos pintaba), así como con otros escritores americanos como Hemingway (Adiós a las armas), Sherwood Anderson, Ford Madox Ford (El buen soldado) y Ezra Pound.
“Dos” (que es como lo llamaba Robles) buscaba en un equilibrio interior, pero no lo conseguía. Por eso cabe preguntarse: ¿Qué eran sus viajes sin pausa sino una expresión de los "tiempos anémicos"? ¿Podía ejercer su profesión sin máquina de escribir, telégrafo, teléfono, rotativas y un público masivo que lo leyera?. El caso era que necesitaba viajar, conocer, y sobre todo escribir. Trabajó durante los años siguientes como periodista y corresponsal; en 1922 publicó un volumen de poemas, A Pushcart al the Curbs, su novela siguiente, Streetss of Night (1923), comenzada cuando era estudiante, empieza a explorar, aún torpemente, el páramo de las vidas ciudadanas de América, tema capital de su obra madura, que escribirá al regresó a Nueva York, Manhattan Transfer (1925), el primer experimento de una “novela colectivista”... Su intensa obra prosigue con la impresionante trilogía USA con los tomos El paralelo 42 (1930), 1919 (1932), y El gran dinero (1936), un conjunto que e la evolución filosófica, política y literaria de Dos Passos. En la trilogía, él deja que las historias de las vidas de una serie de americanos medios a los que describe con simplicidad, sobriamente y sin comentarios, vayan fluyendo unas junto a otras, sin argumento novelesco, sin nudo entre las historias, que se rozan y se cortan tan pasajera y casual mente como en la vida ordinaria. De una manera cinematográfica, de composición grandiosa y de gran fuerza expresiva, surge un panorama de la vida americana y un testimonio auténtico de un nuevo mundo, de su política, de su economía y de su cultura, de sus muchos vicios y de sus raras virtudes, un cuadro de la crisis ante el tempestuoso horizonte de la revolución.
Estas primeras novelas de Dos Passos se pueden insertar en un contexto (la llamada “Década Roja”) antecesor de otras que como Las uvas de la ira, de John Steinbeck, marcaron el punto culminante de la radicalización del mejor liberalismo norteamericano. Aunque después de las elecciones presidenciales de 1932, Franklin D. Roosevelt entró en la Casa Blanca con un equipo de jóvenes economistas progresivos que llevaron a cabo algunas de las transformaciones económicas preconizadas por la socialdemocracia y por otros muchos escritores reformadores que se mantuvieron a la izquierda del New Deal, esta izquierda que estaba por igual atraída por la revolución rusa como en contra de los fascismos, tendrá su gran batalla política con la guerra civil española, a favor de la República, a la que el gobierno de Rooselvelt, se niega en los hechos a apoyar (en los “hechos” los trust apoyaran a Franco).
Conviene llamar la atención sobre su obra mayor, Manhattan Transfer, que supone, al mismo tiempo que una aportación estética, una dimensión ideológica. Se trata de un auténtico hito que sobresale por el numeroso elenco de personajes, figuras imaginarias, y auténticos individuos históricos, va formando un cuadro complejo de la sociedad que revela las metas y capacidades de unos Estados Unidos ulteriores a la “Gran Guerra”, con su adoración por los falsos Dioses de los negocios y sus abismales injusticias políticas y sociales, sintetizadas en el asesinato legal de Sacco y Vanzetti, motivo por el que Dos Passos fue detenido en el curso de una manifestación de protesta) como centro del desencanto. En cuanto a la trilogía USA es una antiepopeya en cuanto celebra el disestablihment de un orden, pero es tan "polifónica" como una epopeya renacentista por su compleja estructura de narración imaginaria en la que se combinan las biografías de figuras socioculturales representativas, como Edison, Ford, Veblen Frank Lloyd Wright, Valentino y William Randolph Hearts, con la poesía en prosa de las secciones impresionistas de "Camera Eyce", los montajes periodísticos de las secciones de "noticiarios", todo en un cóctel en el que se vislumbra un claro enfoque marxista. Dos Passos se impuso el arduo empeño de documentar la historia del dominio sobre la colectividad en la América cambiante tomando como referencia a James Joyce, que había hecho en su Ulises de Dublín una ciudad-personaje, al Alfred Doblin de Berlín Alexanderplatz y el Andrei Biely de Petersburgo, obra por cierto traducida al castellano por Andreu Nin.
