jueves 12 de junio de 2008
La doble oportunidad de Rajoy
Pablo Sebastián
En España, dado el sistema político y electoral de acumulación de poderes a favor de quien gana las elecciones, toda alternancia depende más de los errores del que gobierna que de los aciertos de la oposición. Ocurrió con la crisis de la UCD, y así se repitió con el cúmulo de errores y abusos de los gobiernos de Felipe González y, finalmente, con el último mandato de José María Aznar. Y es verdad que Zapatero hizo méritos para haber perdido las elecciones del 2008, pero contó con dos ayudas inesperadas: el crecimiento y la bonanza económica y social, y la crisis del Partido Popular.
Una crisis del PP en la que colaboraron no sólo el líder del PP y su equipo de entonces (Acebes y Zaplana), del que ahora reniega, sino que es consecuencia de la insistencia de este partido en mantenerse inflexible con los errores que les llevaron a la derrota electoral del 2004 (guerra de Iraq y mentirosa y desastrosa gestión de la masacre del 11-M), empujados por la influencia externa de El Mundo y la COPE, que consiguieron convertir sus disparates y negocios en la línea estratégica del partido, camino de la derrota.
Naturalmente, el nuevo PP que salga del congreso de Valencia, aunque sea con el mismo líder pero con un nuevo equipo —ya veremos si integrador— se puede dedicar a jalear las luchas intestinas entre barones y candidatos a la sucesión de Rajoy, en pos del cartel electoral del 2011, o a unir esfuerzos en pos de una victoria política que debería comenzar en los comicios europeos del 2009, en plena cresta de la crisis económica que sigue negando Zapatero con un patético optimismo que contrasta con la cruda realidad.
De manera que Rajoy va a tener, en sus manos, una doble oportunidad: la que le dará su partido, por tercera vez tras el pacto del líder con los barones periféricos —todos menos Esperanza Aguirre, que ya veremos si al final se suma al festejo—, y la que le va a ofrecer Zapatero por causa de la crisis de la economía, cuya existencia niega, y la inconsistencia de un Gobierno que adolece de peso específico, donde sobran ministerios y ministras, y donde no se ve, salvo en raras excepciones, ni talento ni cabeza para abordar la gran ola del paro y de la caída en picado del crecimiento camino de la recesión.
De ahí que las elecciones europeas, a nada que el PP (y el resto de partidos de la oposición) haga bien su trabajo se debería convertir en un plebiscito sobre la política económica y social del Gobierno. Y puede que, con ese motivo, muchos ciudadanos indignados con la situación decidan darle un voto de castigo al PSOE. Bien votando a otro partido, bien por la vía de la abstención. Lo que, de ocurrir, le ofrecería a Rajoy una victoria nacional y la estabilidad de su liderazgo, y al PP una base o trampolín para abordar el resto de la legislatura. De ahí la importancia que para Rajoy, y sobre todo para el PP, va a tener en congreso de Valencia que se aproxima. Una cita determinante para construir una oposición de verdad. A sabiendas, como se sabe, que en el partido existen posibles líderes con más capacidad que la de Rajoy, pero ¿dónde están?
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=12/06/2008&name=manantial
miércoles, junio 11, 2008
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