domingo, junio 25, 2006

Seleccion, menos dudas y la misma presion

lunes 26 de junio de 2006
Selección: menos dudas y la misma presión
Javier del Valle
Y A subrayé en un artículo anterior que si algún técnico parecía capacitado para sacar a la selección española de su mediocridad era Luis Aragonés, a pesar de los titubeos de la fase de clasificación para el Mundial que en estos días estamos viviendo. Argumentaba mi exposición en la tremenda experiencia del veterano técnico madrileño, que se las sabe todas, pues la polémica es constante en el equipo nacional, sea cual sea el resultado. Pero como el rendimiento español en las grandes citas internacionales no suele ser el esperado, las críticas se ceban y el ambiente de las concentraciones se convierte en irrespirable. Casi todos, aficionados y comentaristas, parecen satisfechos tras golear a Ucrania y Túnez en la apertura del torneo; sin embargo la polémica no ha huido de la concentración en los primeros días del campeonato. Supuestas discusiones de Luis Aragonés con suplentes de la talla de Cañizares y Raúl, observadas con lupa por los medios de comunicación, han mostrado el lado siempre oscuro de la selección. Cualquier gesto, cualquier desplante, habitual en las cotidianas relaciones laborales y personales, llena páginas de periódicos y ocupa lugares de privilegio en informativos de cadenas de radio o televisión. Son hechos de interés, ya que ayudan a desentrañar el ambiente de trabajo del que depende en gran medida el rendimiento del equipo, pero adquieren una relevancia a mi gusto exagerada. Es aquí donde radica gran parte de la capacidad de la plantilla y del equipo técnico, en asimilar y aislarse lo más posible de estos elementos perturbadores e inevitables. Raúl, quiera o no quiera, siempre está en el foco de los medios, incluso cuando su rendimiento deportivo no merece que el delantero internacional sea portada. A veces pienso que su marcha del Real Madrid le ayudaría a desembarazarse de la losa del protagonismo y recuperar su gran valía futbolística. El caso es que el ‘siete’ destapó su oportunismo y astucia en el partido ante Túnez (3-1 a favor de España) marcando el gol que inició una remontada. No le afectó la suplencia ni su bajo estado de forma para volver a ser decisivo y demostrar su entrega con el equipo nacional. Importantes comentaristas y ex jugadores internacionales han elogiado el juego de España en los primeros partidos. El equipo ha adquirido identidad gracias a su precisión en el manejo del balón y su alto ritmo de juego. Ahora falta lo más difícil, que los hombres de Luis acrediten su carácter en las eliminatorias directas a un solo partido. No podemos lanzar las campanas al vuelo ni vender humo porque la gran asignatura pendiente son estos partidos a cara o cruz. Sin embargo, hay motivos para ser optimistas. Los jugadores no son tan mediocres como algunos agoreros predican. Basta con fijarse en la línea del medio del campo para refutar este argumento. Xavi e Iniesta han sido campeones de Europa esta temporada con el Barcelona; el jovencísimo catalán Cesc fue finalista con el Arsenal y Xabi Alonso juega a gran nivel en un equipo de la Liga inglesa, el Liverpool, con el que se impuso en la edición de 2005 del máximo torneo europeo. No se puede discutir su calidad ni su costumbre de jugar partidos de gran presión.

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