viernes 30 de mayo de 2008
ECONOMÍA
Aprovéchese del boom de las materias primas
Por Juan Ramón Rallo
Desde el pasado mes de agosto, las materias primas se han situado en el foco de atención de casi todo el mundo: periodistas, especuladores, inversores, ciudadanos de a pie. Las brutales subidas del petróleo, los alimentos y los metales preciosos están repercutiendo en el día a día de familias y empresas: nadie puede escapar al subidón de las commodities. Como suele suceder, en estas circunstancias todo el mundo trata de arrimar el ascua a su sardina y aprovechar la situación para promover su propia agenda ideológica.
El caso paradigmático es el de los neomalthusianos: parece que la carestía actual de productos tan básicos como los alimentos vendría a validar su tantas veces pronosticado agotamiento de los recursos naturales. El problema es que no conozco a ningún neomalthusiano que se haya hecho rico comprando materias primas cuando éstas están baratas y vendiéndolas cuando están caras. Yo prefiero fiarme de los análisis rigurosos de quienes predijeron a tiempo el boom de las materias primas y sacaron provecho de sus predicciones.
Puede que el caso más conocido sea el de Jim Rogers, uno de los grandes gurús de la inversión en materias primas. En 1970 Rogers, que previó la explosión de los precios de las commodities, fundó junto con George Soros el famoso fondo de inversión Quantum, que en sólo once años alcanzó una rentabilidad del 3.500%. Rogers suele comentar con orgullo que pudo jubilarse a la temprana edad de 37 años, lo que le ha permitido volcarse desde entonces en su mayor afición: el turismo.
Rogers es un auténtico trotamundos: ha visitado más de 115 países, y hoy por hoy es la persona que más kilómetros ha hecho a bordo de un vehículo a motor, según consta en el Libro Guiness de los Récords. Fruto de sus peripecias viajeras son sus libros Investment Biker y Adventure Capitalist.
En 1998 nuestro personaje detectó que el precio de las materias primas estaba tremendamente infravalorado y que se avecinaba un alza en los mismos que se prolongaría por espacio de unos quince años. Así las cosas, decidió crear su propio fondo de inversión en materias primas: el Rogers International Commodity Index (RICI). Desde 1998 hasta la actualidad, el valor del RICI se ha multiplicado por cinco.
Seis años más tarde dio a la imprenta Hot Commodities, donde explicó por qué creía que el boom de las materias primas iba a durar varios años más y expuso los rudimentos de la inversión fundamental en materias primas. Quienes le hicieran caso, seguro que obtuvieron pingües beneficios: desde que dio a la imprenta Hot Commodities, el fondo de Rogers casi ha duplicado su valor.
Por fortuna, Netbiblo acaba de publicar en español esta obra imprescindible de Rogers, bajo el título de El boom de las materias primas. La estructura es bastante sencilla y clara: dos capítulos iniciales donde se explica por qué las materias primas son y van a seguir siendo un mercado provechoso, dos de carácter más técnico donde se expone cómo funcionan estos mercados y otros seis en los que se analizan los fundamentos de oferta y demanda de diversas materias primas y en los que Rogers da su opinión sobre lo que podría deparar el futuro.
Pese a que predijo la carestía de las materias primas, nuestro autor no es un neomalthusiano, no cree que el mundo se encamine hacia el agotamiento de los recursos (excepción hecha del petróleo); de hecho, su predicción es que el actual boom durará hasta mediados de la siguiente década.
Rogers explica que durante el s. XX se han alternado ciclos de precios altos y bajos en el mercado de las materias primas, con una duración de entre diez y quince años. Los tres grandes booms de precios se produjeron en 1907-1920, 1933-1953 y 1968-1981: todos terminaron con un colapso de los precios y una sobreproducción de materias primas por otros diez o quince años.
La explicación que proporciona Rogers a estos ciclos, si bien tiene un ápice de verdad, pasa por alto el elemento esencial. Según Rogers, cuando los precios de las materias primas están altos, los empresarios efectúan inversiones masivas para incrementar la oferta. Dado que los proyectos para localizar, extraer, procesar y distribuir las materias primas son duraderos y costosos, la etapa de precios altos se prolonga durante más de una década. El problema es que, cuando toda esta enorme nueva capacidad productiva entra en funcionamiento, la oferta se incrementa tanto que los precios se desploman. Y como los precios están tan bajos y la capacidad productiva es tan elevada, debido a la sobreinversión anterior, ningún empresario invierte durante más de una década en el campo de las materias primas (un ejemplo: EEUU no ha construido una sola refinería de petróleo desde 1976). La oferta se estanca, pero la demanda sigue subiendo poco a poco (especialmente estimulada por los precios bajos), hasta que llega el momento en que vuelven a subir los precios y el ciclo se reanuda.
El problema de esta teoría es que parece que sea el libre mercado el responsable de semejante caos productivo. La explicación de Rogers sería mucho más rica y explicativa si incorporara la teoría austriaca del ciclo económico, que demuestra que los procesos generalizados de mala inversión en los sectores más alejados del consumo (como las materias primas) se deben a la intervención de los bancos centrales en los mercados crediticios.
Es una pena que Rogers ignore la teoría austriaca, ya que él mismo no escatima críticas a la Reserva Federal, y en particular a su actual presidente, Ben Bernanke. En noviembre, por ejemplo, llamó "tonto de remate" por decir que la depreciación del dólar no afectaría a los estadounidenses que no compraran en el extranjero. Asimismo, en marzo propuso cerrar la Fed para terminar con la pérdida de valor del billete verde.
El boom de las materias primas es un libro fascinante no sólo para aquellos que quieran lucrarse con las mismas. Como el propio Rogers explica, es necesario conocer cómo funciona el mercado de las materias primas para invertir con éxito en los demás.
Si las predicciones del autor están en lo cierto, las materias primas seguirán en precios altos hasta 2015. Eso sí, si piensa invertir en ellas, tenga en cuenta que el propio Rogers pronosticó en febrero que los precios van a sufrir a medio plazo una corrección a la baja, como consecuencia de la crisis internacional. Lo que no quita, claro, para que, hasta 2015, la inversión en estos activos vaya a ser una de las más rentables.
JIM ROGERS: EL BOOM DE LAS MATERIAS PRIMAS. Valor (Barcelona), 2008, 228 páginas.
http://libros.libertaddigital.com/articulo.php/1276234834
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