viernes 30 de mayo de 2008
Rajoy, el que resiste gana
Pablo Sebastián
En el escudo de armas del marquesado de Iria Flavia, con el que el Rey Juan Carlos premió al ilustre escritor Camilo José Cela, figura su lema, que dice así: “El que resiste gana”. En ese empeño parece estar al día de hoy el presidente del PP, Mariano Rajoy, haciendo frente, de cara al congreso del PP del próximo mes de junio, no ya a sus adversarios políticos, que ante la ausencia de otra candidatura no existen como tales, sino al juego sucio que algunos dirigentes del PP y medios de comunicación están proyectando en el seno del Partido Popular, sin otro objetivo que buscar el abandono de Rajoy y el descrédito de la convocatoria congresual, para que la crisis que inunda este partido se convierta en una enfermedad crónica, que permita a los conspiradores y dinamiteros de ocasión tener una segunda oportunidad para hacerse con el poder.
Sin embargo, lo grotesco de algunos ataques al líder del partido —como los planteados por Elorriaga, Arístegui, Ballestero, etc.— y lo más repugnante de algunas manipulaciones, inducidas —como la de San Gil— o premeditadas, que hablan de traición a los principios del PP y las víctimas del terrorismo, como las que han insinuado Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre, tanto contra Rajoy como contra Gallardón, están provocando el efecto contrario al que los conspiradores esperaban, e incluso otras reacciones de un cierre de filas a favor del hasta ahora el único candidato a la presidencia del PP.
Un Rajoy que, lejos del abandonismo y la displicencia que marcaron sus últimos años como presidente del partido y líder de la oposición, está resultando ser más correoso y resistente de lo que algunos se esperaban y calculaban. Lo que, al margen de provocar sorpresa entre sus emboscados adversarios, está desarbolando a los que han pretendido organizar una segunda candidatura, primero con Aguirre, luego con Costa y finalmente con Rato, en la que los mencionados no parecen ponerse de acuerdo entre ellos, porque cada uno tiene sus propias ambiciones, y ninguno de los tres parece haber conseguido otros apoyos de los que circulan por Madrid.
Es verdad que en el PP hay posibles presidentes y cabezas de cartel para presentarse frente a Zapatero con más fuerza y mejores resultados que los de Rajoy. El propio Gallardón, Camps o Rato podrían estar en esa lista, una vez que Aguirre parece haber quemado ella misma por sus muchos errores sus posibilidades. Pero ninguno de ellos ha dado un paso al frente, y los dos primeros dieron su apoyo a Rajoy. También es cierto que Rajoy acumula dos derrotas y que —dada la posible competencia que tiene— su caso no es comparable a las terceras oportunidades electorales que tuvieron González y Aznar para llegar al poder. Como parece claro que Rajoy ha cometido graves errores en su gestión de la derrota electoral y en la crisis del PP.
Todo esto es cierto, pero también es verdad que es el único dirigente del PP que ha presentado su candidatura al congreso. Y además nadie puede decir ni argumentar que no salen otros candidatos porque el reglamento —hecho por los propios populares— del partido hace muy difícil que otro candidato pueda lograr la nominación y reunir los 600 avales que hacen falta para que se pueda presentar. Pero siendo esto así, como parece cierto que el aparato del PP y los barones que están con Rajoy han abusado de su posición a la hora de recopilar avales, sería muy difícil o imposible que, si aparece un candidato de aquí al inicio del congreso del partido, la actual dirección y la comisión de estatutos del partido le cierren el paso. Porque, entonces, la credibilidad del congreso y del equipo directivo que allí se nombre quedará devaluada y bajo todas las sospechas.
De manera que vamos a ver qué ocurre en las próximas tres semanas ante el inicio del congreso del PP, porque nada está escrito y el guión todavía podría cambiar, incluso durante la celebración del congreso. Ahora bien, parece que ha quedado claro que los golpes bajos y las sucias maniobras no van a desestabilizar a Rajoy ni a los que les apoyan, sino, al contrario, los están reforzando. Por ello, si alguien pretende, en buena lid, bajar a la arena lo deberá de hacer con la mayor franqueza y celeridad, porque los días se agotan y la resistencia de Rajoy se está convirtiendo en una cualidad. Por más que le faltan otras, como capacidad para formar un buen equipo y para aunar. Se ha dicho ayer que Rajoy pretende ofrecer a Gallardón una vicepresidencia primera, o única, lo que por su parte constituye un gesto y otra habilidad. Pero que se cuide Gallardón de los regalos, sobre todo si vienen de los gallegos, que son como los griegos, porque lo del caballo de Troya es un ejemplo que nadie debería olvidar.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=30/05/2008&name=manantial
viernes, mayo 30, 2008
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