Antonio Garcia Barbeito, Visperas de miedo

martes 27 de mayo de 2008
Vísperas de miedo
POR ANTONIO GARCÍA BARBEITO
...Y ellos están ahí, como si nada de cuanto ocurre en la economía les preocupara; como si lo que está pasando fuera una llovizna aislada que mañana acabará en un día claro. Ellos están ahí (¿dónde?), en lo suyo, reforzando los pilares de su cargo o colocando puntales en las ramas de su inestabilidad... Ellos andan en lo suyo, que en estos tiempos difíciles es cuando en verdad vemos qué es lo suyo... Y nosotros aquí, viviendo vísperas de miedo que acabarán, tarde o temprano, en días amargos, duros, insoportables...
Ellos, en lo suyo. Todos. Si la oposición, a ver cómo se juntan de una vez o cómo se dividen del todo y para siempre. Las dos Españas ya son, como mínimo, tres: el Gobierno, la oposición y los disidentes de la oposición. Ventajas para el Gobierno, es posible, pero muy malo para nosotros. Porque a ningún pueblo le beneficia que la fuerza opositora se debilite mientras el Gobierno asiste, risueño, al espectáculo y se olvida de sus obligaciones. Y nosotros aquí, viviendo vísperas de miedo, sabedores de que mañana todo estará un poco peor.
¿Alguien habla de lo que de verdad nos duele? Esto parece una pelea entre médicos mientras nosotros estamos en la sala de espera sintiéndonos peor por momentos. Nadie trae remedios para nuestros males, y el Gobierno, con tanto señalar al PP, parece empeñado en aplicarnos una anestesia que consiste en darnos un golpe en otro sitio de donde nos duele, para que no nos quejemos del golpe gordo, y lo que consigue es que tengamos dos dolores, en vez de uno, o sea, pretende que nos olvidemos del dolor de muelas dándonos una patada en los mismísimos. Y a nosotros, con la crisis hasta el cuello, poco nos importa que a Rajoy se le esté yendo parte de la tropa, si cuando vamos a llenar el depósito del coche nos sentimos pobres o atracados; y a nada nos sabe lo que digan desde el Gobierno sobre jeroglíficos, si al cargar las patatas en el supermercado sentimos que cuasi valen su peso en oro. Déjense de llamitas en el rastrojal para que dejemos de mirar el incendio del bosque. Porque las llamas del bosque ya nos están quemando el culo.
gbarbeito@telefonica.net


http://www.abc.es/20080527/opinion-firmas/visperas-miedo_200805270259.html