Es una literatura vanguardista y al mismo tiempo popular que asume como novedad radical el "collage" adoptado dc la pintura y los procedimientos narrativos del cinc: las estampas cortas, los insertos informativos o publicitarios, la sensorialidad plástica de las imágenes, los relatos paralelos pero simultáneos a diferentes niveles... En realidad el autor se recluye en el "Ojo de la Cámara ", el único emplazamiento desde el cual es capaz de captar las pulsiones de la verdad histórica y transmitirlas, y el único asimismo virtual mente dotado para expresar la intensidad emocional que destila el relato. George Lukács lo llamó "realismo crítico", y para Lionel Trilling significó la apuesta renovadora más ambiciosa de la épica totalizadora de este siglo. Creo que, en efecto, lo fue. Pero Dos Passos no tuvo debidamente en cuenta el enorme valor documental de su obra, muy por encima dc los artículos, los cuales cernían sobre ella la amenaza de cierta superficialidad. Y así ha ocurrido que al paso dc los años los efectos individuales se han ido desdibujando absorbidos por la uniformización plural dc la masa, sin rostro ni sentimientos, cuya crónica es la verdadera razón de ser dcl ciclo novelístico. Sartre dijo de él: “El mundo dc Dos Passos es imposible -como el de Faulkner, el de Kafka y el de Stendhal- porque es contradictorio. Pero por eso es bello: la belleza es una contradicción velada. Considero a Dos Passos como cl escritor mas grande de nuestro tiempo”.
2. Un liberal izquierdista.
En 1926 Dos Passos entró en la redacción de la dominante revista comunista New Masses, que, junto al club de John Reed era punto de cristalización de los intelectuales de izquierda. Dos Passos intervino apasionadamente en el caso Sacco y Vanzetti, en un tiempo en el que escribió una novela-boceto John Reed 1919.
Entre sus líneas se puede leer: "Reed era un hombre, amaba a los hombres, amaba a las mujeres, comía a gusto y escribía a gusto y amaba las noches neblinosas y bebía a gusto y amaba las noches neblinosas y nadaba a gusto y jugaba a gusto al fútbol y amaba los versos rimados y gritaba a gusto !hurra! y aguantaba a gusto discursos solemnes y fundaba a gusto clubes y amaba la voz de Copey cuando ella leía: El hombre que quería ser rey pero aquí apuntaba algo más que la asamblea poética de Oxford; Lincoln Steffens hablaba sobre el estado de los camaradas y la revolución, con una voz que es tan blanda como la voz de Copey, Diógenes Steffens, Marx es su linterna, atraviesa occidente y busca un hombre bueno, Sócrates Steffens pregunta incesante mente ¿por qué no la revolución? John Reed quería vivir en un tonel y escribir versos, pero conocía incesantemente a vagabundos, trabajadores, mocetones vigorosos que le gustaban, que no tenían suerte, no tenían trabajo, ¿por qué no la revolución?"
Y prosigue “Donde había huelga, sublevación, pogromos antisemitas, guerra, allá estaba el reportero Reed, escribiendo brillantes descripciones -"el mejor escritor americano de su época", dice Dos Passos, y tomaba partido por los afligidos y los cansados; por las cuadrillas rebeldes en las cuevas del Colorado y por los huelguistas en las fábricas de seda de Paterson, por los campesinos sin tierra, de Méjico, por los judíos en los ghettos de la Europa oriental, por los soldados de ambos bandos de la Primera Guerra Mundial.¿Lucharía usted en la guerra actual bajo la bandera americana? -le preguntó el fiscal ante el que tuvo que comparecer acusado de llevar a cabo una agitación pacifista. Reed contestó categóricamente “No”, y dio una descripción tan elocuente de la crueldad de los campos de batalla, que el jurado lo absolvió”.
