viernes, mayo 05, 2006

Habelmos de la extrema derecha (y3)

viernes 5 de mayo de 2006
Hablemos de la extrema derecha (y 3)
Por LUIS IGNACIO PARADA

¿POR QUÉ no ha habido en España una presencia electoral de los movimientos de extrema derecha paralela a la de los países europeos de nuestro entorno? La respuesta fácil es decir que la ultraderecha se integró en el PP, tras la desaparición de Fuerza Nueva. Es una simplificación inexacta. Porque en muchos otros partidos se han refugiado dirigentes, militantes y simpatizantes con las ideas o las formas del autoritarismo, el nacional catolicismo, la xenofobia, el racismo, el activismo ante la desintegración de la patria; nostálgicos del franquismo, antiliberales, anticomunistas, cómodos con el militarismo, moralistas antiaborto, el divorcio y la homosexualidad, desazonados ante el crecimiento de la delincuencia y la inseguridad ciudadana. Personajes que responden a alguno de estos tics de extrema derecha los hay en el PSOE, en CiU, en el PNV, en ERC.Una parte de los votantes de aquella formación liderada por Blas Piñar se han abstenido a partir de 1979 o han repartido su voto entre diversos partidos, muy probablemente siempre en contra del partido en el Gobierno. En las últimas elecciones generales, el Partido Familia y Vida obtuvo 16.699 votos; Falange Española de las JONS, 12.266; Falange Auténtica, 4.589; España 2000, 4.231.El pasado 24 de abril, la web de minutodigital.com incluía un llamamiento a la extrema derecha, que decía: «Es indispensable un frente común, para que dejemos de ser 6 ó 7 «grupettos» desunidos y sin apenas fuerza. Frente Nacional Español, ya». Esos «grupettos», que intentarían negociar una coalición electoral para 2008 (Democracia Nacional, Falange, Plataforma per Catalunya, Alianza para la Unidad Nacional, Coalición Valenciana, Unión para el Progreso de Cantabria, Alternativa Española), llegan tan tarde, con tal división, tan carentes de un líder común, que resulta improbable que alcancen una presencia electoral que altere el equilibrio de fuerzas entre el PP y el PSOE. Aunque el debate sobre la extrema derecha también continuará.

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