viernes 13 de junio de 2008
Dicen que es amor, pero...
M. MARTÍN
FERRAND
SEGÚN cuenta la muy retrechera ministra Magdalena Álvarez, el Ministerio de Fomento y los representantes del 88 por ciento del sector del transporte han firmado un acuerdo sobre el medio centenar de medidas (!) con las que el Gobierno dice querer paliar los males que, con epicentro en el precio del combustible, perjudican a las empresas del ramo. Es decir, la ministra cascabelera ha firmado la paz con quienes no están en guerra ya que las tres patronales que convocaban el paro -Fenadismer, Confedetrans y Antic-, el 12 por ciento no firmante, sigue en la suya. No han desconvocado tan escandaloso como ilegal cierre patronal que, disfrazándose de huelga, ha suscitado la barbarie y, con gran alarma social, propiciado la falta de suministros básicos y fundamentales a la población nacional.
En tiempos de tribulación el matonismo patronal que corta las carreteras, agrede a sus usuarios, impide la libre circulación de personas y mercancías, paraliza fábricas y arruina la producción agrícola y ganadera no debiera ser un asunto para el debate de salón. El Ministerio del Interior, que se dice enérgico y eficaz, ha intervenido tarde y mal en este conflicto. ¿Por qué? Alguna razón misteriosa habrá para que las fuerzas del orden, nacionales y autonómicas, no hayan actuado hasta el tercer día de agresiones y violencia con balance mortuorio. Suele decirse en estos casos, desde la debilidad de un Estado administrado por un Gobierno acomplejado, que se trata de evitar males mayores. ¿Hay alguno de más cuantía que el abandono de los ciudadanos que tratan de ejercer sus derechos?
Como muy bien sintetizaba ayer el titular con que ABC abría su edición, «el paro de los camiones amenaza con dar la puntilla a la economía española». La pobre anda de mal en peor. La crisis que el Gobierno se empecina en no reconocer la tiene maltrecha y, después de un primer trimestre del año en el que el PIB solo subió el 0´3 por ciento, ya puede decirse que el segundo, al que le quedan quince días, no habrá crecimiento alguno. En ese marco, nada tranquilizador, dice el pánfilo Pedro Solbes que el Estado no puede reducir su gasto público porque el 32 por ciento corresponde a la Seguridad Social. ¿Qué pasa con el 68 por ciento restante? Negar la evidencia y no asumir la realidad es el principio del caos y el mejor sistema para anular las soluciones posibles para cualquier problema.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -tan inconsistente, tan errático- después de haber acreditado su confusión permanente entre sexos y géneros, cosa de sus miembros y de sus miembras, anda ahora en pleno trastabilleo y empieza a no saber distinguir entre amor y sexo. Dice y repite que nos quiere, que todo lo hace por nuestro bienestar; pero, en la realidad, ya estamos notando su aliento en el cogote. ¡Socorro!.
http://www.abc.es/20080613/opinion-firmas/dicen-amor-pero_200806130253.html
jueves, junio 12, 2008
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