En este tiempo firmó innumerables manifiestos comunistas, aunque sin llegar a ser realmente miembro del partido, de hecho, al igual que Orwell, al inicio de la guerra española se le puede considerar como un “simpatizante”, aunque con ciertas reticencias dado sus problemas por la tentativa hegemonista del PC USA en el curso de las movilizaciones por lo de Sacco Vanzetti, por las renuencias que le provoca su viaje a la URSS (aunque su testimonio carece de cualquier dimensión disidente, habló de esta visita sin entusiasmo pero con mucho respeto.), y por las influencias de amistades críticas con el partido oficial.
3. España en el corazón
Dos Passos comenzó a ser conocido entre los lectores al inicio de la II República gracias sobre todo a la traducción que José Robles (traductor igualmente de otra emblemática obra de crítica social, Babitt, de Sinclair Lewis, por cierto muy apreciada por Trotsky) realizó de Manhattan Transfer para la emblemática editorial madrileña Cenit, que también editó Rocinante sigue el camino, obra de viaje recuperada recientemente por Alfaguara, que no es otra que la efectuada por la editorial Cenit en 1930, una versión de la que fue autora Márgara Villegas, para más señas mujer de José Robles Pazos. Recordemos que en Cenit tuvo mucho que ver Juan Andrade, y en menor grado Andreu Nin y Julián Gorkin. Sobre esta visión de España ofrecida por Dos Passos apareció en 1980 un documentado y riguroso volumen de la profesora Catalina Montes, La visión de España de John Dos Passos (Ed. Almar, Salamanca, 1980), que explica que España significó para “Dos” otra forma de vida más humana frente a la competitiva sociedad norteamericana dominada por los trust, contra los que desarrolló un discurso antagónico en su fase de novelista innovador.
En Rocinante... el autor de Manhattan Transfer registra la visión de un país de virtudes antiguas como la hospitalidad o el apego a la tierra y las tradiciones, una España de hombres pobres que sin embargo prolongaban sus horas de alegría hasta la madrugada: el triunfo de la vida y del ser humano en un mundo de mugre y harapos. Se trata también de un testimonio de sus sentimientos hacia las formas de vida precapitalista, de su admiración por la sociabilidad popular, por una humanidad que el capitalismo acabará destruyendo. Su fascinación no era muy diferente a la que también sintieron otros “españoles” norteamericanos como Ernest Hemingway y Orson Welles.
Héctor Baggio, en su obra John Dos Passos: Rocinante pierde el camino (Altalema, Madrid, 1978) ofrece algo así como un “borrador” del libro de Martínez de Pisón, así como cumplidas notas cronológicas y bibliográficas y una pequeña hemeroteca sobre cuando la prensa oficialista reseñó en 1972 sobre su muerte, y en la que se oculta su compromiso republicano. No fue hasta la segunda mitad de los años setenta que aparece una recopilación de sus escritos con el título de La guerra civil española (La Salamandra Ed., tr. Irene Geiss, Buenos Aires, 1976), al final del cual ofrece datos sobre su entrevista con Andreu Nin, y una entrevista para el diario de la CNT, la Solidaridad Obrera, y cuando le preguntan sobre los anarcosindicalistas españoles, declara: No estoy bastante capacitado para opinar sobre este asunto. Sin embargo, como americano que soy, y con ideas libertarias, creo que un movimiento de libertad individual tiene grandes posibilidades. (...) Un trust ruso quizás sea menos demócrata que un trust norteamericano (...) La verdadera democracia de los Estados Unidos se parece al ideal anarcosindicalista en muchos casos” (p. 82). En Rocinante... ya se había referido a la “esencia” de lo español, escribiendo. "España es la patria clásica del anarquista".
