viernes 27 de junio de 2008
Gobierno ‘socialista’
Miguel Ángel García Brera
Y A he escrito alguna vez que estuve tentado de votar al PSOE en una ocasión. Lo pensé guiado por la ingenuidad; en contra de los conocimientos históricos, quería comprobar in situ si realmente el socialismo iba a traer una mejora a la clase obrera. Gracias a Dios no lo hice y así no tuve corresponsabilidad en los desfalcos de los Roldán, los Vera y, entre otros, aquella buena señora, cuyo nombre no recuerdo, que compraba cuadros baratos utilizando el nombre de la reina y vendía en su propio provecho el papel del Boletín Oficial del Estado.
Por eso ya no me sorprende que un presidente socialista, que ha llevado el país a la crisis, ayudado por los malos vientos del petróleo subido a la parra, nos invite a apretarnos el cinturón como la mejor medida que se le ocurre para acampar en estos tiempos de vacas flacas. Claro que asegura que va a congelar los sueldos de los altos cargos, pero ya sería el colmo que, cuando hasta los mileuristas ven su trabajo en peligro, pretendiera que la élite política, acaparadora de nóminas, dietas y otras prebendas, decretara subidas, cuando ya ha mordido el presupuesto del Estado incrustando a los conmilitones en los aledaños del poder, merced a una política de ampliación de altos cargos y consejeros áulicos.
Pero así y todo, sí que llega a sorprenderme que la Europa capitalista regrese al siglo XIX, como muy bien ha precisado la miembra Aido, pretendiendo arruinar uno de las más importantes logros sociales que el trabajador había conseguido: la jornada de 8 horas que, con el tiempo fue incluso disminuyendo y ahora se pretende elevar a 65 horas semanales. No puedo entender, salvo que la droga de la propaganda y el caramelo envenenado del libertinaje en asuntos de menor trascendencia como son los relativos a las partes pudendas, hayan adormecido al pueblo, que no haya un clamor generalizado contra esa decisión y que, en el socialismo español, tan solo la ministra de igualdad se haya manifestado fastidiada. Nada menos que volver al XIX, y aquí los sindicatos calladitos y los socialistas conservando el sueldo, aunque, eso sí, sin aumentarlo, de momento.
Por si fuera poco, el socialista director del Banco de España aconseja a las Cajas que reduzcan sus partidas para obra social; no los emolumentos de sus Consejeros ni cosa parecida, sino aquello que esas entidades tradicionalmente dedicaban, y aún dedican, como reparto de sus ganancias en favor de los necesitados. Y nadie siquiera comenta tan “sabios y socialistas” consejos de nuestro banquero mayor. Claro que el Congreso bastante tiene con dedicar la sesión a un Chiquilikuatre que ha sido el hazmerreír de Europa, sin que la culpa recaiga en él, que, como cómico en ejercicio, tiene todo el derecho a hacer reír a la gente. Panem et circenses llamaban en Roma a estos señuelos que el poder siempre ha utilizado, sobre todo en tiempos en que, si la buena gente se parara a pensar, podría producirse un cataclismo. Como dice un verso mío, y pido perdón por citarme, “¡Ay si la buena gente tuviera más memoria!”
De todos modos, mientras no nos envenenen tenemos que agradecer mucho a este Gobierno que, al parecer, deja pasar por las Aduanas los aceites de importación sin tomar medida alguna preventiva, ni siquiera cuando ya se han detectado anomalías, según comunicó, en su día, el ministro Bernat Soria, que luego bebió del fruto prohibido como para dar a entender que se había equivocado al alarmar al personal. Pero el caso es que la alarma sigue porque nadie hizo ni una aclaración ni una rectificación en regla, de modo que las ventas de aceite de girasol han disminuido porque la gente no sabe a que atenerse.
Incluso en la oposición, ante un panorama como el que comento, los peperos han salido de su Congreso eufóricos, dedicados al verso, aunque deberían aplicarse el cuento aquel de “bien está que hagas poesía pero no (j) odas”. Si Esperanza Aguirre se siente verso suelto, nada menos que Rajoy se sale con lo de que “Aznar rima con no estar”, saldando así lo molesta que debió resultarle la insolencia del expresidente con su saludo mirando al soslayo y casi requiriendo la espada, aunque al final no hubo nada, pues parece que en FAES han vuelto las aguas a su cauce. Desde luego, el mejor presidente de la democracia, Aznar, se ha ganado algunos versos satíricos pues no es de recibo ni su saludo transversal ni su discurso encorajinado en el Congreso de Valencia, pero tampoco es para que Rajoy olvide la gran tarea aznariana y recuerde solamente la mala educación de un momento de egolatría.
En fin volviendo al pan y circo, esperemos que los muchachos de la selección derroten a Rusia, con lo que al parecer los que no pueden pagar las hipotecas deben volver a ser felices, salvo un pequeñín llamado Urkullo, que preside el PNV, un partido político español, residenciado en el español territorio vascongado que acaba de decir, sin que nadie se lo pregunte, que ya que no puede jugar Euskadi, desea que gane Rusia. Eso no quita, claro, que el Príncipe Felipe aprenda discursos en euskera para halagar a esos españoles que no quieren serlo, o que el propio Aznar hablara catalán en casa para el mismo fin.
Así que con un Gobierno “socialista” y una oposición versolari, será difícil apretarse el cinturón, porque hasta eso habrá que empeñar aunque se nos caigan los calzones.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4704
jueves, junio 26, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario