viernes, agosto 13, 2010

Ernesto Ladron de Guevara, Escondiendo los trapos sucios

viernes 13 de agosto de 2010

Escondiendo los trapos sucios

Ernesto Ladrón de Guevara

L A noticia ha pasado como de soslayo, igual que si se tratara de un episodio desagradable que no merece ser tratado como primera plana. Como si de una cuestión vergonzante o vergonzosa se tratara. De la misma manera que las familias suelen tratar el tema del hijo tonto sobre el que nadie se atreve a preguntar no sea que a alguien se le indigeste el desayuno.

Esta semana pasada un medio de comunicación –no sé si alguno más también lo trajo a colación- informaba de que en los Estados Unidos de América se nos considera a los españoles vulneradores de los derechos humanos. Más en concreto citaban a aquellas comunidades autónomas que impiden el ejercicio natural de la lengua materna en el servicio educativo, obligando a la inmersión lingüística que es algo así como hacer pasar por el nacionalismo obligatorio al conjunto de los ciudadanos. Se referían, sobre todo a la Comunidad Autónoma Catalana que camina hacia una fórmula de Estado Asociado, o algo parecido, lo que es lo mismo que el ancho del embudo para ellos y el estrecho para los demás, y que se jodan.

Esto del tema lingüístico y los abusos del fascismo de nuevo cuño lo suele denunciar con rigor y con sistema mi buen amigo Paco Caja, que a través de Convivencia Cívica Catalana fue capaz de recoger cincuenta mil firmas y presentar una iniciativa legislativa popular en el Parlamento Catalán que los señores diputados de ídem se la pasaron por el arco del triunfo. Muy distinto tratamiento tuvo aquella iniciativa que la recientemente aprobada en dicho cónclave prohibiendo la feria taurina. En aquella ocasión ni tan siquiera tuvieron la delicadeza de rebatir con argumentos la sólida y bien argumentada batería de razones que Paco Caja esgrimió en la tribuna parlamentaria; haciendo mutis por el foro.


Paco Caja se merece el máximo galardón constitucional, es decir la Medalla al Mérito Constitucional, por su pertinaz defensa de los derechos lingüísticos de los catalanes. Es decir de los derechos lingüísticos de quienes quieren expresarse sólo en catalán, de los que quieran hacerlo sólo en castellano, y los que lo deseen en ambas lenguas indistintamente. En esta difícil travesía por el desierto suele estar acompañado de otros buenos amigos como los de la Asociación por la Tolerancia Lingüística, la Asociación cervantina y algunos más. Pero la bota opresora del tinglado ultracatalanista que ahora dirige un cordobés suele siempre acallar las voces, simplemente ignorándolas.

A mí me suele pasar algo parecido. Siempre estoy a la espera de que alguien me replique los argumentos a favor de la libertad lingüística y me explique cómo es posible que los derechos estén adscritos a las lenguas y no a las personas, etc; pero no, siempre obtengo el silencio como respuesta y la más desvengonzada huída elusiva en la aplicación de respuestas argumentadas. Pienso que es porque no tienen razones. Y si no, ahí tenemos la percepción que tienen de los españoles instancias bastante alejadas geográficamente de nuestro huso horario. Dicen que se vulneran derechos humanos. Ni más ni menos que lo que llevamos denunciando Paco Caja y yo desde hace varios lustros. Pero, ni caso...

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5806

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