Obviamente, este primer “Dos” fue un defensor tan entusiasta de la causa republicana como lo era su amigo y traductor José Robles. No dudó ni un momento en ponerse al servicio del escenarista holandés Joris Ivens, y fue “Dos” el que empujó a Hemingway para producir juntos un film prorrepublicano: The Spanish Earth, destinado a recabar la máxima ayuda de la izquierda norteamericana en una época en la que, según Orson Welles, toda la cultura norteamericana era de izquierdas. Lo de “Dos” fue consecuencia natural de un largo trayecto de compromiso político en el que la defensa de la República era una consecuencia natural.
Apenas puso los pies en España, “Dos” se precipitó a saludar a su amigo Robles, y pleno de estupor, no tardó en saber que éste, según todos los indicios, había sido ejecutado por los agentes rusos situados en el “entorno” del general Vladimir Gorev, con el que Robles trabajaba como intérprete y responsable junto con Miaja de la dirección de la defensa de Madrid (y como la mayoría de los responsables soviéticos en la guerra, ejecutado por los sicarios de Stalin al regresar a la URSS). Aquel “pequeño incidente” en un contexto tan extremo como una guerra contra el militar-fascismo que fusilaba a la gente del pueblo en plan industrial, apareció como una perturbación fuera de lugar. Pero “Dos” consiguió la implicación de la John Hopkins, y obligó a las autoridades a darle una respuesta. Esta fue la siguiente, “Había sido un error”, pero ni tan siquiera le podían clorar en qué había consistido, como y cuando se había perpetrado su muerte. Según ha contado Wilebaldo Solano, el POUM, a sugerencia de Jordi Arquer, trató de crear una “comisión de investigación”, pero los acontecimientos no dieron margen, entre otras cosas porque el “caso Robles” fue algo así como un prólogo del “caso Nin” y de la campaña contra el POUM.
A esta historia habría que añadirle otras: los escandalosos “procesos de Moscú”, el pacto germano-soviético, la invasión de Finlandia por tropas soviéticas... La crisis de Dos Passos va paralela a la de otros radicales, en concreto a los que se congregan en la revista Partisan Review, amigos del POUM, miembros del Trotsky Defense Committee, que comenzarán en esta coyuntura una evolución cada vez más hacia la derecha. Su trayectoria no muy diferente a la del prominente filósofo John Dewey, y es la misma que afectara a escritores e intelectuales que más seriamente se habían comprometido: Upton Sinclair, Max Eastman, James Burham, Lionel Trilling, Daniel Bell, John Steinbeck, etc. Una larga lista de “desencantados” que operó en el sentido del mito del “hijo pródigo”, en el caso de Dos Passos se trata de una realidad concreta, el padre que había sido compañero de aventuras radicales con Mark Twain y otros, acabó abominando el sufragio femenino y clamando contra la reclamación de las ocho horas. El hijo abandona el internacionalismo por el nacionalismo, no se reconoce con la clase trabajadora “domesticada” por el New Deal para reconciliarse con los trust, y en literatura abandona lo experimental para entrar de lleno en el clasicismo. Todo lo que escribirá después de España suena a arrepentimiento.
Un testimonio de esta regresión lo podemos encontrar en el último tomo de la trilogía USA, aparecido en 1936, El gran dinero, en la que no es difícil encontrar una nota pesimista. Con la trilogía Spotswood compuesta por La aventura de un joven (1939), Número uno (1943) y La alta meta (1949), escribió Dos Passos en cierto modo una obra política opuesta a trilogía USA. Describe la evolución de Glenn Spotswood, que se ocupa de organización sindical porque se da cuenta de la hipocresía la deshonestidad de las clases dirigentes norteamericanas, pero viendo cómo se mata a unos inocentes en aras de una causa abstracta instrumentalizada por los fariseos del Partido Comunista, Glenn se desilusiona poco a poco, pero se presenta de todos modos como voluntario en las brigadas internacionales en un último esfuerzo desesperado en lo que mira de contribuir al advenimiento de una sociedad mejor. Será injustamente acusado de ser un simpatizante trotskista y puesto en prisión, hasta que efectúa una misión suicida para el partido que lo ha traicionado. Antes de morir, redacta su testamento en la pared de la celda: “Yo, Glenn Spots\vood, sano de espíritu, pero preso del cuerpo, lego a los trabajadores del mundo entero mi esperanza de un mundo mejor”. Pero cuando percibe el significado de que ha vivido, lo borra. No hay pues duda, el beneficio es mejor que unas falsas ideologías representadas en su dimensión más siniestra, y en consecuencia abandona la esperanza, una opción que por lo demás tendrá sus recompensas, el sistema ya sabe agradecer e integrar a sus herejes.
En 1945, “Dos” visitó las ciudades destruidas de Austria y Alemania y sacó la impresión de que América había perdido la guerra en un doble aspecto: por la entrega del este de Europa a los soviéticos y por las represalias económicas contra los pueblos derrotados. De vuelta a casa, reaccionó contra la política social del New Deal. En esta época escribió "El socialismo no es ninguna respuesta a la supergrande concentración de fuerzas que es la maldición del capitalismo. Hay que encontrar algo mejor", y encontró su vía en una aproximación al ala conservadora de los republicanos ("la fuerza ilimitada de la capa dominante de la Unión Soviética obliga a reconsiderar si la motivación de los beneficios es en realidad tan mala como se ha representado siempre"), momento en el que archiva completamente cualquier ilusión en un orden social colectivo que de primacía a las personas sobre los beneficios.
4. Razones opuestas
Visto desde esta perspectiva, la razón inicial de Dos Passos se extravía frente a la de Hemingway, y sobre todo frente a la del hijo de la víctima, que seguirá luchando por su idea de la República sin abandonar el Partido Comunista, como explica muy bien Ignacio Martínez de Pisón.
Está claro que en el “caso Robles”, “Dos” tenía razón primordial frente a Hemingway, ya que su amigo no era “solo un hombre”, era un hombre, además un republicano, un voluntario que podía haber seguido la guerra desde el otro lado del Atlántico, un representante de la “República de los Libros”, todo un símbolo. Si se podía asesinar impunemente a Robles, y condenarlo a continuación por su condición de “sospechoso” (“Le habrán matado por algo”), se estaba poniendo en juego la naturaleza moral de la causa republicana. Su “caso” dejaba de ser el de “un hombre solo” para convertirse en el oscuro y trágico síntoma de la infección estaliniana, un mal sobre lo que muy poca gente tenía una conciencia clara, entre otras cosas porque, básicamente, era la misma gente que hasta entonces había defendido la revolución de Octubre, así no es casualidad que el propio Robles caracterice a Dos Passos de “simpatizante del bolchevismo” en su prólogo de Manhattan Transfer.
Algo distinto es que esta razón permita desmerecer el modelo Hemingway frente al modelo Dos Passos. Éste tuvo razón en este punto, pero también es cierto que no hizo lo mismo que Francisco Robles Villegas “Coco”; “Dos” dejó de ser un “participante” para ser un “espectador”, mientras que Hemingway siguió combatiendo. Hubo una coherencia en Hemingway que Dos Passos perdió en el momento en que comenzó a cambiar de barricada. En su caída confundió la parte oscura (el estalinismo) con toda la causa socialista, y a partir de aquí terminó otorgando “carta blanca” a su clase dominante, incluso durante la guerra del Vietnam, un “pecado venial” en relación estalinismo para los legitimadores del sistema, pero cuya escalada de barbarie deja en pañales la perfidia del Zar Rojo. Por su parte, Hemingway mostró más tarde su aversión al estalinismo, y mantuvo dentro de su propia lógica una cierta coherencia, por ejemplo apoyando la revolución contra Batista y la mafia, y creándole problemas a su gobierno. Un detalle: Dos Passos se acabó reconciliando con su antiguo amigo después de leer El viejo y el mar; él ya estaba acabado como le gritó en su día un airado (y decepcionado) Jack Kerouac.
