viernes 6 de octubre de 2006
¡Pobre Lengua Española!
Ernesto Ladrón de Guevara
L A palabra “proceso”, junto con la palabra “paz”, está teniendo un uso desmedido. Lo mismo el sustantivo “mesa”, que con mayúsculas pasa de ser un mueble con un mínimo de tres patas para significar algo así como “golpe bajo a la democracia”. Así tenemos actualmente en uso la expresión “proceso de paz” que significa lo mismo que “rendición del Estado de Derecho a ETA” o “Mesa de partidos” lo que es lo mismo que “cambio de las reglas del juego democrático”, en versión edulcorada. O sea, con vaselina para que no lo notemos. Por eso el Sr Zapatero nos trae a Blair. Para que nos quedemos con la copla de que Euskadi es la Irlanda española aunque no se parezca ni en el calibre de las balas de las respectivas bandas terroristas. Así, adormecidos y subyugados por la propaganda oficial a través de la prensa subvencionada, y desviada nuestra atención de lo que ocurrió el 11-M, los ciudadanos españoles ensalzaremos al César del diálogo y el entendimiento, de la sonrisa y el talante, para reconducir nuestras conciencias de la sensibilidad por víctimas y perseguidos hacia el nuevo modelo de Estado consistente en una asimetría configuradora de la confederación de los pueblos ibéricos formada por la GALEUSKA y el resto. Pero como todo esto francamente ya me aburre por ser de una estupidez asociada a un cuadro psicopatológico, voy a escribir de la República, tan conmemorada tras 70 años. Otro día hablaremos de la Guerra de Cuba cuyo centenario estamos a punto de cumplir. Cómo no, festejándola, como hizo Sabino Arana en su telegrama a la embajada norteamericana, pues desde ese momento España ha ido en un proceso de descomposición que tan bien están aprovechando quienes siguen al maestro del nacionalismo en aquella famosa frase que más o menos decía que deseaba la destrucción de los españoles a través de una conflagración que diera al traste con tanto maqueto invasor. Por recordar, yo rememoro aquel Decreto del 30 de abril del 31 del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, al poco de implantarse por la fuerza de los hechos, como es costumbre en España, la II República. Decía en sus artículos 2 y 3 lo que sigue: “En las Escuelas maternales y de párvulos de Cataluña la enseñanza se dará exclusivamente en lengua materna, catalana o castellana. En las escuelas primarias se dará también la enseñanza en lengua materna, sea castellana o catalana, y se les enseñará a los alumnos catalanes, a partir de los ochos años, el conocimiento y práctica de la lengua española, a fin de conseguir que la hablen y escriban con toda corrección” Pues bien yo, sumándome al rebufo republicano que empieza a soplar por estas latitudes de Cerolo, exijo que se restaure lo que decía la Constitución del 31 en este sentido, y que se devuelva a la Lengua Española -mal llamada “castellano” pues es la lengua de Cataluña, del País Vasco y de Galicia entre otras partes de España- el prestigio y la difusión que se le ha negado. ¡A ver si va a resultar que una lengua hablada por cuatrocientos millones de españoles va a desaparecer de su espacio natural! Por ejemplo, el artículo 4 de la Constitución republicana decía que “a nadie se le podrá exigir el conocimiento de una lengua regional” (en España, claro) Pues eso.
viernes, octubre 06, 2006
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