miércoles, enero 21, 2009

Antonio Burgos, Obama es de los nuestros

Obama es de los nuestros

ANTONIO BURGOS

Miércoles, 21-01-09
EL desmedido eco que los fastos del relevo presidencial americano han tenido en España, como si la avenida de Pensilvania fuera La Castellana, me ha recordado aquella procesión de San Antonio Abad en Trigueros durante la II República. En Trigueros, uno de los cuatro pueblos que se ven desde El Conquero en el famoso fandango de Huelva, donde pastan los toros de Celestino Cuadri, sacan cada año en procesión a San Antonio Abad, ahora a finales de enero. Al Santo le tiran toda clase de alimentos, como retrasadas cestas de Navidad por entregas: pan, chorizos y hasta jamones y paletillas serranas, que los devotos cogen en su loor y gloria, en una procesión popular que comienza tras la entrega ritual de la imagen al pueblo por parte del alcalde y dura más de treinta horas sin interrupción. San Antonio Abad recorre todo el pueblo, parando en todas las casas donde encuentra la puerta abierta, mientras desde los balcones le tiran gloria bendita. Ya digo, supermercados enteros.
Durante los tiempos laicos de la II República, prohibidas de hecho las procesiones, se planteó en Trigueros un grave problema: ¿cómo sacar al Santo a la calle, si era lo que ahora se llama políticamente incorrecto? Un adelantado del relativismo halló la solución. Dijo: «Afiliemos a San Antonio a la UGT y así es de los nuestros». Y dicho y hecho. Afiliaron al santo al sindicato socialista y le extendieron su correspondiente carné. Y a la hora de montar la imagen del santo eremita en su paso, le pusieron en la mano, junto al cayado, su carné del sindicato. En el que decía: «Nombre, Antonio Abad; profesión, Santo».
Aquí, para poder sacar en procesión de gloria algo tan políticamente incorrecto como un presidente de un espanto imperialista y de un horror capitalista como son los Estados Unidos de América, hemos hecho como en Trigueros con San Antonio Abad cuando la República: le hemos dado a Obama el carné de los nuestros. Si se fijaron bien, verían ayer en la toma de posesión que cuando Obama ponía, como en la copla, la mano sobre el Evangelio, te lo juro yo que el bulto que se le veía en el pecho no era del chaleco antibalas, sino del pedazo de carné del PSOE que llevaba en la cartera. Carné donde al antonino modo de Trigueros ponía: «Nombre, Barack Hussein Obama; profesión, presidente de los Estados Unidos de América».
Por seguir con el universo de la copla, que repiquen las campanas y que quiten crespón negro a la Mezquita, a la Torre de la Vela y a la Alhambra de Graná, porque tenemos un presidente de Estados Unidos que es de los nuestros. Aquí en España los progres celebran tanto el sueño americano porque ha terminado la pesadilla de Bush, que era la suma de todos los males sin mezcla de bien alguno y con Guantánamo e Irak al fondo. Ese rodillo del Tintanlux celeste con el que salía Obama dale que te pego a la brocha demagógica en vísperas de su posesión es una metáfora. Obama se agarra a la brocha porque los progres le han quitado la escalera para subir al madero y quitarle los clavos con los que crucificaban hasta ahora a Estados Unidos, a los americanos, a las multinacionales, a los marines, a la leche que mamó la Coca Cola y, por supuesto, a Bush, que era un demonio. Con ese rodillo del Titanlux de Obama, que es el mismo que Felipe González usó aquí en 1982 para acabar con la separación de poderes y para enterrar a Montesquieu, los proges han pintado de rojo la Casa Blanca. No sé si han zapaterizado a Obama o han obamizado a Zapatero, pero nos los presentan como original y copia, hasta las mismas cabecitas reducidas tienen. Pónganle unas cejas circunflejas a Obama o pinten de negro a Zapatero para salir de beduino en la Cabalgata de los Reyes Magos, que verán que hasta en el físico tienen un aire. Con pista de baloncesto en la sede presidencial. Hasta las niñas son intercambiables. Y Sonsoles tiene algo de señora Obama. Los golpes de efecto de Obama en el comienzo de su mandato son los golpes de efecto de Zapatero en el comienzo de su mandato, anuncio de retirada de Irak incluido.
Así que tranquilos: Estados Unidos ya no es culpable. Ni de la crisis ni de nada. Obama es de los nuestros. Esperemos, al menos, que Hillary no vaya de Maleni, que eso sí que sería terrible, Maleni colocada de pesadilla en el sueño americano y haciendo de las suyas en el aeropuerto Kennedy.

http://www.abc.es/20090121/opinion-firmas/obama-nuestros-20090121.html

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