Martínez de Pisón dice que en su obra los hechos se explican por sí mismo, lo cual a mi parecer no es cierto. Aparentemente se limita a ir tirando de los hilos, y la verdad es que mantiene un pulso muy vivo de tal manera que el libro se lee como una novela. Su investigación es cuidadosa y ponderada, pero no por ello deja de ofrecer un punto de vista aunque sea por omisión. Su punto de mira es la legalidad republicana, pero no “entra” en el debate político que opone la derecha republicana contra su izquierda revolucionaria, debate que no se puede llevar sin analizar que el contragolpe vino desde abajo, exactamente donde el pueblo trabajador no confió en las autoridades republicanas, donde los hizo (Oviedo, Zaragoza, etc), los golpistas se impusieron. Tampoco liga el hecho de que, por paradójico que parezca, la línea general de Stalin pasaba por la defensa de la “democracia burguesa” (carta a Largo Caballero), y que por lo tanto, la derecha republicana veía a Stalin con buenos ojos, como la vio la Norteamérica cuando el enemigo principal eran los nazis. Al no entrar en este terreno, la actuación represiva del estalinismo aparece como una mera prolongación del totalitarismo...Nin por ejemplo aparece caracterizado a través de la pluma de Josep Pla, y no como el representante de una revolución alternativa.
Aunque al seguir la pista de “Coco”, Martínez de Pisón no duda en reconocer que hubo muchos comunistas de buena fe que creyeron en que Moscú representaba no solo la línea más correcta sino la única posible, opera una extraña maniobra a otorgarle al historiador neoliberal François Furet la definición del “comunismo”. Así en la página 211, cuando habla de la “conversión” de Juan Andrade, Julián Gorkin y tantos otros, ofrece la siguiente cita: “Después del entusiasmo del creyente viene, un buen día, la mirada crítica, y los mismos acontecimientos que iluminaban una existencia han perdido lo que les daba su luz”. Aparte que había que ver lo del entusiasmo del creyente en su propio caso (Furet fue un comunista estalinista, ahora es un neoliberal no menos iluminado), el caso es que Gorkin, pero sobre todo Andrade, nunca dejaron de mantener una posición crítica, su historial con el PCE y el Komintern está plegado de debates y conflictos. En la página 214, al hablar del testimonio crítico de Panait Istrati, cita nuevamente a Furet que lo define como un antídoto “contra los relatos de viajes soviéticos con agua de rosa”, definición que puede servir para definir dichos viajes organizados en la época estaliniana, escondiendo que los relatos de la época revolucionaria resultan duros y veraces, ahí está por ejemplo el testimonio de Alfred Rosmer, Moscú en tiempos de Lenin, y tantos otros, sin ir más lejos, los testimonio de Joaquín Maurín, que no tienen un ápice de idealismo.
En unas declaraciones (al ABC cuya objetividad al tratar la cuestión comunista nadie le puede negar), Martínez de Pisón ofrece como conclusión que hay que ajustar las cuentas con el comunismo como se ha hecho con el fascismo, y cuando dice comunismo dice estalinismo, sin entrar en mayores matizaciones. A nadie se le ocurre medir el cristianismo por la Inquisición o Franco, pero se ve que con el “comunismo” todo es diferente. Lo que no deja de ser una manera de venir a decir que el viejo Dos Passos, el amigo de Barry Goldwater, tenía razón.
http://www.fundanin.org/gutierrez21.htm
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