viernes, octubre 06, 2006

ETA vuelve a matar

viernes 6 de octubre de 2006
ETA vuelve a matar
Juan Urrutia
J OSÉ ANSEÁN CASTRO fue tiroteado en mil novecientos noventa y dos a pesar de las suplicas de su mujer, la cual pidió a los asesinos —Juan Carlos Rodríguez Chouzas “Gadafi” y Juan Ramón Rojo— “que no lo rematasen” cuando su marido yacía en el suelo, petición a la que hicieron caso omiso. Catorce años después del atentado los etarras se han cobrado una nueva víctima. Uno de los hijos de José Anseán, que recibía tratamiento psiquiátrico desde que ocurriera el brutal suceso, se quitó la vida dos semanas después de que su madre declarase sobre los citados hechos ante la Audiencia Nacional. El lamentable desenlace que acabo de relatarles es una muestra de que ETA sigue matando. Quizás no directamente, pero hay miles de personas enterradas en vida por el sufrimiento que, a pesar de que algunos parecen olvidarlo, causó deliberadamente ETA. Hace poco un amigo me envió un interesante artículo en el cual se recordaba la crueldad de los terroristas. Contaba cómo a Miguel Ángel Blanco lo tuvieron en un agujero dos días sin comer ni beber, atado de pies y manos, antes de descerrajarle un tiro en la nuca, cómo esos con los que Zapatero se lleva tan bien, lanzaron un camión cargado de explosivos contra los niños que estaban en la casa cuartel de la Guardia Civil en Vic y muchas más barbaridades cometidas por esa caterva de verdugos. Parece que en tan sólo tres años de “tranquilidad” se nos comienza a olvidar la clase de gente, por llamarla de alguna manera, con la que pretende hacer negocios nuestro Gobierno. No se trata de rencor, como aducen ciertos colectivos proetarras, incluido el PSOE, sino de sentido común. No se puede conceder beneficios y muchísimo menos reconocer cierta legitimidad a las demandas de quienes han matado y torturado despiadadamente sin remordimiento alguno. Cuando ETA estaba hundida, el Partido Socialista le dio una bocanada de aire fresco para luego “dialogar” con esa gentuza sin entrañas cuyo único mensaje en treinta años ha sido “o me das lo que quiero o te mato”, con el objeto de hacer creer —por lo menos hasta la próxima legislatura— a los españoles y últimamente europeos en general, que el fin de ETA está cerca. Al tiempo que esto se produce, el Gobierno vuelve a retrasar —esta vez hasta fin de año— la Ley de Solidaridad con las Víctimas. Según dijo ZP en febrero durante una comparecencia en el Congreso de los Diputados, quedaría aprobada antes del verano. Lo que no aclaró es del verano de que año. Personalmente no me sorprende el comportamiento del Presidente de la Nación, que ya ha demostrado con creces de que lado está. Dedicado a la memoria de José Anseán Castro y su hijo.

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