1-VII-2008
Un día de crisis opinable El Gobierno debería olvidar que es socialista y hacer lo que debe, que es ajustarse el cinturón y apartar sus zarpas regulatorias del mayor número posible de mercados.
Se dice que una vieja maldición china afirma: "Ojalá vivas tiempos interesantes." No cabe duda de que cualquier español mínimamente interesado en la economía se ha dado cuenta ya a estas alturas de que vivimos una época apasionante. Este lunes nos dejaba un torrente de datos negativos: la reducción en un 25% de las remesas enviadas por los emigrantes, que evidencia sus crecientes dificultades para sobrevivir en nuestro país; el nuevo récord del petróleo, que permite predecir un aumento de la inflación; un crecimiento del déficit exterior que pone de manifiesto nuestra falta de competitividad; una caída del precio de la vivienda que anuncia que los problemas de inmobiliarias y constructoras están lejos de haber terminado y un cierre del Euribor en el 5,361 por ciento que pondrá en muchos más apuros a los hipotecados, lo que lógicamente hará que se gaste menos dinero en las rebajas, cosa que no sentará nada bien al sector del comercio.
Ante esta situación, la única reacción del Gobierno es la de negar la mayor, afirmando que es "opinable" que estemos en crisis –lo que no deja de suponer una mejoría frente a negarlo por completo–, y contentándose con adoptar unas medidas que, en el mejor de los casos, no ayudarán en nada a superar la crisis. No somos de los que pensamos que el Gobierno deba actuar porque sí cuando las cosas van mal, pues muchas veces sus decisiones pueden ser contraproducentes. De hecho, durante la pasada legislatura hemos mantenido que lo mejor que había hecho Zapatero en economía era no haber tocado gran cosa, no porque no fueran necesarias reformas liberalizadoras en muchos mercados, especialmente el laboral, sino porque era previsible que cualquier medida adoptada por el Gobierno socialista fuera por el mal camino.
Ante las previsiones de que el escenario internacional no hará sino empeorar tras el verano, época en la que Zapatero dejará de tener Eurocopa y Juegos Olímpicos que distraigan a los ciudadanos, y ante la evidencia de que España está digiriendo ese mal contexto mucho peor que los demás países desarrollados, el Gobierno debería olvidar que es socialista y hacer lo que debe, que es ajustarse el cinturón y apartar sus zarpas regulatorias del mayor número posible de mercados. Si adopta medidas de cualquier otro tipo estará haciendo algo peor que negar la crisis: agravarla.
http://www.libertaddigital.com/opiniones/opinion_44294.html
lunes, junio 30, 2008
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