jueves 26 de junio de 2008
El gran simio
Pablo Sebastián
La Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados aprobó un proyecto de ley para que el gobierno y la legislación española se sumen al Proyecto Gran Simio, para la protección de todos los grandes primates que habitan el planeta. Asimismo, el pleno del Congreso debatió ayer la cumbre europea y la reciente decisión del Parlamento de la UE en la que se aprueba el encarcelamiento ¡durante dieciocho meses! de todo inmigrante ilegal que lleguen a territorio europeo y que, por lo tanto, será tratado peor si cabe que esos grandes simios que acaban enjaulados en los zoológicos europeos, solo por intentar, tras jugarse la vida en el Mediterráneo, sobrevivir en esta tierra prometida y desconocida para ellos que pretende ser cerrada a cal y canto, con duras medidas disuasorias y campos de concentración de inmigrantes.
La defensa de los animales que están en peligro de extinción, como estos grandes simios que parecen el eslabón perdido de la teoría de la evolución de Darwin, nos parece bien. Pero, en los tiempos difíciles que corren para todos, tampoco se explica que sea una cuestión de la máxima urgencia en el inicio de una legislatura tormentosa como la que se presenta. El gobierno y sus aliados no quieren defender el idioma español en España, pasan la raya de los derechos humanos y la dignidad de los inmigrantes, se desdicen de la crisis económica, no llevan la iniciativa frente al desafío del referéndum ilegal de Ibarretxe y, eso sí, están preocupadísimos por los grandes monos del planeta.
Desde luego en la política española hay protagonistas que ya quisieran para sí la inteligencia y bondad de esos magníficos animales, los grandes simios y “simias”, que diría la primate igualitaria Bibiana Aído. O gorilas, a secas, que diría ese, cada vez más siniestro personaje que es Mayor Oreja y desde cuyo entorno se ha iniciado un indecente proceso de presión contra María del Mar Blanco, por haber aceptado —¡sin su permiso!— entrar a formar parte de la Ejecutiva del PP. Y qué decir de los simios periféricos como Ibarretxe o Carod Rovira, a los que la democracia, el derecho a la vida y a la libertad les suele importar un pimiento, como prueba su afición a entenderse con las bestias salvajes de ETA, siempre listas para matar.
Aunque, en estos preámbulos de la legislatura, lo que más nos preocupa es el comportamiento que van a desarrollar a partir de ahora los dos jefes de fila del gobierno y de la oposición. Zapatero el del talante que ha empezado a perder la sonrisa y a adaptarse al pragmatismo “sin corazón” para hacerle frente a la cruda realidad económica y social que puede tumbar su gobierno si no acierta con las respuestas que deberá articular. Y Rajoy, el renovado líder del PP, que parece haber abandonado el ruido de la selva para ejercer una oposición más razonada, menos perezosa y más eficaz.
Sin embargo, todo indica que, a pesar de los graves problemas planteados, los grandes partidos y sus primeros dirigentes solo tienen una prioridad: las vacaciones cuando antes, para hacer el simio en la playa o en la montaña, y ya veremos lo que ocurre en el otoño caliente, por más que el calor político y ambiental ya forma parte de la inmediata realidad. Este próximo viernes el lehendakari Ibarretxe nos lo recordará, como se lo recordó ayer Rajoy al presidente Zapatero, a propósito de los último datos negativos de la crisis económica, que el presidente sigue sin reconocer y sin saber responder. Y lo que es peor, remontándose, como excusa impresentable, al tiempo de los gobiernos de José María Aznar, lo que constituye una lamentable manera de hacer el simio en el Congreso para eludir la verdad y su responsabilidad.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=26/06/2008&name=manantial
jueves, junio 26, 2008
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