miércoles, mayo 28, 2008

Cesar Alonso, Una cuestion moral

miercoles 28 de mayo de 2008
Una cuestión moral
POR CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
Lo que más me está sorprendiendo de Rajoy es la incapacidad de previsión que está demostrando desde que comenzó el proceso poselectoral. Su absoluta falta de imaginación. En efecto, a lo largo de todo este tiempo hemos podido comprobar que, en ninguno de los escandalosos episodios a los que hemos asistido, Rajoy llegó a figurarse las reacciones que podrían provocar sus iniciativas. Por el contrario, lo que se figuraba como un éxito aparecía, al día siguiente, como un fracaso. Así, la marcha triunfal hacia el Congreso de junio iba convirtiéndose día a día en un vía crucis.
Si el arte de la política consiste en prever, ¿ante qué clase de artista estamos? ¿Cómo es posible que Rajoy ni siquiera llegara a sospechar las contradicciones que podrían producir sus actuaciones, sus «provocaciones»? Posiblemente el fallo de Rajoy haya consistido en suponer en los demás una moral similar a la suya. No se le pasó por la imaginación que María San Gil pudiera rechazar la ponencia política que le presentó Soria porque, de haberse encontrado en la situación de María, él habría aceptado la ponencia al saber que venía de la calle Génova. El fallo de Rajoy fue aplicar a María San Gil el rasero propio. Él habría tragado, ella no.
Es posible que Rajoy conozca el texto de Robert Michels sobre la oligarquización de los partidos, pero lo que podemos deducir de su forma de actuar es que no sabe que esa corrupción de los partidos no siempre garantiza el éxito del jefe. Por ejemplo, en el caso que estamos viviendo en el PP no funcionan los mecanismos clásicos cuando nos topamos con los nacionalismos. Los votantes y militantes del PP son tan radicalmente contrarios a cualquier tipo de pacto con el PNV, CiU, etcétera, que de nada valen los empeños de la oligarquía. Frente a esta creencia, masiva y compartida, el grupo compuesto por Rajoy, Arenas, Camps, Ruiz-Gallardón... aparece como una pandilla de impotentes. Al no haber asimilado este hecho, ni Rajoy ni sus compañeros han tenido la imaginación que habrían necesitado para no cometer tanto disparate. Michels no previó el caso de un divorcio semejante. Y es que, a veces, funciona la moral de las gentes.


http://www.abc.es/20080528/opinion-firmas/cuestion-moral_200805280310.html

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