jueves, junio 26, 2008

Marccello, La niña de luto

jueves 26 de junio de 2008
La niña de luto

Creíamos que su color preferido era el verde vaporoso a lo doña Guiomar, o el rojo salpicado de sangre de sus adversarios a golpe de estilete, pero el negro Telemadrid que ha lucido Esperanza Aguirre nada más regresar del congreso de Valencia, ese luto riguroso por su fracaso y mal perder, ha sido la guinda, toda una señal, de un ostentoso suflé que se desinfla hasta quedar hecho puré. La Presidenta, título de su hagiografía con la que insinuaba su inevitable ascenso hacia la presidencia del PP y luego de España, ya no es lo que creía y pretendía sino, como dice ella misma “un verso suelto”, o “la mala de la película”, una “pipiola” a la que Aznar no quería promocionar.
Ni siquiera le queda el consuelo de sentarse en el zaguán de La Puerta del Sol, a esperar que pase el cadáver de Rajoy porque, en caso de que ocurra, ese entierro lo presidirá Gallardón, al que los diarios El Mundo y ABC —en los que ella ha derramado, respectivamente, el cuerno de sus regalos, o su golpe de puñal, para tenerlos a su servicio— han obsequiado a su enemigo y alcalde de Madrid con floridas encuestas que lo presentan como mejor líder posible del PP, mientras postergan, a su “lideresa preferida”, al furgón de cola de ese fogoso tren de altísima velocidad.

Cría cuervos y tendrás más, se dirá furiosa ante el espejito mágico y roto a martillazos de celos y estupor, la madrastra de nuestro cuento, la que en los desayunos de Valencia deambulaba, como siempre, con dos móviles como si fueran dos revólveres, y diciéndoles a sus asistentes en tono exigente y chillón: “¿Dónde están los periódicos?, ¿qué dicen los periódicos?” A la niña de luto por Telemadrid solo le interesa el qué dirán, y no lo que pasa o, simplemente, lo que ocurre a su alrededor, que ya son demasiadas cosas en lo que llevamos de 2008, su año “horríbilis”, al que ahora se le suma el apagón de Telemadrid.

Un apagón merecido y ejemplar por convertir la cadena en el mayor centro de manipulación política de cuantos medios públicos existen en España, y en altavoz de la infame conspiración del 11-M, o en refugio de la extrema derecha del PP. Y todavía dirá La Presidenta que el luto de Telemadrid es un ataque a la libertad, como cuando le increpó al Rey para que el monarca aplaudiese los insultos que le lanza el enloquecido de la emisora episcopal, el mismo, otro cuervo mal agradecido, que la llamó a ella “manipuladora y caradura” por no mentir ante un juez, en una de las pocas veces que dijo la verdad.

Lo único que se han perdido los pocos espectadores que le van quedando a la ruinosa Telemadrid ha sido una sesión más del culto a La Presidenta que ella ha impuesto en la cadena, como si fuera de su propiedad. Pero ¿cómo se atreve la niña de luto a hablar de libertades, o presumir de demócrata, o de liberal? Y ¿qué muertos tiene o puede tener, la señora, escondidos en su armario, a medias con los monosabios del burladero de su Comunidad? a los que se les pone el pelo blanco sólo de imaginar que un día llamará a su puerta la Guardia Civil caminera, y los meterá en la “lechera”, camino de la Dirección General. Qué bien hizo Rajoy en cerrar, a cal y canto, frente a estos pájaros de cuenta, las puertas y ventanas de los órganos de dirección del Partido Popular.

Debajo de las alfombras de la Puerta del Sol y por las cloacas del Canal de Isabel II corre un agua nauseabunda, que el día menos pensado inunda toda la ciudad. Lo de la pastelería nepotista de amigotes colocados —el yerno, la mujer e hijos de tontonio Martín Marín, el marido de Cayetana, la mujer de Rato, la novia de Recarte, la hija de doña Guiomar, la mujer de Arístegui, etcétera— eso son pecadillos de menor cuantía, pelillos a la mar. Eso ocurre en las mejores familias, y en la suya —donde la condesa descalza no llega a final de mes— con mayor motivo. Pero lo de la corriente nauseabunda bajo tierra, esa agua negra, como pena negra, apagón negro de Telemadrid de la niña de luto, esa es harina, negra, de otro costal.

A ver si al final, después de tanto pronosticar ella, Esperanza Aguirre, la niña de luto, que Rajoy no será candidato del PP a las elecciones generales de 2012, a ver si al final nos encontramos con un candidato nuevo para la Comunidad de Madrid en 2011. Porque cuando el río huele y suena, agua lleva pero no con aromas de Chanel. Y si no que la niña de luto le pregunte a su presidente nacional, Mariano Rajoy, por qué habló en la ejecutiva del PP de su propia y proverbial honradez. Avisando ¿a quién? (Continuará).

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=26/06/2008&name=marcello

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