lunes 26 de mayo de 2008
La derecha antisistema
POR IRENE LOZANO
NADIE sabe si Rajoy resistirá las dentelladas que le alcanzan. La derecha furiosa, cuatro años aplicada a devorar al otro, acaba doctorándose en canibalismo. Como su experiencia en manifestaciones es reciente, ignora que, además de expresar una protesta, muestran la fuerza propia. Doscientos militantes, de 700.000, no dan para un cum laude, pero la furia nunca duda de su legitimidad, sino de la de los demás. Rajoy no puede decir lo que piensa de ellos porque las televisiones lo vetarían del horario infantil: la verdad siempre tiene dos rombos y los niños ya están viendo demasiado. Acaben pronto o perderemos una generación entera para la política.
El acoso de los caníbales revela su debilidad: quieren que Rajoy se dé por vencido sin pasar por el engorro de presentar un candidato alternativo. Si Juan Costa se decide, sus partidarios no podrán utilizar contra Rajoy el argumento de que no ganará a Zapatero. Costa tampoco. En todo caso, esa línea de razonamiento quedó abandonada cuando los enemigos de Rajoy se dieron cuenta de que conducía directamente a Gallardón. La segunda tanda de diatribas se ha armado en torno a la defección de Rajoy, que ahora se inclina a claudicar ante los nacionalismos. Esta maniobra se denomina en lógica «la falacia del hombre de paja»: se crea un espantajo imaginario al que se identifica con nuestro adversario, se le atribuyen ideas que no ha expresado y se refutan. Así se puede dar al oponente por vencido o tacharle de traidor. Resulta eficaz para despertar recelos.
A estas horas, los caníbales no tienen ni argumentos ni candidato, pero siguen a dentelladas. No estamos ante una lucha de fulanismos o una pugna ideológica, se trata de estrategias. Una parte de la derecha busca la refundación empleando diversos métodos nuevos que se resumen en uno: impedir el debate. Es esa derecha que no deja hablar, aunque ella habla todo el tiempo a través de sus predicadores mediáticos, y bloquea la discusión con falacias constantes. La mentira es el eje de su discurso, como lo fue de los neocon americanos en sus buenos tiempos, o de los conspiranoicos. Esta derecha no valora lo razonable de las convicciones, sino la agresividad con que se defienden: el militante auténtico del PP es el que participa en la agitación callejera contra su líder, mientras los partidarios del diálogo son tachados de defensores del desistimiento, y los que se expresan con templanza, de acomplejados. A los adversarios de otros partidos les niega, sin más, legitimidad para debatir. Se trata de una derecha antisistema: no respeta las reglas porque se ha dado cuenta de que sólo violándolas puede lograr la hegemonía. Para los que creemos, con Camus, que en política los medios son inseparables de los fines, esta dinamitación del debate adquiere carácter ideológico. También la nueva derecha percibe que Rajoy no es uno de los suyos, pero no porque defienda ideas distintas, sino porque cree en las reglas del juego
http://www.abc.es/20080526/opinion-firmas/derecha-antisistema_200805260300.html
lunes, mayo 26, 2008
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