miércoles, julio 02, 2008

Pablo Sebastian, Rajoy, por delante de Zapatero

miercoles 2 de julio de 2008
Rajoy, por delante de Zapatero

Pablo Sebastián
A pesar de los esfuerzos de Aznar, y sus acólitos, por dañar el liderazgo reforzado de Rajoy en el congreso valenciano, y de la euforia del fútbol español, que el Rey Juan Carlos I hubiera querido festejar en palacio con un cariñoso manteo a Luis Aragonés, las primeras encuestas sobre la situación general de la política —y una tan poco sospechosa como la de la pro gubernamental Cadena SER— ofrecen un casi empate electoral entre el PSOE y el PP y presentan, por primera vez en mucho tiempo, a Mariano Rajoy por encima de José Luis Rodríguez Zapatero en la valoración de líderes.
¿Qué ha pasado? Pues sencillamente que la crisis económica, cual ángel exterminador, se está colando en los hogares de los españoles y no cesa de causar estragos. Y más que causará en cuanto el PP cambie su discurso y empiece a decirle a los españoles que la culpa de esta situación no es del precio del petróleo, ni de las hipotecas subprime, sino del Gobierno de Zapatero por haber ocultado la verdad para ganar las elecciones y, durante los dos pasados años, no haber tomado las medidas preventivas para frenar este anunciado tsunami de la economía española. Y el estallido de la más que famosa burbuja de la construcción de nuestro país, un pinchazo en el que colaboró el Gobierno, jaleando ante medio mundo —y los inversores extranjeros de manera especial— la ‘operación Malaya’ marbellí, como si todo en España fuera corrupción e inseguridad jurídica. Como la que, más tarde, le ha estallado en su propias manos al PSOE en Estepona.

Las medidas contra la crisis que improvisa el Gobierno no producirán los efectos deseados en tiempo récord, con lo que lo peor aún está por llegar. De manera que ya está bien de echarle las culpas al petróleo de lo que el Gobierno de Zapatero fue incapaz de prevenir y de preservar, mintiendo a los españoles, como continúa haciéndolo, al negar una crisis que ya le está dando toda la razón a Manuel Pizarro, y desmintiendo a Pedro Solbes, en aquel debate televisado y preelectoral que convendría repasar, a la luz de la imparable verdad.

Naturalmente, existen otros motivos que también explican el nuevo resurgir de Rajoy y que tienen que ver con su victoria en el congreso valenciano del PP contra los críticos de la permanente conspiración y sus agitadores de los medios de comunicación. Los que no dudaron en empedrar el camino del líder hasta el mismo día del congreso, donde Aznar lució su peor estilo y sigue a su aire desde los cursos de FAES sobre lo “políticamente correcto” —que no es precisamente su comportamiento en el PP—, y que siguen con la matraca diaria a ver si deprimen o, utilizando el partido de Rosa Díez como un arma arrojadiza contra el PP, consiguen que el PP de Rajoy se estrelle en la que será su primera cita electoral del 2009, en los comicios europeos.

Pero estos obstáculos y problemas internos del PP, y el ruido infernal de los broncos agitadores de El Mundo y la COPE, han sido, con la crisis de la economía negada por el Gobierno, los mayores aliados de Rajoy, porque lo han situado en el centro político y en el camino de la verdad económica y social. Y la gente lo sabe, lo saben los españoles de a pie que aclaman a la selección del fútbol español, y especialmente los votantes del PSOE y de la izquierda en general, que serán los primeros paganos de la gran mentira del Gobierno y de su falta de previsión.

Y como las encuestas pro Rajoy y pro PP mantengan la tendencia en su favor —para lo que hace falta que Rajoy y los suyos no yerren en fondo y forma en su labor de oposición—, vamos a ver a los críticos conspiradores del PP llamando llorosos a las puertas de la calle Génova, y caras de mucha y gran preocupación en la sede socialista de Ferraz.

De momento, las encuestas de opinión política empiezan a poner en valor el mérito de Rajoy y su certero análisis de la situación. Mientras Zapatero avanza de puntillas sobre el congreso del PSOE, donde se las tenía muy felices, tal y como lo declaró cuando dijo que en espectáculo no podía competir con el reciente congreso del PP. El espectáculo lo tiene Zapatero en la calle y a flor de piel con la crisis económica, mientras pretende pasear su sonrisa, ya asustada, y su mal disimulado golpe de timón a la derecha, por el congreso del PSOE, donde a base de tanto renovar no se ve por parte alguna, en la futura dirección, ningún gramo de talento ni alta personalidad. Y si les quitan a Guerra y a González sus respectivas fundaciones, pues el último que salga del congreso del PSOE que apague la luz, aunque sólo sea por lo cara que está.

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=02/07/2008&name=manantial

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