viernes 23 de mayo de 2008
Malos y buenos
Juan Urrutia
I BARRETXE, en un alarde de sinceridad exacerbada, propia de amantes despechados o cobradores del gas, se queja ante el mundo de que Zapatero se niegue a discutir con él lo que ya discutió con ETA. Evidencian sus palabras que los fines del PNV y de la banda criminal son tan similares que resulta difícil distinguirlos. El error del Lehendakari está en no percatarse de que, dentro del nacionalismo vasco, los terroristas tienen más peso que sus siervos. Donde hay capitán no manda marinero y donde esté Txeroki que se quite un Ibarretxe de tres al cuarto. Cuando Churchill dijo su célebre cita: “El problema de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes” no imaginaba lo bien que describía el futuro de la política española. Zapatero quiso pasar a la historia como el hombre que acabó con ETA y, como mínimo, se le recordará como una extraña mezcla entre el Súper Agente 86 y Mister Bean. Claro, siendo muy benévolo, porque sus errores, cometidos a pesar de las advertencias de toda Europa y media España, han costado ya varias vidas. El que mata es el tigre, pero algo de culpa tiene quien le abre la jaula. Hay que vivir en el presente, pero recordando el pasado por precaución. El momento actual no es diferente a otros que ya hemos vivido. ETA lleva a cabo su clásica estrategia de aterrorizar con artefactos explosivos colocados en lugares muy concretos. La última bomba explotó en pleno Guecho, frente al Club Marítimo, lo hizo allí y no en otro sitio por la enorme cantidad de constitucionalistas que viven en la zona. Fue una forma de decir, si me permiten parafrasear al ya desaparecido Miguel Gila, “si no les gustan las bromas, que se vayan del pueblo”. No verán explotar coches ni furgonetas en otros municipios cercanos a Guecho, salvo para atentar contra una persona concreta o las Fuerzas de Seguridad del Estado, jamás un atentado indiscriminado. El motivo: no sería popular destruir las casas de sus adeptos o llevarse por delante la vida de alguno de ellos. Por fortuna, estos días han sido detenidos varios capitostes de ETA. Escuchamos, como durante los últimos años, gritos de aleluya, triunfo y vítores varios. Rubalcaba baila la Lambada con la corbata rodeando su cabeza a modo de bello tocado regional y Zapatero se fuma un lancero cubano para celebrar “su” victoria sobre los terroristas. Todas las fuerzas políticas gritan yupi al unísono, ya quedan menos etarras, en treinta años más seguro que se acaban todos. Mal camino llevamos si pensamos así, la vía policial es importantísima, fundamental, y la Guardia Civil ha hecho un gran trabajo pero, como ya he dicho otras veces, tantas que deben ustedes estar aburridos de leerme, de nada sirve detener a mil terroristas si salen otros mil de los colegios públicos vascos y de sus ikastolas. Mientras la ley no se cumpla y entre las materias que estudian los jóvenes vascos se incluyan el fanatismo, la xenofobia y una sectaria exaltación de los valores -contra valores- nacionalistas; mientras el Gobierno padezca de sordera irredenta ante estos hechos, ETA se mantendrá a base de nuevos asesinos que, aleccionados desde la infancia, dinero público mediante, aterroricen, maten y capten nuevos terroristas para que sus jefes puedan darse la gran vida. Como siempre se elige el camino fácil, las diferentes policías estatales hacen el trabajo duro mientras nuestra clase política se rasca la barriga. Después presume de los resultados obtenidos pero en lo que le toca: terminar con los atropellos que el PNV y sus compinches cometen a nivel educativo, entre otros, no mueven ni un dedo. No sería llamativo, popular y no habría cinta roja que cortar. Que hoy día resulta casi imposible educar en castellano a un chiquillo en el País Vasco, tarari, que en el cole le dicen que el mundo se reduce a “Euskal Herria”, lo cual incluye parte de Francia, Navarra, las tres provincias vascas y las islas Barbados, tururu. Si el profesorado es escogido por motivos ideológicos e incluso algunos ejercen sin título sólo por saber decir “gora Atlethic”, no pasa nada, si de esto se deriva una producción masiva de analfabestias que no saben señalar Cuenca en un mapa cuando llegan a la mayoría de edad pero tienen claro, eso sí, que España es el enemigo opresor, sigue sin pasar nada. Nadie asume responsabilidades ni se las pide la justicia. Comienzo ya a repetirme demasiado, ya he hablado de esto en otras ocasiones, pero resulta que la situación ha vuelto a ser la misma: no cambian ni los malos ni los que están en su contra, que no han de ser forzosamente buenos.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4640
jueves, mayo 22, 2008
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