miércoles, octubre 04, 2006

El veredicto de Saramago

jueves 5 de octubre de 2006
PREMIOS ABSURDOS EN SAN SEBASTIAN
El veredicto Saramago
Por Juan Orellana
El Festival Internacional de Cine de San Sebastián, a pesar de haber mantenido un nivel aceptable, se despidió con un palmarés muy poco serio, no tanto por lo que quedó dentro sino por lo que se dejó fuera. Especialmente patético es el ninguneo de la película Copying Beethoven, la mejor cinta del certamen a juicio de los críticos.
Para empezar es de muy mala educación que se lea el palmarés ¡en francés! Por el mismo criterio el año pasado se leyó en inglés. De risa. O la presidenta del Jurado –Jean Moreau– aprende español, o lo lee en español, o lo hace otra persona del jurado que sepa español (en este caso había dos). Pero no es aceptable que en un festival que se hace aquí, se realice el acto más esperado del certamen en francés. Que se hiciera en euskera sería absurdo, pero tendría su lógica. En cualquier caso, no pasa de ser un asunto formal. Lo que más asombra es el contenido del palmarés.
¿Por qué la película preferida por los críticos –premio del Círculo de Escritores Cinematográficos– y la favorita de la encuesta del Diario Vasco, a saber Copying Beethoven, no se ha llevado ni un premio de consolación? ¿Es el azar de las opiniones cinematográficas? Difícil de creer. La interpretación de Ed Harris era merecedora de la Concha de Plata al mejor actor, muy por encima de la de Juan Diego; la fotografía era de Oscar, el guión férreo y la película en su conjunto magnífica. ¿Entonces? ¿Por qué la han ignorado descaradamente? ¿Tiene algo que ver que en la película se habla de Dios cada diez minutos? ¿O que la directora sea una polaca de reconocida condición de católica? Pregúntenselo a Saramago, miembro insigne del Jurado, que seguro que tiene una respuesta. Yo no la sé, aunque la imagino.
La Concha de Oro, ha ido, ex-aequo a Half Moon y a Mon fils à moi. En el primer caso no tiene mucho sentido, pues la película es inferior a aquella otra de su mismo director que le valió la Concha hace dos años. Además, aunque el film está muy bien, decae gravemente en los últimos diez minutos. La otra premiada, Mon fils à moi, es una película psicologista, sobre una madre castradora que le hace la vida imposible a su hijo. En un cierto momento, el marido le pega una bofetada a su mujer, y el cine irrumpe en aplausos. Penosillo ¿no? La película es muy estereotipada y no va a ningún lado. Y también se ha llevado la Concha a la mejor actriz.
Que Delirious se haya llevado Premio a la dirección y al guión es incompatible con que no se haya llevado el de la mejor película (Si es la mejor escrita y la mejor dirigida ¿qué le falta para ser la mejor?). La peli está bastante bien, aunque no para acaparar esos premios. También ha sido la que ha elegido el Jurado católico SIGNIS, por su crítica a la cultura del éxito. La fotografía ha ido a parar a una película que casi no tiene fotografía –entendida como trabajo de iluminación– y el premio de interpretación ha ido para Juan Diego, protagonista de una cinta que se derrumba a las 45 minutos, Vete de mi.En fin, unos premios anodinos para un jurado que vaya usted a saber con qué criterios ha valorado las películas. El resultado huele a política interna festivalera y endogámica y a prejuicios culturales de fondo. Gracias a Dios el buen cine se defiende solo.

Gentileza de LD

No hay comentarios: