miercoles 28 de junio de 2006
Carta de París
Birlibirloques sin arte
Carlos Semprún Maura
Los terroristas de la llamada "red chechena" proyectaban destruir la Torre Eiffel, y dinamitar las representaciones diplomáticas israelíes en Francia. Nada, una travesura.
Una mañana de la semana pasada, martes o miércoles, oí por radio (France-Info) que se había detenido al cheik Dhau Meskine y a una decena de sus colaboradores, acusados de "asociación de malhechores" ligada al terrorismo. Este Meskine es un capitoste del Consejo de Imanes de Francia, creado por Nicolas Sarkozy. La noticia era escueta, sin comentarios. Busqué confirmación y comentario en las diversas cadenas de televisión que suelo consultar por las tardes y noches. Nada, ni una palabra. Llegue a preocuparme: ¿mi islamofobia me procuraba alucinaciones? Pues no, en su columna del viernes en Le Figaro, Yvan Rioufol lo confirma y precisa que este representante del "islam de las luces" había creado la primera escuela coránica de Francia, en Aubervilliers, cerca de París. Se trata pues de un caso evidente de censura aceptada. Está prohibido hablar del islam en Francia, sólo se permite aplaudir.
Por aquellos días, en una de las pocas y tristes emisiones literarias de la tele estatal, Nicolas Sarkozy –porque además escribe– defendió su Consejo de Imanes, y su "islam francés" como barrera contra el terrorismo. Afirmó además su voluntad de modificar la ley de 1905 sobre la separación de la Iglesia y del Estado con un argumento peregrino: en 1905 no había musulmanes en Francia. Admitámoslo: ¿y qué? Según esta ley el Estado se compromete a respetar todas la religiones, sin privilegiar a ninguna. A principios del pasado siglo se trataba esencialmente de la Iglesia católica, y resulta que dicha Iglesia, que era y sigue siendo la más importante de Francia, ha aceptado el laicismo y esa ley. ¿Porqué el islam no podría aceptarlo y actuar en el marco de esa ley como las demás religiones? En realidad, lo que Sarkosy pretende es privilegiar al islam por miedo a las bombas, y para ello necesita cambiar la ley y modificar la Constitución. Otra rendición.
Además, tratándose de terrorismo islámico, y pese a la censura, se sabe que los franceses han tenido mucha suerte –o que su policía actúa muy bien–, porque se han detenido a varios grupos terroristas antes de que cometieran sus atentados. Uno de ellos estaba previsto nada menos que contra la catedral de Estrasburgo. Los otros, los de la llamada "red chechena" porque sus integrantes habían combatido en Chechenia en las filas islámicas, proyectaban destruir la Torre Eiffel, y dinamitar las representaciones diplomáticas israelíes en Francia. Nada, una travesura. A éstos se les está juzgando en el más profundo silencio. Cuando se comparan las horas que dedican los medios al menor proceso –por supuesta pederastia, por ejemplo–, a los silencios que se imponen y se aceptan en torno al islam radical, las cosas son trágicamente evidentes. La avestruz es el más europeo de los símbolos. Y no sólo en relación con los atentados felizmente evitados, también en las revueltas logradas del pasado otoño: todo el mundo conoce la "mano negra" del islam en esos violentos sucesos, pero nadie dice nada.
Menos mal que Jack Lang, que también escribe, que también es candidato, que también es imbécil, aboga en su libro "Inmigración positiva" a favor de una Francia "mestiza, en sus colores, pero también en sus formas y sus ideas", y da como modelo para la República francesa la "España musulmana". Este señor fue ministro de Educación, y por eso no conoce la Historia.No sé si se trata de "boda gay" o de "matrimonio homosexual", pero pese a la firme oposición de las familias, al fin Mittal y Arcelor anuncian sus nupcias. Los perros ladran, pero la caravana capitalista pasa.
Gentileza de LD
miércoles, junio 28, 2006
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