viernes, noviembre 02, 2007

Manuel Rodriguez Rivero, "Halloween" todos los dias

viernes 2 de noviembre de 2007
«Halloween» todos los días

Por M. RODRÍGUEZ RIVERO
LEO en la prensa que obispos españoles, dirigentes de la Concapa y profesores de Religión observan con preocupación el «arraigo» de la fiesta del Halloween entre nuestros niños. Con todos mis respetos, demasiado tarde, monseñores y compañía. Echen un vistazo a su alrededor: la famosa fiesta, que ya ha echado raíces en el imaginario y el calendario de nuestros menores, asistan o no a colegios católicos, no es un hecho aislado, sino un dato más de la globalización de la cultura dominante, que no deja resquicios sin impregnar.
La mundialización de la cultura popular norteamericana tiene estas cosas. Nuestros niños y niñas se divierten celebrando sus cumpleaños en MacDonald´s o Burger King, consumen cereales Kellog´s y Kentucky Fried Chicken, y se quitan la sed (como ya hacían sus padres y abuelos) con Coca o Pepsi; reciben su dosis diaria de ficción a través de series televisivas, como High School Musical, producidas y distribuidas por los grandes «creadores de contenidos» norteamericanos, se emocionan con la princesa Pocahontas y aprenden corrección política con Mulan o Winnie the Pooh; les fascinan los parques temáticos de Disney (la visita familiar a esos «lugares de ensueño» es obligada una vez en la vida, como la peregrinación a la Meca entre los musulmanes), y visten primorosamente a la Barbie y al Ken (aunque ya son un poco antiguos) que les ha traído Santa Claus (antes Papá Noel). Etcétera. Y todo ello sucede no porque la educación de nuestros niños se nos haya escapado de las manos, sino porque hemos aceptado encantados lo que nos llegaba del Imperio. Y pobre de quien chiste a propósito de la excepción cultural y de la protección a los productos europeos: anatema totalitario, pecado contra la libertad, anacronismo en el mercado-mundo.
Bueno, pues así están las cosas. De ahí que me resulte un poco estrambótico que alguien se lleve las manos a la cabeza ante una tradición importada que se ha convertido en un gigantesco negocio también entre nosotros. Despotricar a estas alturas contra la fiesta foránea a cuenta de que es «contradictoria» con la de Todos los Santos me parece una solemne tontería. Halloween, como San Valentín, les encanta a los grandes almacenes, y también a los pequeños comercios que atiborran estos días sus escaparates de disfraces y máscaras más o menos siniestros: quizás habría que enviar misioneros a re-evangelizarlos.
Uno de los méritos históricos de la Iglesia Católica reside en haber sabido utilizar y reconvertir las tradiciones «paganas» en beneficio propio. Y, de hecho, la conmemoración de los santos «menores» surgió como reacción a la tradición mucho más antigua de Samhain, con la que se encontraron los evangelizadores que llegaron a Irlanda en el siglo V, y durante la que los espíritus regresaban al mundo de los vivos para señalar el fin de la cosecha y la proximidad del invierno. Fueron precisamente los católicos irlandeses quienes llevaron en su equipaje de emigrantes la vieja tradición -ya convenientemente sincretizada en el All Hallow´s Eve, víspera de Todos los Santos- a los Estados Unidos, donde no se popularizó hasta los años veinte. Desde allí se ha exportado a través de la industria del entretenimiento; por ejemplo, y aunque parezca una broma, mediante películas de éxito mundial como La noche de Halloween (1978), una cinta de terror aplaudida por los adolescentes de ambos lados del Atlántico.
De manera que Halloween se está convirtiendo inevitablemente en algo nuestro, como tantas otras cosas que antes nos eran ajenas. ¿Hay que rendirse? No necesariamente. Pero de nada sirve lanzar anatemas, ni ponerse estupendos en nombre de otras tradiciones o principios. El miércoles el hijo de unos amigos se partía de risa porque yo no decía Aladdin, sino Aladino. «¿Y ese quién es? ¿Bin Laden?», me preguntó mientras reclamaba la propi de Halloween oculto tras su máscara de miedo

http://www.abc.es/20071102/opinion-firmas/halloween-todos-dias_200711020251.html

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