miércoles, enero 14, 2009

Tomas Cuesta, Por qué Zapatero es Einstein

Por qué Zapatero es Einstein

TOMÁS CUESTA

Miércoles, 14-01-09
LA ecuación más famosa de la modernidad rampante es la que sustenta el edificio de la teoría de la relatividad de Einstein. O sea, Einstein, Albert Einstein: aquél paradigma del profesor chiflado que ha pasado a la historia con una melena atrabiliaria y sacando la lengua impunemente a la posteridad y a sus contemporáneos. ¿Se acuerdan de la fórmula? Hombre, pues sólo faltaría, no iban a acordarse: E = mc2. La energía (E) es igual a la masa (m) multiplicada por la velocidad de la luz (c) elevada al cuadrado. Con un par, sí señor; cosas veredes, Sancho; áteme usted esa mosca por el rabo. Hete aquí que, de pronto, llega alguien, garabatea en la pizarra un misterioso abracadabra y nos obliga a mudarnos de universo y a renovar de arriba a abajo el vestuario. A no ser, por supuesto, que vayas por la vida con la sesera al aire. Algo bastante habitual en los tiempos que corren, dicho sea de paso. Y todo -hay que amolarse- por una simple E, una letra de cambio apabullante que en Hiroshima, por ejemplo, fue muy protestada.
La ciencia, sin embargo, es un filón inagotable y no te puedes dormir en los laureles porque, antes o después, «sic transit gloria mundi», has de encontrarte con la horma que corresponde a tu zapato. O, como en este caso, un zapatero respondón que te enmiende la plana. Que Zapatero tiene una química especial que pone al retortero a los votantes, resulta de cajón, aunque le toque los cajones a la mitad de España. Pero lo de la física, por contra, nadie lo hubiera sospechado. No obstante, es indudable, que el Plan E que el presidente ha presentado el Día D a la Hora H es una reinterpretación genial de esas cogitaciones legendarias. «Dios no juega a los dados», sentenciaba Albert Einstein. Y al señor Zapatero (un dios menor, al fin y al cabo) no se le ocurrirá jugar a la ruleta rusa con los puestos de trabajo. O sí, nunca se sabe. Y si les parece una broma de mal gusto el dedicarse a especular con tanta desazón y con tantísimos duelos y quebrantos, cojan papel y lápiz que vamos a echar cuentas sobre el cuento de hadas.
Habíamos quedado en que la hipótesis de Einstein (que se hizo pública en 1905 y hasta hace dos meses justos, en noviembre pasado, no pudo demostrarse) se condensaba en la mítica ecuación que aprendimos en el bachillerato: E = mc2. Si se traslada la teoría de la relatividad al relativismo chapucero de nuestros gobernantes, el resultado es de aurora boreal, cristalino, diáfano. El índice de empleo (E) es el producto de multiplicar la masa de parados (m) por la velocidad con la que los currantes se van a la puñetera rúe (c) elevada al cuadrado. ¿A que ahora les cuadra? Natural: la cuadratura del círculo vicioso es pan comido para los optimistas natos. Y donde esté un listo fetén, de los de rompe y rasga, que se quite un judío deslenguado. Einstein descerrajó la caja de Pandora y destapó la olla del infierno del átomo. En cambio, Zapatero, usando sus mismas armas, abrirá el paraíso a los desamparados. Rindámonos, pues, a su talento incomparable sin mezquindad grosera y sin regateos usurarios. ¡Cráneo privilegiado, salve! Y sálvese quien pueda, por si acaso.
Los agoreros -que no faltan jamás y siempre andan faltando- argüirán que el único objetivo del Plan E es darle plantón a la catástrofe. Lograr que Zapatero vuelva a escurrir el bulto y se mantenga entre las nubes, planeando. «Cuando no tengas ideas, procura inventar palabras», le aconsejaba Mefistófeles a Fausto haciendo honor a su sabiduría demoníaca. El señor Zapatero, que suele pecar de fáustico, aplica la receta con admirable desparpajo e inventa lo que haga falta. ¿La teoría de la relatividad? Minucias, es capaz de inventarse al propio Einstein. Bien es verdad que semejante invento equivaldría a colocar albarda sobre albarda. ¿A santo de qué iba a inventarse a Einstein cuando él es Albert Einstein reencarnado? Peor será el día en que el Plan E se encuentre consumido y consumado y pongan el F en marcha. Efe de fornicados.

http://www.abc.es/20090114/opinion-firmas/zapatero-einstein-20090114.html

No hay comentarios: